19 diciembre 2012

El sumo de la gracia

Mateo 5:43-48 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?  Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
He llamado este pequeño articulo el sumo de la gracia, ya que en realidad se tiene que tener del amor verdadero de Dios, de su gracia,  para poder amar a nuestros enemigos.
Para poder entender el significado el mensaje, definiremos el significado de dos términos centrales en esta enseñanza: Amigo y enemigo.
Amigo viene de amistad y amistad viene de amor. El amar es para amigos y lo contrario el odiar es para los enemigos.
Se considera amigo a una persona que mantiene una mutua relación de confianza y afecto desinteresado con otra, es decir una relación de amistad. En esta relación lo que primero se entrega es amor en forma de servicio desinteresado para hacerle el bien a la otra persona o para hacer que la otra persona se sienta bien. El amigo se alegra y comparte las victorias y progresos de su amigo. Las líneas de comunicación entre dos amigos son directas, sinceras, y fluidas. El amigo siempre estará dispuesto a tenderle la mano a su amigo en caso de necesidad.
En cuanto a la amistad podríamos escribir muchísimo, tanto que no nos alcanzaría espacio alguno. Sin embargo solo nombró esta corta definición para seguir con nuestro tema.
Por el contrario, se considera enemigo a una persona, que se opone a otra persona ya sea por sus ideas, pensamientos, actividades. El enemigo estará siempre interesado en hacer el mal a su adversario, en hacerlo sentir mal. El enemigo se alegra de las derrotas, del dolor y de las tristezas de su adversario y nunca estará dispuesto a tenderle la mano, tampoco se agrada en el progreso de su enemigo sino más bien en su calamidad y se alegra cuando a este le vaya mal. Las líneas de comunicación entre dos enemigos son casi inexistentes, es muy pobre.
Esto es lo que hemos oído, enseñado y aprendido de acuerdo al conocimiento humano.

