27 marzo 2013

El amor de Cristo

Introducción.
 Fue la magnitud inmensa del amor de Dios, lo que conmovió a Jesucristo, El Hijo de Dios, en lo más profundo de su corazón, para dejar su posición en el trono de Dios, para humillarse a la naturaleza de hombre y aún peor hacerse pecado por nosotros, tomando toda nuestra culpa y nuestra condena, hasta la misma muerte, separandose de esta manera de la unidad con Dios Padre y renunciando por un instante a su eterno poder y deidad.
Es su eterno amor para con nosotros sus escogidos, lo que determino su decisión de hacerse hombre, naciendo de una mujer, la virgen María, para luego por este mismo amor, tomar nuestro lugar en la silla del juicio por nuestro pecado y tomar de esta forma nuestra condena a muerte que pesaba sobre nosotros, para luego resucitar de entre los muertos y de esta forma darnos también vida, todo esto lo hizo Jesucristo, solo por su gran amor con que nos amó.
En este pequeño artículo quisiera tratar algunos pocos aspectos de lo que significa para mí, para mi vida, para mi ministerio, para mi familia , el amor de Cristo. 
He encontrado en texto bíblico, que al examinarlo conmovió mi corazón y que deso compartirlo:

2da. de Corintios 5:14-21 
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
¿Qué es el amor de Cristo?
Quisiera llegar a tú  con esta pregunta: ¿Has experimentado en verdad en su vida el verdadero amor de Cristo? Y pregunto esto ya que este es el punto de partida de este pequeño artículo.
La gran mayoría de nosotros en lo natural hemos experimentado el amor de muchas maneras: Primeramente de bebes, experimentamos el amor de nuestros padres. Dicen los entendidos que no hay amor más parecido al de Dios que el amor de una madre. En lo natural fuimos formados como bebes en su vientre, después de nuestro nacimiento ellas nos amamantaron y cuidaron dándonos sus tiernas caricias, hablándonos palabras tiernas. A medida que crecíamos juntos con nuestros padres nos alimentaron, enseñaron, nos formaron, nos guiaron a través  de nuestra infancia y juventud hasta convertirnos en hombres y mujeres responsables en medio de nuestra familia y sociedad. Ya de adultos siguen y seguirán siendo nuestros amados padres a quienes debemos respeto y reconocimiento por lo que somos. Ellos nunca jamás dejaran de ser nuestros amados padres y nosotros para ellos sus amados hijos, tengamos los años que tengamos.
Experimentamos el amor también por medio de nuestros amigos. Al despuntar nuestra infancia ya teníamos amigos, siempre fue así; todavía me recuerdos los nombres de muchos de ellos. A través  de la juventud esto tomo aún más importancia, principalmente cunado nuestro pubertad comenzó y comenzamos a conocer el significado del corazón símbolo indiscutible del amor, allí descubrimos de repente que habían mejores amigos y todavía un amor más profundo el amor hacia un chico o una chica especial que llenaría nuestro tiempo y nuestras expectativas cada día. Pasado el tiempo esos chicos y chicas se convertirían en nuestros esposos y esposas, por medio de los cuales también recibimos indudablemente expresiones de amor.
Mas, que es el amor de Cristo? No podríamos hablar de esto, si nosotros así como en lo natural no hemos experimentado un nacimiento espiritual, un nuevo nacimiento, un nacimiento como bien dice el mismo Jesucristo: “del agua (Cristo) y del Espíritu. (Espíritu Santo).” Si en verdad hemos nacido en Cristo, así como conocemos del dolor de nuestra madre desde el mismo momento que quedó embarazada, durante este tiempo y principalmente en el momento de nuestro alumbramiento, también podremos entender del amor de Cristo para darnos vida nueva en Él. Pero El amor de Cristo va mucho más que esto, es mucho más complejo poder entender de su gran amor.
Pensemos esto nuestra madre a través de esos 9 meses  en los cuales nos tuvo en su vientre, sabía que estábamos vivos dentro de ella y que un día nos tendría en sus brazos para darnos de su amor y recibir nuestra ternura y sonrisa. Co nuestro Cristo no fue así ya que en realidad estábamos muertos, hediondos en nuestros delitos y pecados y en cambio de ser de alegría como lo éramos para nuestras madres, para Cristo, éramos sus enemigos ya que estábamos enemistados con él.
Desde el mimo instante de nuestro engendramiento, se estableció un cordón umbilical de comunicación tanto en lo físico como en lo emocional con nuestras madres, con nuestro nacimiento este cordón umbilical físico se rompe dando inicio a uno invisible de por vida, una relación de amor mutua. Ellas nos amaron primero y nosotros respondíamos a su amor con amor de hijos. Ya de adultos es este amor que nuestras madres nos entregaros el que nos obliga a amarlas, respetarlas y honrarlas por lo que son. Mi madre dice: “Amor con amor se paga”.
En nuestro ser espiritual pasó y sigue pasando algo similar: Dios nos amó primero dándonos vida de su misma vida, de su mismo aliento. Luego que nosotros por iniciativa propia caímos muertos espiritualmente, vuelve Dios  a manifestarnos su eterno amor, nos entrega la vida de su amado hijo Jesucristo, para darnos vida nuevamente y establecer una nueva relación de hijos.
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. ¿Y cómo fue que nos amó? Entregándose así mismo por nosotros para darnos vida, para reconciliarnos consigo mismo.
EL amor de Cristo nos constriñe.
Constreñir significa: Obligar, impulsar, atraer poderosamente.
Esto es lo que el amor de Cristo hace con nosotros cuando somos verdaderamente consientes de él. Es decir, cuando pensamos en el amor de cristo y su gran significado en nuestras vidas, este amor, nos obliga, nos impulsa, nos atrae poderosamente a amar a Cristo.
La muerte de Cristo:
Siguiendo con nuestro ejemplo del amor maternal en lo natural, pregunto lo siguiente: ¿Que hubiese sido si nuestra madre muere para darnos vida? Si ella sabía que tendría que escoger entre morir ella o morir nosotros en el momento del nacimiento, mas ella escoge morir para darnos vida. ¿La amaríamos con un amor más intenso? Yo creo que la respuesta seguramente es muy afirmativa, aunque nos hubiéremos perdido de su amor como madres, ya que ellas no hubieran resucitado al tercer día como Cristo si lo hizo.
Cuando nuestro texto afirma: “pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
¿En verdad que tanto hemos pensado en cuanto a la razón por la que murió Cristo? ¿Qué tan consientes somos de este hecho trascendental para nuestra vida?
Jesucristo, El Hijo de Dios, no necesitaba , ni siquiera de venir como hombre a la tierra. Sin embargo él se rebaja de su posición como Dios para convertirse en hombre como nosotros , mas sin pecado. Luego sin que nadie le ordenara ni siquiera El Padre, toma la decisión de tomar nuestro lugar y pagar la deuda de pecado que teníamos tú y yo delante de Dios. ¿Porque lo haría de esta forma? Su santa palabra lo responde una y otra vez: Solo por amor a ti y a mí, solo por amor a sus escogidos caídos en Adán.
Quisiera hacer énfasis en este “si” afirmativo y condicional que este hermoso texto nos enseña. Si uno, murió por todos, entonces en verdad todos los que teníamos que morir morimos en El, el tomo en verdad para si la muerte que nos correspondía.
Ahora te pregunto: ¿vives tú en verdad? ¿Estás viviendo o solo existes? . Los que vivimos en verdad, hemos recibido esta vida de la misma vida de Cristo. El recito y en el resucitamos nosotros. La vida nueva que hemos recibido de Cristo, es una vida diferente, es de la misma esencia de vida de Él, es así como cuando el soplo vida del aliento de su boca sobre Adán aquella primera vez. Él vive en nosotros y nosotros vivimos en él.
Siguiendo nuestro texto, encontramos la palabra “para”, esta significa, un propósito, con una razón de ser, con una meta, y esa meta es que los que vivimos, ya no vivamos para nosotros, sino para aquel que murió y resucito por nosotros, es decir Jesucristo, rey de reyes y Señor de Señores, por esta razón afirma aquí la palabra es que el hiso su obra vicaria:” para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”  
Nuestra forma de ver y conocer correcta.
“De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.”
Hay dos afirmaciones en este texto: Lo primero es que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne, ¿qué significa en verdad esto? Nosotros todos por naturaleza llevamos o damos un fruto y por este fruto seremos conocidos. Podemos dar frutos de la carne si actuamos y funcionamos en la carne, esto incluye nuestros sentimientos; más estamos llamados a dar frutos espirituales funcionando en el espíritu, que es verdaderamente lo que somos, después de haber recibido vida espiritual en Cristo, resucitados con Él. La palabra nos ordena que ya no nos miremos, ni nos juzguemos, ni nos conozcamos en los frutos de la carne, ya que si estamos ocupados de estos esto será lo que veremos más repetidamente.
En Filipenses 4:8 nos instruye así la palabra: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Cuando comenzamos a vernos en nuestros errores, en nuestras fallas, nos estamos conociendo en la carne y esto para nada aprovecha.
Lo segundo que nos indica la santa palabra es que: si aún a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. ¿Qué significa esto? A Cristo lo vimos como Isaías 53 nos describe: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”
Parece ser que Dios sabiendo que muchos nos podríamos solo quedar con este recuero de Jesucristo, nos ordena aquí en su palabra, que ya no le conozcamos mas así. No tenemos que quedarnos en esa cruz viéndolo muerto, ya que El resucito al tercer día, ya que él está sentado victorioso a la derecha del padre en su trono de gloria. Así es que tenemos que nosotros conocerle cada día, no como derrotado, sino  como victorioso, como Dios poderoso, quien El que fue, Él es y El que será. Si traemos a nuestra memoria su  sufrimiento y muerte es por razón de nosotros, y esto lo hizo, para sacarnos de muerte a vida.
Nuevas Criaturas.
Un nuevo condicional afirmativo encontramos en nuestro texto: “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¿Estamos en Cristo verdaderamente? ¿Vivimos en verdad en Él?. Entonces así debemos considerarnos , como nuevas criaturas.
La vieja vida nuestra, murió allí en la cruz, así lo afirma Romanos 6:6-8 “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él” En esa Cruz, nuestra vieja creación de pecado fue muerta y sepultada y así lo debemos de considerar. Cuando nacimos de nuevo, nacimos como nuevas criaturas, no es como viejas criaturas trasformadas o modificadas, no, ya que si así fuera estas cosas viejas, seguirían con vida en nosotros y la palabra dice que esta viaja vida murió en Cristo y que en la resurrección de Cristo tomamos nueva vida en Él. Esta vieja creación no se refiere a nuestro cuerpo natural, se refiere, es la forma de vida que teníamos antes de morir y resucitar en Cristo, en donde nos deleitábamos en el pecado, así como el cerdo se deleita revolcándose en el fango, esta es la vieja creación que murió allí en la cruz. Para muchos es difícil de entender esta verdad, ya que nuestro cuerpo mortal sigue siendo el mismo, nuestras arrugas, canas, etc. siguen ahí mismo, sin embargo tenemos que saber que nuestro cuerpo natural recibido de nuestros padres, es apenas el forro de la nueva vida, la nueva vida está allí adentro y esta producirá frutos de vida, frutos espirituales y duraderos para la gloria de Dios.
Todo es obra de Dios.
Todo esto proviene de Dios, continuo agregando la santa palabra. En Adán nos habíamos enemistado con Dios y seguíamos siendo enemigos de Dios, es decir rompimos nuestra relación con él,  con nuestras faltas y conducta, le volteamos la espalda Dios y comenzamos a vivir haciendo nuestra propia voluntad, de acuerdo a nuestra naturaleza adámica es decir en nuestra carne y alma como dice Efesios 2:1-3.
Allí mismo en Efesios 2:4-8 dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”
Fue Dios quien tomo la iniciativa de reconciliarnos con El, nosotros no podíamos, ni estábamos capacitados para hacerlo ya que estábamos muertos espiritualmente.
Es su amado hijo Jesucristo quien por amor a nosotros toma la iniciativa de reconciliarnos con Dios Padre, Él lo hiso todo completo y dice allí la palabra que nos dio el ministerio de la reconciliación, quien también nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Quisiera llegar a quienes leen este tratado con un grito de lo más profundo de mi ser, con un clamor en mi corazón:  ¡Oh! hermano amado, si estas aún enemistado con Dios, reconcíliate con El. Él no está esperando por ti para castigarte, él está allí como ese Padre amoroso esperando por sus hijos para colocarnos en el lugar que como hijos nos pertenece. Reconcíliate tu amado hermano, tu que estás viviendo en tu propia voluntad, alejado de la casa de tu amado Padre, tu que peleándote con él, le has vuelto la espalda  ignorando lo que el hizo por ti. Recuerda que en el tienes vida y todos los derechos que como hijo te pertenecen. Ya no andes mas a la deriva como huyendo de la casa de tu padre, Él te está llamando hoy vuelve a casa, ven hijo te estoy esperando con mis brazos abiertos, quiero cubrirte, limpiarte, llenarte de mi amor, y colocarte en el puesto de hijo que siempre te ha pertenecido. Hoy es el día, no esperes más.

04 marzo 2013

La elección de Dios 3ra.parte

Romanos 9
Introducción.
Al comenzar esta tercera parte de esta hermosa verdad de la palabra de Dios, nos concentraremos en esta  poderosa carta a los Romanos, la cual está llena de revelación a nuestras vidas, tanto en forma personal como como iglesia de Jesucristo. Es notorio resaltar que en esta carta nos habla de un pueblo, el Judío, para luego trasladarse a la soberanía de Dios atreves de varias preguntas relacionadas ya no solo con este pueblo escogido por Dios, sino con su santa iglesia, cuando afirma que el llamado es también para nosotros , so solo para los judíos.
 Romanos 9:9-26
“Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor.  Como está escrito: A Jacob amé, más a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.
De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.
Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?
Como también en Oseas dice:
Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, Y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.”
La promesa de Dios.
“Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo”. Esta es la promesa de Dios, dada a una pareja escogida por él, Abraham y Sara, sacada de su parentela, llamada por El mismo con un propósito especial: De ellos vendría no solamente Israel sino la misma simiente de la promesa, Jesucristo nuestro redentor. Cuando leemos la promesa y la vemos desde el punto de vista puramente natural, y si esta fuera ahora mismo en medio de nosotros, esto sería completamente imposible, ellos eran ya viejos y aparte de esto Sara era estéril. Más si lo vemos desde los ojos de Dios, ¿Qué es imposible para el?. Es así que Sara concibe de nuestro padre Abraham y tienen un hijo, Isaac, como lo prometió Dios. El hijo de la promesa vienen solo por este medios: hijo dado solo por la gracia y la misericordia de Dios y no por ningún otro método como ellos mismos lo intentaron  saliendo como resultado el no escogido Ismael.
Si continuamos escudriñando en la santa palabra, encontraremos que todo comenzó por Dios quien es quien escoge, quien predestina (crear con un propósito previo), quien llama, quien justifica y quien glorifica. De esta forma Dios escoge, separa a Abraham de su parentela, con un propósito plenamente determinado por el mismo, de él saldrán naciones que servirán y amaran a Dios. (nosotros, como iglesia de Jesucristo, incluidos como hijos de fe).
El propósito de Dios conforme a la elección.
El método del hombre en cuanto a la elección está establecido de acuerdo a sus obras, este usa criterios bien claros, cuando se trata de elegir: si es en lo militar es por disciplina y eficiencia, si es en lo deportivo es por prestación y capacidad, si es en lo académico es por disciplina y calificaciones, en fin en el medio que sea, el hombre es escogido, por sus propias obras, sus propios meritos o atributos. Asi mismo vemos que estas personas son elegidas para tener un privilegio o autoridad sobre otras.
El método de Dios es todo lo contrario. El escogió lo vil del mundo, lo necio del mundo. Dios usa a hombres y mujeres que son lo suficientemente frágiles como para apoyarse en Él. Dios todo poderoso, todo soberano, elige como él quiere, más él elige conforme a su propósito.En el siguiente verso, podemos leer com Dios escoge de acuerdo a su santo propósito. De Isaac nacerian dos hijos Esaú y Jacob. Dios habla así en su palabra en cuanto a su elección, en cuanto a su santo proposito con la vida de estos dos hermanitos: “pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama”.
En esta verdad bíblica la palabra nos enseña que Dios elige con un propósito y que este propósito es permanente, invariable, el hombre no lo puede cambiar, ya está dictado por Dios y así permanecerá. En la enseñanza bíblica, encontramos también un buen número de preguntas y respuestas que el mismo Dios hace, sabiendo que seguramente vendrían hombres, que como Pelagio, Arminio y sus seguidores enseñarían erróneamente engañando a muchos, que aún hoy los siguen, ignorando intencionalmente la sana doctrina en cuanto a esta doctrina de la elección divina. Ellos enseñan en su  falsa teoría del “Libre albedrio del hombre”, que es el hombre quien elige recibir o rechazar a Dios, que Jesucristo llega al hombre como suplicándole que reciba la salvación de su alma que Él ofrece, pero que en definitiva es solamente el hombre en su libre albedrio quien toma la decisión en aceptarla o rechazarla.