Más ahora ya no estamos llamados a vivir de acuerdo al conocimiento humano solamente sino que como hijos de Dios, como verdaderos discípulos de Jesucristo estamos llamados a vivir de acuerdo a sus enseñanzas y ejemplo. Examinemos pues cuidadosamente esta enseñanza salida de la misma boca de Jesucristo, Dios hecho hombre entre nosotros, veremos que el viene con una enseñanza nueva, revolucionaria y a veces poco entendible a nuestros patrones de comportamiento hasta ahora entendidos y que están muy de acurdo a la vieja ley mosaica dada al pueblo Judio.
Jesucristo, comienza esta enseñanza recordarnos esta ordenanza de la ley, para luego enseñarnos y darnos un mandamiento nuevo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.”
Mi pregunta a ustedes es que es lo que hemos oído nosotros, en cuanto al amar y al odiar, ya hemos definido que es una amigo y que es un enemigo y como se desarrolla su relación. Ahora no solo quiero preguntarte que has oído, sino como vives tú en cuanto a esto, es pues que nos hemos quedado con esta vieja enseñanza antiguo testamentaria, de tal forma que nuestra actitud con el que no está de acuerdo con nosotros, con el que habla mal de nosotros, con el que piensa mal de nosotros, con el que se goza en nuestras desdichas, con el que desea nuestro mal, es tal que los consideramos nuestros enemigos de acuerdo a la definición escrita. Es tal nuestra actitud contra quien alguna vez nos ha ofendido o faltado de alguna forma, que cortamos completamente nuestra comunicación y que nunca más deseamos saber de ellos?. Si esto es así, es tiempo que nos examinemos y entonces como verdaderos cristianos escuchemos de lo que Jesucristo nuestro maestro nos enseñó: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”
Como poder amar a nuestros enemigos?
Es una actitud de corazón, no puede hacerse únicamente como un decir, esto solo lo podemos hacer cuando Jesucristo nuestra vida se manifiesta con su perdón verdadero en nuestro interior. No podemos amar si antes no hemos perdonado, pero no es cualquier clase de perdón, tiene que salir de nuestras mismas entrañas, de lo más profundo de nuestro corazón y esto solo lo podemos hacer por medio de Cristo y solo si Cristo en realidad vive en nuestra vida y es nuestra vida, de lo contrario nos estaremos engañando a nosotros mismos y será un perdón a medias y de acuerdo a nuestra conveniencia y no de acuerdo a Cristo. Se trata de un caminar en fe, de una actitud nacida en nuestro interior y la hacemos de la misma forma que lo hizo el mismo Jesucristo allí en la cruz, él allí en medio de la agonía de la muerte, cunado físicamente expreso con su voz agonizante que tenía sed,  uno de sus enemigos de los que la habían crucificado y flagelado, le alcanzo una esponja con vinagre burlándose de él y procurando su mal y su dolor. La respuesta que salió de su interior fue: “Perdónalos padre porque no saben lo que hacen”.
Esta es la actitud verdadera que debemos tomar cuando los que se consideran nuestros enemigos hacen actitudes como las que describí anteriormente, es  tomar la posición y la actitud que Cristo nos enseñó desde la agonía de la cruz: Perdónalos padre porque no saben lo que hacen.
Si en verdad pudiéramos tomar esta actitud estaríamos haciendo tres cosas: Primero, perdonarlos. El perdón es uno de los principales mandamientos nuevo testamentarios que Cristo nos dio, es nuestra norma de vida como verdaderos hijos de Dios nacidos de su Santo Espíritu. Mediante esta actitud de corazón, no permitiremos que sus conductas malas, que sus odios, que sus ultrajes, que sus persecuciones, que sus comentarios y habladurías,  siembren raíces de amargura en nuestro corazón y que por consiguiente entremos en dolor y resentimiento contra ellos deseando muchas veces hacer nuestra propia justicia, lo cual no es de Dios ya que la justicia es solo de él.
Segundo, al interceder delante de nuestro Padre por ellos, pidiendo misericordia y perdón por ellos liberaremos nuestro ser de odio y deseo de justicia propia.
Tercero, al tomar esta actitud estaremos actuando como nos enseñó Cristo en este verso: Hijos de nuestro Padre que está en los cielos, poniendo en sus manos nuestra justicia y viviendo una vida tranquila y sosegada sabiendo claramente que su paz que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones y podremos vivir una vida libre de sentimientos de justicia propia, de pensamientos ajenos a la voluntad de Dios.
Yo mismo doy testimonio de este mandamiento, mi vida no será igual, cada día aprendo más de la gracia y la misericordia de Dios por causa de mis errores y debilidades, de las cuales, él me levanta, me limpia, me enseña y me fortalece, colocando en mi corazón el verdadero perdón de Dios, ya que si el me perdona, quien soy yo para no perdonar o para no pedir perdón a los demás por mis faltas y debilidades?, es allí donde Dios se glorifica, él me hace fuerte, es allí donde él se manifiesta por medio de su gracia abundante, no por mis fuerzas, sino por su misericordia y amor.  
Si permitimos que las ofensas, los odios, las habladurías, las divisiones, las persecuciones, las justicias propias ejercidas contra nosotros por razón de nuestros errores, siembren dolor y odio por nuestros ofensores, Si las actitudes de egoísmo, de orgullo de falta de respeto, aun de personas que están a nuestro círculo familiar, laboral o en la misma iglesia muchas veces, crean distancia y dolor. Si no tomamos una actitud de perdonar como Cristo nos está enseñando, estaremos siendo hijos desobedientes, y por lo tanto nos estaremos privando da la gran bendición que es gozar de una vida llena de su paz, de su libertad, de su gozo, viviendo en armonía con nuestros semejantes, ocupando nuestro tiempo en hacer su voluntad, en llevar acabo el propósito para el cual él nos salvó y llamó, con llamamiento santo.
Mi invitación en este tiempo de navidad es amar, a dar y a perdonar, no solo a los nuestros, a los que amamos y nos aman, a nuestras familias, a nuestros hermanos en Cristo, sino a todos los que de alguna forma tenemos o hemos tenido alguna relación en algún tiempo. Sabemos que no lo podemos hacer por nosotros mismos sino con la presencia de Dios en nuestra vida, es así que él lo hace diariamente: “El hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Es de esta forma que estamos llamados a hacerlo, haciendo siempre el bien a todos, deseando siempre el bien  de todos, nunca hablar por hablar, sino hablar para bendecir.
Ustedes no se imaginan cuan tremendo descanso es vivir así, descansando en las manos de Dios, poniendo en el toda nuestra confianza, dejando que él haga y ejerza su santa justicia, ocupando nuestro tiempo en lo que es verdadero, sabio, honesto y de buen nombre. Recordemos el ejemplo de hombres como David, que aunque Saúl lo persiguió a muerte, nunca atento contra él aun teniendo la posibilidad, sino que siempre deseó su bien. A Jesucristo, quien murió por todos nosotros, quienes éramos sus enemigos, no teniendo en cuenta las traiciones, abandono, dolor, tormento, agonía y muerte que le causamos, nos perdonó y nos dio el regalo de su salvación. El a pesar de todo esto nos amó incondicionalmente y nos sigue dando diariamente de su amor, sin tener en cuenta lo mucho que nosotros le faltamos. Él no nos voltea la espalda ante nuestras ofensas, sino que está dispuesto a darnos nuevas oportunidades cada día. El, a pesar de nuestras debilidades y nuestras múltiples faltas continua llamándonos sus amigos y siempre estará con nosotros, es su promesa fiel.

Finalmente mi oración a Dios Padre es para ti que no has podido perdonar, para ti que has dejado llenar tu corazón de amargura, para ti que estas enfermo por causa de estas amarguras, para ti que te has aislado y estas en soledad y que no te atreves a perdonar ni a pedir perdón. Mi oración hoy es por ti, para que recibas el poder de Dios y puedas ser obediente a este mandamiento de Jesucristo.
Mi oración es por quien he ofendido por causa de mis flaquezas e imperfecciones y que por algún impedimento, no he podido llegar personalmente para decirte perdóname, hoy pido por ti para que Dios te restaure, te limpie , te consuele y te levante.
Yo no soy de enemigos pero no se tampoco quiénes son contra mí, así que hoy pido por ti, que si lees este pequeño artículo, sepas que no tengo nada contra ti, que en mi corazón hay paz y mi deseo es porque esta misma paz de Dios invada tu ser, mi deseo es porque todas las cosas te vayan a bien y que goces siempre de todas las bendiciones que Dios tiene para ti.
Mi oración es por todos los que alguna vez han experimentado ofensa, deshonra, etc. Y que nunca el ofensor se acercó para pedir perdón, para que el mismo Dios de toda gracia penetre en sus corazón y con la dulzura de su amor les llene de perdón, limpie y sane sus heridas y coloques una actitud como la que tomo Cristo: Señor perdónalos porque no saben lo que hacen.
Recuerden siempre, si ofendes aun sin intención se rápido para pedir perdón. Si te ofenden, así no te pidan perdón, perdona y serás una persona verdaderamente libre y gozarás de la paz de Dios.

Paz, gracia, perdón y amor de Nuestro Señor Jesucristo en cada vida.