En esta santa escritura Dios mismo se encarga de aclarar: Él es quien elige, y su santa elección, no es de acuerdo  a las obras de ninguno, sino de acuerdo a su santo propósito. Así que esta falacia queda despedazada y desmentida por la misma palabra de Dios. Ella nos enseña que estos dos hijos de Isaac, no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, posteriormente nos afirma claramente que Dios tiene un orden y que este orden permanece, es Él quien dicta, quien elige con propósito, quien pone las reglas y el criterio para determinar a quien elige o a quien no elige. Que claro enseña aquí la escritura, que no es por obras, que las obras significan cero, nada delante de Dios cuando se trata de a quien Él elige. Dos bebes aun en el vientre de su madre, ni siquiera habían nacido, por lo tanto no habían hecho nada, absolutamente nada, ni bien ni mal, para que Dios mismo tomara una decisión a cuál de ellos había elegido, y luego complementa: “no por las obras sino por el que llama”.
¿Quién es el que llama?, ¿será la voz de la conciencia de algún hombre muerto en sus delitos y pecados? O ¿será la voz de algún sabio en su sabiduría? De ninguna manera, el único que llama es nuestro Dios, no hay nadie más quien pueda llamar, Él se reservó este derecho, El elige, predestina, llama, justifica y glorifica, esto solo y solo él lo puede hacer, duélale a quien le duela.
Recordemos que el hombre después de la caída en el huerto del edén, quedo muerto, totalmente incapacitado para buscar a Dios, totalmente pervertido, sin posibilidad alguna de buscar a Dios por sus propios medios o por propia iniciativa.
Es también notorio como Dios muestra su soberanía en este asunto de la elección. Dios hace como él quiere: La norma de la sociedad existente hasta este entonces era: El menor servirá al mayor, existía una primogenitura la cual así lo ordenaba, era el hijo mayor quien tenía todos los derechos, los demás hijos después del él, servían a su autoridad sin protestar, mas aquí Dios mismo con su autoridad, todo se vuelve al revés, como parados en la cabeza cuando Dios dice: “El mayor servirá al menor”. Esto a la vez nos enseña que en el reino de Dios en cuanto a la elección no hay norma establecida por el hombre que prevalezca. Así vemos que Dios llama con llamamiento santo a su servicio tanto a hijos mayores  como a menores sin distinción y entonces el mayor servirá al menor. Es así que encontramos pastores como hijos menores en una familia, pastoreando a sus hermanos mayores. Tampoco podemos decir que los primero que llegan a una iglesia son los más espirituales y por lo tanto los lideres, ya que no es por antigüedad, sino por el que llama, a veces los últimos serán los primeros y quien entiende a Dios, el mismo dice: “Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”, más bendito sea el Señor, es el quien tiene su suprema potestad, de él es la autoridad, él es quien dispone, de él es la soberanía. Gloria sea dada a su nombre, que sin ser más que simples hombre, no tuvo en cuenta nuestro pecado ni nuestra debilidad, escogiéndonos y llamándonos a su santo servicio para su gloria y alabanza.
A Jacob amé, más a Esaú aborrecí.
Que injusto, que absurdo suena esto a la lógica del hombre y su limitada justicia. Y digo que limitada justicia porque esto es lo que hacemos cuando se nos lee que Dios ama a Jacob y en cambio aborrece a Esaú. Muchos llegan inclusive a concluir: “Este no es el Dios de amor que yo conozco”,  juzgando a Dios de acuerdo a su propia y falsa justicia, ellos no alcanzan a entender la soberanía de Dios y mejor optan por ignorarla, haciendo caso omiso a su santa palabra. ¡Oh! Cuanto quisieran algunos de ellos que estas hermosas páginas de su santa palabra no existieran, para de esta forma poder tener algo de gloria para sí mismos quitándosela a Dios, cuanto quisieran borrar de la escritura esta poderosa doctrina de la elección divina, para ellos poder usurpar el puesto que Dios mismo se reservó en cuanto a este santo ministerio.
Que duro se hace cuando Dios en su santa soberanía decida a uno amar y al otro aborrecer.
A propósito del significado de aborrecer no es fácil de digerir: El verbo castellano está cargado de tonos emotivos y significa, algunas veces, abominar; otras, abandonar o dejar. En el aborrecer bíblico también entran estos diversos matices, y además, a veces, está preñado de ira, odio o mala voluntad hacia una situación o hacia una persona. Que duro se hace el solo pensar que Dios así como ama, también puede aborrecer, pero claro esto no es nada lógico al pensamiento lógico del hombre ya que él ha escucha solamente que Dios es amor, mas ignora que él también es soberano.
Las preguntas de Dios al hombre: ¿Qué, pues, diremos?
Es difícil cuando uno como ser imperfecto es llamado a cuentas. Recuerdo muy bien cuando mi padre me llamaba para preguntarme en cuanto a una decisión que el había tomado, pero que yo en mi orgullo me negaba a obedecer. Esto era muy difícil, ante todo cuando la pregunta era: ¿Qué dices tú de esto?
Se hace duro cunado nuestro poderoso Dios nos pregunta y ante todo cuando la pregunta es: ¿Qué nosotros diremos en cuanto a sus decisiones? El como Dios sabio, prevé que el hombre imperfecto vendrá con sus preguntas necias para tratar de ejercer su pobre justicia y de esta forma satisfacer su propio ego. Más Dios no se hace tardo para contestar estas necias preguntas del hombre.
¿Qué hay injusticia en Dios?
¿Qué crees tú?, ¿hay injusticia en que Dios elija amar a uno de los dos hermanitos que se encuentran todavía en el vientre de su madre, mas escoge aborrecer al otro?, De acuerdo a nuestra lógica manera de elegir y ejercer justicia, no tardaríamos en responder como muchos responden: Dios es injusto, ya que son dos bebitos que no le han hecho mal a nadie y por consiguiente no se merecen que nadie los rechace y mucho menos los aborrezca. ¡Pobrecito bebe a quien Dios aborreció!. Más la respuesta de Dios no se hace esperar y es contundente. Dios ha dicho: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.”
Que podrán decir aquellos que afirman que es la sabiduría del hombre la que actúa para que este por su misma iniciativa y mediante lo que ellos llaman libre albedrio del hombre escoja ser salvo, es decir el mismo decida recibir la salvación que Dios le ofrece, o en su defecto si así no lo desea la rechazan. Con que argumentos pueden contradecir esta santa verdad cunado Dios mismo añade: “Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.” Y seguidamente añade refiriéndose a la conducta del faraón y su justicia para con este: “De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.” Todo esto para mostrar su santa gloria.
Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?
¿Por qué inculpamos?, o mejor, para aclarar, ¿qué quiere decir inculpar?, Inculpar es culpar, acusar a alguien de una falta o delito. En este caso el hombre toma la posición de juez, culpando a Dios por la desgracia de uno, de Esaú, el ser aborrecido. Más luego viene Dios con otra pregunta: ¿quién ha resistido a su voluntad?.
No hay nadie sobre la faz de la tierra que haya resistido su santa y poderosa voluntad. Job quiso altercar con Dios, al experimentar en su vida el profundo dolor que le causó su desgracia al ser vapuleado por Satanás, más cuando Dios lo enfrento, Job abrió su boca y dijo: “Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás.
De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.”
No podemos culpar a Dios por ninguna ni de nuestras desgracias, ni por las desgracias de los demás, sencillamente, lo único que podemos es aceptar su santa voluntad. En cuanto a que nosotros, quienes estamos también muertos en delitos y pecados como todos los demás, que no merecíamos nada, sino castigo, más que por su pura gracia y misericordia nos escogió para salvación, dándonos vida abundante por medio de Jesucristo, no podemos más que solo decirle: Gracias Dios mío por su gran amor, gracias por habernos elegido, por habernos amado, pues de lo contrario seriamos uno más de los aborrecidos de Dios creados para su ira.
¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
¿Podremos nosotros llamar a cuentas a nuestro creador para preguntarle e inculparlo con esta nueva pregunta? Yo creo que muchas veces cuando nos miramos al espejo muchos de nosotros no estamos nada satisfechos con nuestro parecer físico, quisiéramos ser mejores, vemos que nuestra nariz no es la más bonita, o nuestros ojos no son los grandes suficientes  y ni del color que nosotros quisiéramos. ¿Y que con nuestra estatura, o, los que perdemos el cabello prematuramente? Y si seguimos con estas consideraciones nunca terminaríamos la larga lista de inconformidades con nuestro hacedor. Pero si miramos nuestro interior, nuestra forma de actuar o de pensar, o de sentir, la lista aún se haría más extensa, y nuestro reclamo seguiría vigente…Dios, ¿por qué me has hecho así? Todo esto basados en nuestra carnal naturaleza y actuando puramente como carnales.
Más quisiera ir un poco más profundo en este pregunta, ya que muchos tiene la propiedad de defender al que no cree en Dios, o mejor al que no puede creer en Dios, ante todo cuando se toca las cuerdas de los sentimientos y algunos de sus familiares parecieren por sus actos que no desean creer en Dios, entonces se reacciona enjuiciando a Dios por su injusticia y falta de amor, olvidando que no depende del que quiere o del que corre sino de Dios que tiene misericordia. Muchas veces parecemos como abogados baratos defendiendo lo que no tenemos que defender, a quienes no sabemos si son o no son escogidos, como si se nos hubiera revelado ese santo misterio, que solo Dios se reservó para sí mismo, entonces entramos en reclamos contra Dios, mas quienes somos nosotros para inculpar a Dios? Lo que debemos hacer en cambio de inculpar es ir por todo el mundo y predicar su evangelio a toda criatura.
Digo que pretendemos ejercer como abogados baratos delante de Dios, defendiendo al incrédulo, si tomas esta posición y te acercas a uno de aquellos que se denominan ateos y le preguntas si el creer en Dios es relevante en su vida, su respuesta será, que esto para nada interesa, ni le quita, ni le pone, ya que ellos viven como a ellos les parece y el creer en Dios los tiene sin cuidado…ellos nunca reclamarían: Dios, ¿por qué me has hecho así?, para ellos lo único que vale es vivir su vida, ellos dicen: Comamos y bebamos que mañana moriremos, la existencia de Dios ni siquiera es algo que los inquiete, mucho menos su creer en él, pues carecen de fe para tal.
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
El Altísimo, Señor del Cielo y de la tierra, tiene poder ilimitado para hacer lo que El decida. Esto implica que Él es absolutamente independiente para tomar las decisiones que el mismo desea tomar. Al ser absolutamente independiente en la toma de decisiones sobre su creación, Dios hace lo que a él le place. Nadie puede disuadirlo u obstaculizarlo en que él tenga que hacer de acuerdo a Su Santa y Completa Voluntad. En mismo dice en su Santa Palabra: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Isaías 46:9-11
Yo quisiera preguntarte hoy: ¿Tiene Dios potestad para hacer lo que Él quiera y le plazca?, Yo creo, como la palabra me enseña: Que Él tiene absoluta potestad y no necesita del consejo de nadie para tomar sus santas decisiones. ¿Quién podría de alguna manera incidir en sus libres y santas decisiones? Y es más, ¿quién podrá alguna vez entender sus santos juicios y su completa sabiduría?, ¿No sería mejor que nosotros de una vez por todas nos humilláramos delante de él y reconociéramos quien es Él y quienes somos nosotros?, que pudiéramos como exclama su santa palabra decir: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Romanos 11:34-36 
¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?
Cuando la pregunta comienza como aquí comienza con un ¿y qué?. Viene implícita la total soberanía de Él, el hace como él quiere ¿y qué?. Esta pregunta nos deja sin nada con que refutarle, Él es quien él es ¿y qué?, gústele a quien le guste, el hace como a él le place, ¿y qué?
Note que el contenido de la pregunta, en si lleva la misma respuesta: Hay dos clases de vasos que el construye de la misma masa, con dos fines plenamente determinados por el mismo: Unos los vasos de ira, preparados para destrucción y los otros los vasos de misericordia, que el preparo de antemano para gloria, a los cuales nos predestino, llamo, justifico y finalmente al ser preparados o destinados de acuerdo a su santo propósito, para gloria, nos glorifico. En cuanto a los primeros, Dios quiso mostrar su ira y hacer notorio su poder, esto lo mostro desde el principio de los tiempos, primero con Caín, con Esaú, con el Faraón, Judas el Iscariote,  y con todos aquellos que fueron preparados por el mismo, para tal fin: Vasos de ira preparados para destrucción, es decir infierno, es decir condenación.
En esta misma pregunta y con el mismo: ¿Y que si Dios quiso?, nos trae una gran noticia, una hermosa buena nueva, llena de su gracia: Que los vasos de misericordia preparados para gloria, somos nosotros. Que no solamente son los judíos, su pueblo escogido, sino que también nos incluyó a nosotros los que no merecíamos nada, él lo está afirmando una vez más: “esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles.”
¿Que podríamos nosotros decir a esto?, solamente: ¡Gracias a Dios por su don inefable!, te damos  gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Reconocemos ¡Oh! Dios tu santa potestad y señorío, tu eres soberano ¡oh! Dios tú eres soberano. Gracias por habernos hecho hijos del Dios viviente. Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