11 diciembre 2012

La seguridad de la salvación

En el primer tratado en cuanto a nuestra salvación estudiamos  acerca de la creación y los principios del hombre. Las forma como Dios lo creo, su propósito. Así mimo vimos como el hombre por iniciativa propia murió espiritualmente quedando vivo solo en cuerpo y en alma, concluyendo que todos nacemos en esta misma condición, muertos espiritualmente y por lo tanto totalmente incapacitados de buscar o tomar alguna iniciativa para solucionar nuestro problema de pecado
En la segunda parte estudiamos como estando nosotros en esta terrible condición de muerte, Dios por su puro amor y misericordia es quien toma la iniciativa de darnos fe, perdón, arrepentimiento y que por medio de la muerte y la resurrección de su amado hijo Jesucristo, nos da salvación eterna. Que esta salvación eterna no nos concede solamente el derecho de entrada al cielo, sino que  también es un regalo de vida  abundante para vivirla en la tierra como su linaje, sus hijos y sacerdotes. Que este regalo fue totalmente gratuito, que nuestras obras por buenas que parecieran no servían ni sirve para nada en cuanto a merecimiento para recibir este regalo de su salvación, la cual fue dada completamente por su abundante gracia
Al haber recibido algunas preguntas acerca de este tema, deseo en mi corazón traer este  nuevo tratado en donde la misma palabra se encarga de confirmar las verdades bíblicas que estudiamos tanto en la primera como en la segunda parte de nuestro tratado acerca de nuestra salvación.
Yo personalmente he estado compartiendo este tema con 3 personas en la intimidad de mi hogar, ellas  se unen al pensar de muchos que han escrito haciendo algunas preguntas concernientes al tema y que a continuación me permito transcribir:
1-   La iglesia de donde venía me enseñó que yo puedo o recibir o rechazar la oferta de salvación que Dios me da por medio de Jesucristo, porque nosotros tenemos libre albedrío para decidir.
2-   Si no nos toca hacer nada para recibir la salvación, entonces esta es una salvación barata. Como podremos nosotros darle valor a lo que no hemos conseguido con nuestro propio esfuerzo?
Quiero tomar dos pasajes de la escritura, en los cuales nos dan una firmeza mayor y total seguridad acerca del tema de nuestra salvación. En el primer pasaje viene el mismo hijo de Dios, Jesucristo, hablándonos mientras aun estaba en medio de nosotros:
Juan 10:25-30 “Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.”
Lo primero que quiero enfatizar en este texto bíblico, es de que fuente viene, quien lo esta diciendo y afirmando, ya que quien lo esta diciendo es el mismo Dios vivo, El Hijo De Dios, hecho hombre, Jesucristo. El mediante sus mismas palabras nos revela aquí algunas verdades que no tienen ningún ápice de duda o discusión, si Él lo esta diciendo no hay nada que decir, es tan claro que no podemos comenzar a argumentar con razonamientos humanos que lo que el quiso decir fue esto o aquello, de ninguna forma ya que él lo esta hablando bien clarito, lo único que podemos es creerlo y decir amen.
1-     Primera verdad.  Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.”

Quiero añadir otro texto bíblico que tiene como autor al mismo Jesucristo nuestro Salvador y Redentor:

Juan8:43-45  ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

En los dos textos hay una verada claramente expuesta: Solo hay un grupo de personas que podemos ser llamadas ovejas suyas, hijos de Dios. Estas tienen una característica bien especial: Podemos oír su voz y reconocerla como la voz de nuestro pastor, de nuestro Dios, esto solo lo podemos hacer por medio de un regalo que él mismo nos dio, y es el regalo de fe, esta fe actúa como interprete entre la voz de dios y nuestro oído espiritual. Dios le dio este precioso regalo solo a sus hijos, para que cuando fuera el tiempo pudieran tener la capacidad de escuchar su voz, y una vez escuchada su voz seguirle.

2-   Segunda verdad.Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”
Cuando Jesucristo afirma claramente que solo sus ovejas oyen su voz, nos enseña que hay dos grupos de ovejas unas de él y las otras de el diablo, cada una escucha a su amo y señor. Como lo note anteriormente las ovejas del Jesucristo pueden y reconocen la voz de su pastor claramente. También él nos revela que el conoce cuales son sus ovejas, es decir que las puede identificar y esto es tan verídico que fue el mismo quien escribió sus nombres en el libro de la vida y del cordero, donde esta escrito el nombre de todos aquellos que el mismo escogió antes de todos los tiempos para salvación, aquellos por los cuales el murió en la cruz para justificarlos de su pecado, para darles vida. Dice también que su ovejas al escuchar su voz le seguimos, es decir no nos podemos hacer desobedientes a su voz, ni resistir a ese llamado, ya que él nos llama con un propósito bien especial el cual esta escrito en el siguiente verso.