29 enero 2013

La soberanía de Dios en la elección

Dios elige como él quiere, él es un Dios Soberano.
En el primer tratado expuesto en este blog, concluí: Que fue Dios quien nos escogió y no nosotros a él, que él nos escogió antes de la creación del mundo, que no nos escogió por nuestra obras o por nuestra conducta buena, que él nos escogió con un propósito, que ese propósito se llama predestinación de Dios, que fuimos predestinados para ser hechos hijos suyos por adopción mediante Jesucristo, que fuimos predestinados también para ser salvos por medio del sacrificio de Cristo  en la cruz y de su sangre por la cual recibimos perdón y redención de pecados, que también Él nos revelo el misterio de su voluntad, para que así pudiésemos entenderle y de esta forma poder vivir como hijos obedientes y victorioso sobre la tierra.
El deseo de mi corazón al escribir este pequeño tratado, es que podamos entender un poco más esta preciosa verdad bíblica, la cual al saberla y entenderla nos enriquece grandemente, trayendo paz a nuestro corazón y muchísima confianza en nuestro Dios, creyendo con plena certeza que la obra de salvación es toda de él, y por lo tanto que Él es quien la entrega en su santísima voluntad y soberanía a quien él desee. Sin embargo también es sabido que hay algunos quienes la ignoran o la rechazan, desando mediante sus obras tomar parte de su gloria, predicando que es el hombre quien tiene total libertad para escoger o rechazar la salvación ofrecida gratuitamente por Dios, mediante la gracia y por medio de la fe entregada por Dios, predicando que el hombre quien decide en su libre albedrio (total y completa capacidad para decidir) elegirse así mismo para recibir salvación, o, que es el hombre pecador quien decide por su propia voluntad recibir o rechazar la salvación ofrecida por Dios, que Dios no tiene ninguna autoridad sobre la voluntad del hombre, que Dios nunca escogió a nadie, sino que lo que Dios quiere es que todo el mundo escoja salvarse, escogiendo ellos mismos creer en Jesucristo y de esta forma desconocer la absoluta y total soberanía de Dios sobre todas sus criaturas.
Ellos quisieran eliminar unos cuantos capítulos de la escritura donde Dios nos habla tan claramente sobre esta verdad. Con sus falacias engañan a otros haciéndoles creer que es definitivamente el hombre quien por voluntad propia escoge creer en Jesucristo, olvidándose de la verdad bíblica que enseña claramente que es todo lo contrario, poniendo su voluntad por encima de la misma voluntad y libre decisión de Dios, creyéndose muchas veces más justos y más aptos que Dios para administrar esta justicia en cuanto a quien merece o no merece, ya que según ellos es por merecimientos y no por la suprema potestad y la absoluta soberanía  de Dios, que el reparte, elige y salva a quien él quiere y como él quiere, como el mismo lo anuncia en la santa escritura: "Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.... De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece."
Para entender que Dios elige libre e independientemente a quien él desee, es necesario que reconocer que Dios es un Dios todo soberano, absolutamente soberano. La soberanía de Dios es la absoluta y total capacidad para hacer y dictar como a él le place hacer, según el mismo lo dice de acuerdo a su Santísima voluntad.  
El Altísimo, Señor del Cielo y de la tierra, tiene poder ilimitado para hacer lo que El decida. Esto implica que Él es absolutamente independiente para tomar las decisiones que el mismo desea tomar. Al ser absolutamente independiente en la toma de decisiones sobre su creación, Dios hace lo que a él le place. Nadie puede disuadirlo u obstaculizarlo en que él tenga que hacer de acuerdo a Su Santa y Completa Voluntad. En mismo dice en su Santa Palabra: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Isaías 46:9-11
En el nuevo testamento el apóstol Pablo dice en cuanto a su soberanía: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.” Hechos 17:24-29
Consideremos esta apreciación en cuanto a la propiedad, el derecho y la soberanía. De acuerdo a la ley humana, nos es lícito hacer lo que deseemos con algún bien que sea de nuestra propiedad.  Vamos a dar un ejemplo: Con mis manos construí  mi casa, con mi dinero compre la propiedad del terreno para construirla, hay una escritura pública que así lo dice, por lo tanto yo puedo hacer lo que con ella desee: Puedo disfrutarla viviendo en ella, la puedo arrendarla, regalarla, venderla, demolerla o abandonarla. Yo estoy en todo mi derecho de hacer lo que a mí me plazca con ella. Yo soy totalmente independiente, libre y soberano sobre esta propiedad. Creo que en esto estamos todos de acuerdo.
Ahora yo te pregunto: Eres tu creación de Dios?, o, crees que naciste da la nada? si eres creación de Dios, tiene Él derecho, propiedad y potestad sobre ti  o, tú mismo tienes tu propia potestad?.
Hablo con verdaderos creyentes en Jesucristo, de los cuales ensaña la biblia,  que nosotros fuimos comprados a precio de sangre, de la sangre de Jesucristo.
Como humanos tenemos otro paradígma. Muchos de nosotros podemos admitir, ver y pensar en un Dios creador de todo, un Dios amoroso y misericordioso repartiendo dones y regalos sus hijos, Un Dios Poderoso, sosteniendo con su mano el eje de la tierra, un Dios que dirige el rumbo de las estrellas y los planetas del universo, un Dios que hace nacer el sol, que hace caer la lluvia a su tiempo, un Dios que bendice sin medida. En esto no tenemos ningún problema en aceparlo, pero cuando Nuestro Amado Dios se sienta en su trono y funciona como un Dios Todo Poderoso y Soberano, un Dios que toma determinaciones y dicta  justicia sobre toda su creación incluyendo al mismo hombre, su vida, su propósito, su salvación, ahí la lógica y sabiduría de muchos, se confunde y no entiende sus parámetros, es cuando muchos de los hombres y mujeres parte de su creación sobre la tierra, encapsulan la total soberanía de Dios para limitarla a su propio parecer, ya que toca sus terrenos de autonomía y entonces es cuando comienzan a pensar de acuerdo a su propia sabiduría. Es cunado el confundido y limitado pensamiento de muchos piensan que son totalmente soberanos para decidir  si reciben o no la voluntad de Dios de salvarlos. Ellos aseguran que no hay tal elección, considerando a dios como injusto si hubiera el hecho esto de escoger a unos y desechar a otros, que nunca Dios hizo eso de sentarse en su trono para elegir, seleccionar, hacer diferentes vasos con diferentes propósitos.  Estos ignoran o deciden ignorar, la completa autoridad y absoluta soberanía de Dios en hacer como a él le place y comienzan a divagar en su propia sabiduría limitada, ignorando o haciéndose los ignorantes en cuanto a que Dios hace como él quiere. EL elige a quien él le plazca de acuerdo a su Santísima voluntad  para lo que él le plazca, sin permiso de nadie, duélale a quien le duela.
Es un asunto de derecho o es Dios quien imparte justicia y misericordia soberanamente?
Según las Sagradas Escrituras, los Ángeles caídos son todos aquellos ángeles expulsados del cielo como castigo por rebelarse contra Dios. Las Sagradas Escrituras nos dicen también que un ángel caído tendrá que vagar por la tierra hasta el día del juicio final cuando serán desterrados y enviados al infierno.
Pensando en estos ángeles  también creación de Dios, no se ha escuchado que algún predicador que se levante para defenderlos, sin embargo pudiéramos pensar, que si algunas criaturas de Dios tienen un derecho de quejarse de sus tratos, son los ángeles caídos. Por su pecado fueron arrojados del cielo de inmediato, y no encontramos en la escritura que de alguna forma Dios les haya enviado algún mensaje de misericordia. Una vez echados fuera, su condenación fue para siempre; mientras que a los hombres caídos en Adán, se nos dio una tregua, la redención nos fue enviada y de todos los hombres caídos, los cuales no merecíamos otra suerte que el mismo infierno, Dios quiso en su soberana voluntad y por su gran amor y misericordia, que un gran número fuimos elegidos para vida eterna. 
Dios nos muestra por su palabra que el en su toda potestad y soberanía eligió un pueblo de la raza humana para salvación, más muchos allí afuera niegan y dudan y debaten que Nuestro Dios Poderoso y Soberano, tenga este derecho. Por qué no contender con la Soberanía tanto en un caso como en el otro?
Hablando de derecho y si la salvación como muchos declaran fuera por merecimiento, ciertamente los ángeles tendrían tanto derecho como los hombres de exigir un mejor final. No estaban ellos colocados en una dignidad superior a la nuestra? O  fue acaso que ellos pecaron más que nosotros? Yo creo que no. El pecado de Adán fue deliberado, él estaba consciente que lo que estaba haciendo conllevaba a muerte y sin embargo lo hizo. Si pensaremos en el servicio que un ángel restaurado pudiera hacer para Dios, comparado con lo que un hombre restaurado pudiera prestar para Dios, estaríamos en tremenda desventaja.
Si fuéramos nosotros con nuestra sabiduría, los que juzgáramos en este asunto, pondríamos en la balanza de juicio los merecimientos o el servicio, entonces, habríamos liberado a los ángeles y no a los hombres. Mas Dios en su gran amor escogió un gran numero hombres y mujeres como tú y yo para ponerlos como sus hijos, sus redimidos por medio del mismo sacrificio de su amado hijo Jesucristo hecho nuestro Señor y Redentor, mientras que a los ángeles olvido por completo, dejándolos condenados para siempre. Que podríamos decir a esto, sino ser hijos agradecidos y deleitarnos en su gran amor, reconociendo la soberanía de Dios.
No quisiera concluir esta segunda parte de este tema sin antes confesar  con mi boca lo que la misma escritura dice: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos. 11:33, y  “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55:9.
Gracias doy a ti amado padre por tenerte a ti en nuestra vida, por hacernos comprender las ricuras de tu ciencia y tu sabiduría, gracias por habernos hecho partícipes de tu santa familia mediante Jesucristo, y de tu herencia sobre la tierra, gracias padre porque fuiste tú en tu Santa potestad, en tu toda absoluta y amorosa soberanía que decidiste elegirnos para salvación, gracias Padre por ella, por tu vida recibida en ella. Gracias por tu santa verdad que es tu palabra, la cual creemos, gracias, muchas gracias Señor por tu eterno amor.
Nota: Vendrá un tercer estudio sobre este mismo tema, en donde escudriñaremos romanos capítulo 9