3-   Tercera verdad. y yo les doy vida eterna 

¡Ho! amados de Dios, si pudiéramos creer en verdad al autor de la verdad completa, de la única verdad, en lo que el mismo nos dice de su boca entonces no tendríamos ninguna duda. Si el mismo nos garantiza que nos da vida eterna, como podremos poner en duda su santa palabra. Si el mismo nos dice que  esta vida no es cualquier clase de vida, es decir que no es una vida o salvación que se puede perder por cualquiera de nuestros pecados, sino que es eterna, es decir para siempre, es decir que no esta condicionada a nuestro comportamiento y por lo tanto a nuestro obrar, ya que fue el quien la dio como un regalo inmerecido, ya que fue el quien la pago a precio de sangre, ya que es el único sacrificio u ofrenda aceptada por el padre como pago por nuestro pecado. Como podremos nosotros pensar que  por nuestros pecados las podríamos perder y luego ganar mediante las obras de nuestro arrepentimiento. Esto se contradice con su palabra que nos es por obras humanas para que nadie se glorié.   Por favor amados de Dios, como podemos y con que fundamento podemos decir que nosotros somos los que decidimos  en ganar o perder esta salvación, esta vida eterna dada por Cristo, es contradecirle al el, es decirle a el mismo que él es un mentiroso y que nosotros somos los que con nuestros argumentos tenemos la verdad. Es como decirle: Jesucristo a si tu digas que nos has dado vida eterna, yo decido creer que no es así, sino que yo mismo me la gano con mis obras, así tu digas que ya tu perdonaste todos mis pecados yo decido no creerlo, ya que es por mi arrepentimiento que me salvo. Suena totalmente absurdo pero así nos han hecho a muchos creer, que mediante nuestras obras de arrepentimiento, ganamos nuestra salvación. Parecemos como uno de esas luces intermitentes que se ponen en los arbolitos de navidad que prenden y apagan; Si pecamos perdemos vida eterna, si nos arrepentimos la ganamos y si la muerte nos sorprende sin arrepentirnos entonces al infierno nos fuimos, no importando el sacrificio de Jesucristo. Con que mentira tan grande nos han engañado poniéndonos a hacer obras banas para ganar salvación, cuando esta ya la gano, la regaló, la garantizó nuestro salvador y redentor Jesucristo.
¡Ho! Amados de Dios no sería mas fácil y de mas descanso, de mas bendición creer en lo que el mismo nos dice, podríamos en cambio de estar sacrificándonos haciendo obras para salvación, hacer las obras que como una consecuencia de haber recibido su salvación hacemos para su gloria, aquellas obras que el mimo nos dice que preparo de antemano para que viviésemos en ellas?

4-   Cuarta verdad. y no perecerán jamás”
Perecer, quiere decir morir espiritualmente, quiere decir perdida de vida eterna, perdida de salvación. Jesucristo nos afirma una vez más: no pereceremos jamás. Este jamás, significa nunca, bajo ningunas circunstancias, de ninguna manera, por ninguna causa, es completa seguridad en que la vida eterna que él nos dio por medio de Jesucristo, nunca, pero nunca, nunca la perderemos.
Lo puedes creer o todavía ay algunos que deciden seguir creyendo que aunque Jesucristo dice que jamás pereceremos, de todas formas por razón de nuestra propia iniciativa pereceremos. Amados de Dios ya es tiempo que si creemos que la palabra corta limpia hasta llegar a los tuétanos, también lo haga hasta llegar a lo mas profundo de nuestro ser incluyendo todas aquellas costumbre religiosas que se nos pegaron, aquellas falsas doctrinas que nos enseñaron y que nos han impedido vivir una vida reposada en cuanto a nuestra salvación, dándole la gloria a quien se la merece y mas bien ocupándonos de vivir esa vida que Cristo nos dio, siendo como Pedro dice. Real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar las verdades de aquel, que nos llamo de tinieblas a su luz admirable.