23 enero 2013

Establecer nuevas iglesias- Esparciendo la semilla

Nacimiento, llamado, visión y misión de Dios:
Hechos 26:16-18 “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Debo confesar que uno de mis personajes predilectos y modelos de mi vida es el apóstol Pablo, es tremendamente enriquecedor para mi vida cada vez que leo su obra, partiendo de su nuevo nacimiento como hijo de Dios, el cambio completo de su vida, al pasar de perseguidor a perseguido, el de guardador de la ley a predicador de la soberana y abundante gracia de Dios. Es tremendamente emocionante sumergirse en la santa escritura y entender cada vez más del significado de su santo  llamado al servicio de Dios, comenzando por su nacimiento y transformación de Saulo a Pablo, de inmediato la predicación del mensaje de Jesucristo en medio de los Judíos primeramente y después los gentiles, de su seguridad en cuanto a su llamado y a su misión a pesar del rechazo y olvido aun por parte de los apóstoles establecidos en Jerusalén. Es de admirar y seguir, su ejemplo, el denuedo, firmeza, seguridad y fe  en seguir adelante a pesar de las tremendas dificultades que estuvieron delante de él, ya que no solo el ir a un pueblo desconocido y hostil fue una gran dificultad, sino la misma persecución que recibió de los judíos a quien el pertenecía y de la misma iglesia de Jerusalén liderada por Jacobo, quienes se contrapusieron a su obra misionera, a la doctrina y verdad revelada por el mismo Dios, que él estaba enseñando por donde proseguía su viaje guiado siempre por el Señor.
Cuantos de los que Dios ha llamado después de él, hubiesen querido alcanzar de alguna manera la obra misionera de Pablo, cuántos sueños y visiones de muchos hombres que han seguido su ejemplo han marcado la vida de muchas personas en diferentes partes del mundo, tanto en tiempos antiguos como en nuestros días, entre ellos podríamos nombrar algunos pero no terminaríamos de escribir una lista encabezados, por los mismos padres de la iglesia quienes con sus vidas en juego prosiguieron el mandato del Señor en ir a las naciones de predicar el evangelio de Jesucristo a toda criatura. Posteriormente en la reforma por Lutero, Calvino,Hus y otros y posteriormente en la después de la reforma, como Spurgeon o muchos otros hasta el día de hoy.

Al llegar a nosotros este mismo llamado y esta misma misión de parte de Dios, me he hecho esta pregunta vez tras vez: Que fue lo que hizo el Apóstol Pablo para alcanzar a tantos pueblos en tan corto tiempo y de tan excepcional forma. Es bien cierto que él fue todo el tiempo guiado por Dios, que él no se movió si Dios no le indico a donde moverse, es también bien cierto que su vida estuvo el 100% dedicada para servirle a Dios, mas escudriñando la escritura encontré este proceso que el uso vez tras vez para constituir nuevas iglesias y avanzar en la misión encomendada por Dios, la cual quiero compartir contigo.

Hechos 14:21-28 “Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Pasando luego por Pisidia, vinieron a Panfilia. Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.”

1.    Anuncio el evangelio.

Lo primero que Pablo hizo, al llegar a un lugar, antes de hacer alguna amistad en medio de los habitantes de un sector desconocido a donde el llagaba era predicar el evangelio de Jesucristo, el sabia claramente que este era la llave de entrada a ese lugar, él sabía que el poder del evangelio de Jesucristo tocaría corazones, abriría puertas, el nunca busco primero hacer otra cosa que no fue anunciar las buenas nuevas de salvación. Más tarde en nos escribiría a cerca de su experiencia en cuanto anunciar el evangelio, en Romanos 1:16-17 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”
Pablo sabía este secreto, que el evangelio de Jesucristo. Por esta razón él nunca tuvo vergüenza de predicarlo, como el Señor Jesucristo le indico en su primer encuentro, allí en la vía a Damasco. Pablo tenía la seguridad que el anunciar el evangelio, muchos de los que lo escucharían, actuaría en ellos lo mismo que actuó en el: la fe y el arrepentimiento puestos por Dios en los corazones de todos sus hijos, el sabia mediante este mismo poder del evangelio, habrían nuevas vidas, nuevos nacimientos, que Dios mismo se manifestaría dando vida, llamando, tocando y atrayendo a cada corazón a ser parte de este nuevo grupo que se llamó iglesia.
La pregunta es qué hacemos hoy cuando viajamos de misión, con el objetivo de establecer nuevas iglesias, cual es nuestra metodología, nuestra estrategia para hacer el llamado del Señor en el cumplimiento de la gran comisión. Podríamos los apóstoles y misioneros de este tiempo decir como Pablo: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación.” En verdad no nos avergonzamos de predicar el evangelio donde Dios nos indique y con quien Dios nos muestre, sea hasta con la persona el más humilde o con el rey más en eminencia?. En el lugar más cercano y cómodo o en lugares inhóspitos y apartado del mundo? Muchos deseamos predicar pero exigimos condiciones mínimas para hacerlo, exigimos que nuestro equipo de evangelización y misión tenga todas las comodidades i garantías en cuanto a el local donde predicaremos, las condiciones del sonido, y muchas veces hasta paga pedimos si accedemos a predicar lo que llamamos misión para entregar el evangelio de Jesucristo. Qué triste es esto pero lejos estamos de hacer lo que este verdadero apóstol i misionero del Jesucristo nos enseñó.

2.    Ejercía disipulado en medio de los nuevos creyentes.

En mi corta vida de agricultor, hasta mis los 12 años, o bien plante algunas semillas u observe a mi padre cultivarlas. Cuando uno planta una semilla espera que esta nazca, crezca y de mucho fruto, pera para que esto suceda es necesario darle el cuidado y alimento que esta requiere, ante todo en su primer periodo después de que sea visible sobre la tierra.
También pude ver cuando una oveja tenía su crio, como el corderillo permanecía todo el tiempo, con su madre para ser alimentado mientras poco a poco aprendía a rumiar pasto, y no era separado de esta hasta no valerse por sí mismo.
De la misma forma Dios nos mandó a regar la semilla y no solamente a regarla sino a perseverar cuidándola hasta que este madura y de fruto.
Si bien Dios mismo, todo lo hace, todo está bajo el cuidado y voluntad y es el quien da el alimento y hace que crezcamos y demos fruto; Tambien es cierto que él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
El mandato del Señor no fue solo ir a predicar la buenas nuevas del evangelio de Jesucristo, no fue solamente a hacer creyentes, o, a hacer salvos, como algunos lo entienden erróneamente, esta es apenas la mitad del  mandamiento.
El mandato del Señor fue: Id por todo el mundo a predicad el evangelio y haced discípulos.
El hecho de formar discípulos requiere tiempo, dedicación, comunicación, amistad y compañerismo. No podemos llegar a un lugar donde somos invitados pronunciar un mensaje de unos minutos y seguir a otro lugar para hacer lo mismo y por lo tanto llamarnos apóstoles o misioneros del Señor. Pablo dedico tiempo en este asunto, él nunca después de anunciarles el evangelio siguió su camino y los dejo a la deriva, el los asistió en el proceso de fortalecimiento en su fe y en la madurez posterior a su nuevo nacimiento, si no lo hizo personalmente, entonces lo hizo por medio de emisarios que el mismo entreno con este propósito, enviando cartas de enseñanza, animándolos y exhortándolos a seguir adelante y volviendo a ellos cuando así lo indico el Señor.
A pesar de las tan difíciles circunstancias para ejercer este seguimiento y discipulado debido principalmente a los medios de comunicación existentes entonces, Pablo lo hizo y por esto vio resultados.
No sé cuánto tiempo tomaría un emisario a lomo de asno o de camello o en un barco de vela, para llevar una carta de donde se encontraba Pablo a las iglesias a las que el escribía constantemente, más él nunca se cansó de hacerlo, es por esto que hoy nos podemos deleitar de las enseñanzas de discipulado que él escribió vez tras vez a las iglesias que el estableció.
Pablo tenía claro que el solo no podría hacer la obra misión encomendada, bien desde su misma partida de Antioquia fue parte de una grupo de trabajo. Al comienzo, solo cuatro: El espíritu Santo, Pablo, Bernabé y Marcos, este último tomado como discípulo de ellos, para que experimentará verdaderamente de la misión ordenada por Dios.
Pablo entendió desde un comienzo que la obra se expandiera solo mediante la predicación del evangelio de Jesucristo y de hacer discípulos, como era la receta del Señor. El solo hizo y obedeció el mandato del Señor. Mas como afirme arriba el hacer discípulos requiere de tiempo, él también pudo darse cuenta que existían diferentes vasos con diferentes dones con diferentes llamados si bien todo por el mismo espíritu de Dios. El estableció ancianos, pero también tomo par si, personas como Silas, Timoteo, Tito Lucio, Jasón y Sosípater, en los cuales invirtió seguramente mucho más tiempo y dedicación, no solo en la enseñanza de la palabra sino en moldear sus caracteres y su forma de vivir y servir a Dios. De esta forma cuando llego el tiempo y los impedimentos ya como cárcel, enfermedad u otras razones, Pablo los uso como sus emisarios. Démonos cuenta que este entrenamiento de vasos especiales mostrados por Dios es parte del discipulado diseñado por Dios, para el crecimiento y maduración de su santa iglesia.

Que diferencia y ventaja en este sentido tenemos nosotros en nuestros tiempos, con los avances en las comunicaciones y la electrónica en nuestro mundo moderno, deberíamos rendir más en esta tarea disipular. Mediante el uso del teléfono a menudo para comunicarnos con los ancianos establecidos, en las diferentes iglesias podemos sin lugar a duda ejercer más efectivamente esta tarea encomendada por el señor. 
Que reconfortante es cuando uno de nuestros discípulos al otro lado del océano o en otras naciones y continentes recibe una llamada nuestra o cuando nosotros como discípulos la recibimos de quien nos discípula. Más no solamente el teléfono es el único medio por el cual podemos comunicarnos. Ya no hay que ir en camello para llevar una carta, ni nos cuesta tanto dinero enviarla, sino que a través del correo electrónico, completamente gratis tarda unos pocos segundos el comunicarnos con nuestros discípulos. Si el interés es vernos en nuestros ojos en un encuentro personal también lo podemos hacer en vivo y en directo y sin costo alguno mediante una conferencia por video directo. La pregunta es qué nos pasa para no hacer este trabajo de discipular a los que Dios nos dio?. No podemos decir que es falta de tiempo, o que es costoso, sino sencillamente que no tenemos voluntad para hacerlo y cuando esto sucede  no podemos preguntarnos porque es que las congregaciones no prosperan tanto en madurez espiritual como en número de creyentes. La respuesta es al no ejercer esta tarea discipular, los hemos dejado solos, aislados en el mundo. Creo que es el momento para que si en verdad Dios nos ha llamado a prestar este servicio, lo hagamos con dedicación y amor, de lo contrario deberíamos dejarlo para los que en verdad lo tengan se encarguen de hacerlo y nosotros ocuparnos para lo que Dios nos ha escogido.

3.    Y constituyeron ancianos en cada iglesia.

Después de dedicar tiempo compartiendo con ellos en la enseñanza de la palabra, Pablo vio la necesidad de establecer ancianos (plural) para que estos se encargaran del gobierno de la iglesia. (véase estudio, el gobierno de la iglesia local.)
En el cuerpo o grupo de ancianos de la iglesia, esta la responsabilidad de continuar la edificación de la iglesia local, Dios los dotó de dones , tanto los dones da el Padre, como el Hijo, como el Espíritu Santo, para poder gobernar su más preciada creación, su cuerpo visible sobre la tierra, su santa iglesia.
Si en una iglesia no funciona este grupo de ancianos, la iglesia esta a la deriva. Si la iglesia depende una sola persona esto no es bíblico, ya que como iglesia funcionamos como un cuerpo bien conformado.
                                                              