5-   Quinta verdad. “ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Dice Jesucristo, “ni nadie”. Nadie es lo contrario que alguien y alguien es a su vez algo creado. Satanás es un alguien creado. Si nosotros pensamos que alguien nos podría quitar la salvación que Cristo nos dio, el único que lo podría hacer es Satanás, pero aquí afirma Cristo que nadie nos puede arrebatar de su poderosa mano. Satanás fue vencido por cristo quien lo desarmo, le quito las llaves de la muerte y del hades y lo exhibió  derrotado delante de las potestades espirituales. Satanás, ni siquiera se va a atrever a acercarse a Cristo y mucho menos tratar de arrebatarle a sus elegidos, a sus salvos, los cuales están en sus mano, y, cuando el cierra su manos no hay nadie quien siquiera pueda abrirle su dedito mas pequeño. Muchos de nosotros lo que pensamos es que estamos agarrados con nuestras fuerzas a la mano de Cristo, que con nuestras obras permaneceremos cogidos a él. Sin embargo esto no es verdad ya que si así fuera terminaríamos cansándonos y soltándonos de su mano y por lo tanto podríamos ser arrebatados por Satanás. Yo he decidido creer en lo que Mi Salvador dice: ni nadie me puede arrebatar de su mano, allí estos seguro, reposado, allí en su mano vivo y me muevo libremente, en su mano me siento protegido y guardado, en fin si mi Señor lo dice yo lo creo, de nada me sirve discutir con el, ya que él es la verdad y dice la verdad y punto.

6-   Sexta verdad.Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”
Como si fuera poquito la garantía que nos da en las anteriores verdades, Jesucristo nos enseña que estamos mas guardados que ningún tesoro, ya que estamos guardados como con doble candado: primero en las manos de Cristo y luego dentro da la mano de Dios padre, que verdad mas hermosa, que seguridad en cuanto a nuestra salvación nos rebela aquí Jesucristo.
Jesucristo el hijo de Dios dice que Dios padre nos cualquiera, él es mayor que todos, y todos abraca a todos sin acepción alguna. Que descanso es poder creer que estamos guardados en las manos de Cristo y en las manos de Dios Padre. Que bendición mas hermosa en poder recibir esta verdad en nuestra vida y ya nos estar dependiendo mas de nuestras obras para salvación. Después de recibir estas verdades yo declaro que ya nunca más tendremos más miedo en perder nuestra vida eterna.
Conclusión
Después de compartir este corto mensaje,  mi fe es que El Espíritu Santo afirme en nuestros corazones estas hermosas verdades salidas de la fuente de la verdad Jesucristo, que si antes teníamos alguna pequeña duda, esta haya quedado respondida y cubierta.
Yo te animo para que tu mismo las estudies, las prediques, las publiques, la enseñes. Si Jesucristo dice que somos sus ovejas, que él nos conoce, que escuchamos su voz y le seguimos, nada tenemos que discutir con el solo decirle gracias Señor por que así lo quisiste tú. Si el mismo afirma que nos da vida eterna y luego nos afirma que no pereceremos jamás, entonces creemos que no perderemos loa vida eterna que él nos dio que no moriremos jamás. Que si él nos dice que estamos en su manos y a su vez todos cubiertos por la mano del Padre quien es el mayor que todos, entonces lo creemos, aunque pensemos que esto es totalmente injusto e inmerecido, Si dios lo decidió así, decido abrazar esta verdad, creerla y vivirla.
Yo doy testimonio vivo que estas verdades me han dado libertad en mi vida, que al creerlas y abrazarlas en mi vida me han llevado a amar mas a mi Cristo, a darle mas gloria a él, quien se merece toda gloria. Hoy mas que nunca grito con voz de jubilo y agradecimiento, gracias Dios, Gracias Cristo por el regalo de la vida eterna, Gracias  Señor por tenerme en tus manos, ya que en ellas me siento tranquilo y seguro. Gracia y mil gracias Dios por lo que haces cada día en mi vida.
Para finalizar les dejo masticando estos pasajes bíblicos que si los estudiamos cuidadosamente nos revelaran aun mas estas verdades enseñadas.
1era. Juan 5:10-13 “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”