4.    Perduro constante en la misión encomendada. Hech. 15:36; 18:22-23, 1Tesal. 3:1-13

En mis años juveniles practique tanto el atletismo como el ciclismo de ruta, estos son deportes de fondo muy exigentes, lo primero que uno debe saber es que tiene condiciones innatas para practicarlos, de lo contrario dedíquese a otro deporte para el cual tenga condiciones. Después de tener esto claro, se debe de tener en cuenta que existe un periodo de preparación y entrenamiento fuerte y exigente, que requiere de muchos sacrificios dedicación y cuidado personal.
Cuando el deportista sabe que va a correr una maratón o una carrera de ciclismo de varias etapas, tanto largas como de montaña, en frio, en calor, contra el viento, a solas o acompañado, sabe que lo que va a correr es largo y exigente, que tomara tiempo, que deberá correrá inteligentemente, si es de ciclismo, sabe que será parte de un equipo con quien trabajara juntos y coordinadamente para conseguir al final y dar un resultado. Sea una maratón o una carrera de ciclismo por etapas, una sabe que no arranca a toda velocidad, de tal forma que las fuerzas no alcancen sino para el primer kilómetro, sino que correrá sabiamente teniendo por seguro que llegará a la meta final.
Cuando Pablo escucho el llamado de Dios y la misión y visión que Dios le dio, él sabía que esta misión no sería nada fácil, tampoco pensó, de acuerdo a sus cartas, que terminaría a la vuelta de la esquina y ni siquiera pensó o tubo la duda que fracasaría o que la misión encomendar por Dios no daría el fruto esperado, todo lo contrario nos deja saber a través de sus cartas: La obra que Dios comenzó lo llevara a feliz término…, él nos escribe como participante de una carrera y en medio de esta carrera nos escribe con la firme convicción que llegara a la meta del supremo llamamiento, ya al final de su vida nos hace saber que ha llegado a la meta.
Pablo, no termino sus viajes cuando recibió el primer rechazo, o cuando inicialmente no vio ningún resultado, o cuando su cuerpo experimento, cansancio o enfermedad, todo lo contrario por cada kilómetro recorrido, por cada lugar visitado, por cada evangelio anunciado se sentía en mejor forma y con más deseos de proseguir su misión. Él tenía muy claro desde el mismo comienzo de su encuentro con Jesucristo, allí camino a Damasco que llegaría a donde Dios le había enviado hasta los mismos reyes, el sabia y entendía claramente que la promesa de Dios es fiel. Cuando el partido de Antioquía, tenía la seguridad plena que la visión que Dios había puesto en su corazón se llevaría a término y volvería de su viaje misionero con buenas noticias.  Si leemos detenidamente el libro de los hechos y sus cartas, nos daremos cuenta que su entusiasmo y fortaleza no solo estuvo para comenzar, sino que al contrario su fe y entusiasmo crecía como crecía la obra del Señor día tras día.
Otra de las verdades que podemos extraer de la escritura, es que él tuvo claramente estas tres cosas: Nacimiento de nuevo, llamamiento de parte de Dios, una misión encomendada por Dios y una visión también dada por dios para hacerlo, recibió las estrategias y los recursos de parte de Dios, en forma de dones espirituales, como en la provisión  y cuidado de Dios.

5.    Expansión de la obra.

Romanos 16:”Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo.
Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles.
Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.
Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros.
Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes de mí en Cristo.
Saludad a Amplias, amado mío en el Señor.
Saludad a Urbano, nuestro colaborador en Cristo Jesús, y a Estaquis, amado mío.
Saludad a Apeles, aprobado en Cristo. Saludad a los de la casa de Aristóbulo.
Saludad a Herodión, mi pariente. Saludad a los de la casa de Narciso, los cuales están en el Señor.
Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.
Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía.
Saludad a Asíncrito, a Flegonte, a Hermas, a Patrobas, a Hermes y a los hermanos que están con ellos.
Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.”

La corriente eléctrica que nos llega a nuestros hogares es producida muy lejos de nosotros, quizá allá en la lejana montaña de la caída de agua o de una planta nuclear, sin embargo ella es conducida por redes de transformadores y pequeñas centrales a través de cables hasta llegar a nosotros.

Pablo llego y anunció el evangelio de Jesucristo en una ciudad o pueblo, cuando este evangelio que estaba (sigue estando) lleno de poder de Dios, era experimentado por una persona o personas haciendo el efecto para lo que Dios lo dio, esta persona convocó en su hogar a otros para compartir de la poderosa verdad que cambio su vida, y así sucesivamente hasta llegar más y más lejos a más y más personas. así como esta corriente eléctrica con poder para dar luz y calor en nuestros hogares, el evangelio de Jesucristo se extendió por muchos lugares, formando pequeños congregaciones familiares, grupos de oración y para compartir el evangelio, la hermandad, el amor y la ayuda mutua, de esta forma la iglesia se multiplico y creció.
Cuando una iglesia estaba establecida, crecía y maduraba, era usada por Pablo como base para llevar el evangelio a las áreas adyacentes, estas iglesias a pesar de la persecución existente, nos solo velaron par su crecimiento tanto en fieles como espiritualmente, sino que por medio del disipulado local hecho por el mismo Pablo, sus emisarios, o los ancianos establecidos, fueron animados para entregar lo que habían experimentado del señor Jesucristo y de su santo evangelio, de esta forma vemos que se establecieron pequeñas congregaciones en las casa de muchos de los creyentes, comenzando primero por un pequeño grupo de oración y estudio bíblico par posteriormente crecer como iglesias en todo su esplendor.
Este mismo principio deberíamos nosotros usar en estos tiempos. No muchos tenemos la misma persecución a la que las iglesias establecidas por Pablo padecieron, sin embargo debido principalmente al poco interés por ser esos cables transmisores del evangelio, vemos que este se pudiera quedar estacionado en algún lado. Duele saber y ser testigo que este hermoso evangelio de la gracia de Dios, pudiera llegar a los lugares más recónditos del mundo, si verdaderamente fuéramos hijos, discípulos obedientes como lo fueron estos primeros creyentes de las iglesias Paulinas.
Que es lo que nos ha pasado a mujeres y hombres de Dios en estos tiempos modernos llenos de facilidades?, Porque nos hemos aislado solo en un lugar. No es que al santo evangelio  se le haya terminado ese poder de Dios que Pablo habla, de ninguna manera, este santo evangelio continua siendo poderoso para salvación de todo aquellos que por medio de él creen. Es tiempo que nos examinemos como es que estamos construyendo la iglesia del Señor, no como construyendo sistemas de organizaciones de hombres, aunque necesitamos ser organizados, sino en la simpleza de que todos como buenos discípulos seamos siempre portadores de buenas nuevas, allí donde el Señor dirija nuestros pazos.

6.    Conclusión.

Dios le da vida de su vida en un Pablo que era su enemigo, quien lo perseguía. Dios mismo lo llama con llamamiento santo e irrevocable, Dios mismo lo dota de poder y de dones espirituales en su vida para usarlos en medio de su trabajo y finalmente Dios lo envía, le da una visión y una misión, lo dota de sabiduría y coloca en su corazón un evangelio de gracia y amor, el de Jesucristo. Pablo esta consiente quien es quien lo ha llamado y está seguro del fruto de su trabajo y de que llegará a la meta.
Al igual que Pablo, hay muchos que Dios ha seguido creando, llamando, dotando y enviando. Quizá tú seas uno de ellos, quizá ese poderoso evangelio que predicó Pablo y que llego también a ti para darte vida, está ahí dentro de ti esperando ser anunciado.
Ahí a tu lado con toda seguridad hay personas interesadas en él, en escucharlo, en que las manifestaciones de las grandezas de Dios cambien sus vidas. No sé si al lado tuyo has notados que hay personas angustiadas, tristes, deprimidas, inseguras, arrogantes, con diferentes problemas. Has pensado que tú eres una fuente de agua de vida ahí donde Dios te movió, que eres luz del mundo, sal de la tierra, verdadero hijo de Dios, portador de buenas nuevas. Qué esperas, que baje un ángel del Señor y te hable personalmente? O que la voz audible y potente de nuestro Dios retumbe como trueno para creerle? Yo te reto hoy para que por lo menos lo intentes, si tú crees que no puedes, que no tienes el suficiente conocimiento bíblico para esto, estas equivocado. Dios escogió lo necio para avergonzar a los sabios, si tú dispones tu corazón y tú boca y tus manos, Dios se manifestara a través tuyo, El hará de ti ese ministro competente de este nuevo pacto de su gracia. Hoy te animo para que por primera vez lo hagas, él no te dejará en vergüenza.