Dios elige como él quiere, él es un Dios Soberano.
En el primer tratado expuesto en este blog, concluí: Que fue Dios quien nos escogió y no nosotros a él, que él nos escogió antes de la creación del mundo, que no nos escogió por nuestra obras o por nuestra conducta buena, que él nos escogió con un propósito, que ese propósito se llama predestinación de Dios, que fuimos predestinados para ser hechos hijos suyos por adopción mediante Jesucristo, que fuimos predestinados también para ser salvos por medio del sacrificio de Cristo en la cruz y de su sangre por la cual recibimos perdón y redención de pecados, que también Él nos revelo el misterio de su voluntad, para que así pudiésemos entenderle y de esta forma poder vivir como hijos obedientes y victorioso sobre la tierra.
El deseo de mi corazón al escribir este pequeño tratado, es que podamos entender un poco más esta preciosa verdad bíblica, la cual al saberla y entenderla nos enriquece grandemente, trayendo paz a nuestro corazón y muchísima confianza en nuestro Dios, creyendo con plena certeza que la obra de salvación es toda de él, y por lo tanto que Él es quien la entrega en su santísima voluntad y soberanía a quien él desee. Sin embargo también es sabido que hay algunos quienes la ignoran o la rechazan, desando mediante sus obras tomar parte de su gloria, predicando que es el hombre quien tiene total libertad para escoger o rechazar la salvación ofrecida gratuitamente por Dios, mediante la gracia y por medio de la fe entregada por Dios, predicando que el hombre quien decide en su libre albedrio (total y completa capacidad para decidir) elegirse así mismo para recibir salvación, o, que es el hombre pecador quien decide por su propia voluntad recibir o rechazar la salvación ofrecida por Dios, que Dios no tiene ninguna autoridad sobre la voluntad del hombre, que Dios nunca escogió a nadie, sino que lo que Dios quiere es que todo el mundo escoja salvarse, escogiendo ellos mismos creer en Jesucristo y de esta forma desconocer la absoluta y total soberanía de Dios sobre todas sus criaturas.
Ellos quisieran eliminar unos cuantos capítulos de la escritura donde Dios nos habla tan claramente sobre esta verdad. Con sus falacias engañan a otros haciéndoles creer que es definitivamente el hombre quien por voluntad propia escoge creer en Jesucristo, olvidándose de la verdad bíblica que enseña claramente que es todo lo contrario, poniendo su voluntad por encima de la misma voluntad y libre decisión de Dios, creyéndose muchas veces más justos y más aptos que Dios para administrar esta justicia en cuanto a quien merece o no merece, ya que según ellos es por merecimientos y no por la suprema potestad y la absoluta soberanía de Dios, que el reparte, elige y salva a quien él quiere y como él quiere, como el mismo lo anuncia en la santa escritura: "Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.... De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece."
Para entender que Dios elige libre e independientemente a quien él desee, es necesario que reconocer que Dios es un Dios todo soberano, absolutamente soberano. La soberanía de Dios es la absoluta y total capacidad para hacer y dictar como a él le place hacer, según el mismo lo dice de acuerdo a su Santísima voluntad.
El Altísimo, Señor del Cielo y de la tierra, tiene poder ilimitado para hacer lo que El decida. Esto implica que Él es absolutamente independiente para tomar las decisiones que el mismo desea tomar. Al ser absolutamente independiente en la toma de decisiones sobre su creación, Dios hace lo que a él le place. Nadie puede disuadirlo u obstaculizarlo en que él tenga que hacer de acuerdo a Su Santa y Completa Voluntad. En mismo dice en su Santa Palabra: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Isaías 46:9-11
En el nuevo testamento el apóstol Pablo dice en cuanto a su soberanía: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.” Hechos 17:24-29
Consideremos esta apreciación en cuanto a la propiedad, el derecho y la soberanía. De acuerdo a la ley humana, nos es lícito hacer lo que deseemos con algún bien que sea de nuestra propiedad. Vamos a dar un ejemplo: Con mis manos construí mi casa, con mi dinero compre la propiedad del terreno para construirla, hay una escritura pública que así lo dice, por lo tanto yo puedo hacer lo que con ella desee: Puedo disfrutarla viviendo en ella, la puedo arrendarla, regalarla, venderla, demolerla o abandonarla. Yo estoy en todo mi derecho de hacer lo que a mí me plazca con ella. Yo soy totalmente independiente, libre y soberano sobre esta propiedad. Creo que en esto estamos todos de acuerdo.
Ahora yo te pregunto: Eres tu creación de Dios?, o, crees que naciste da la nada? si eres creación de Dios, tiene Él derecho, propiedad y potestad sobre ti o, tú mismo tienes tu propia potestad?.
Hablo con verdaderos creyentes en Jesucristo, de los cuales ensaña la biblia, que nosotros fuimos comprados a precio de sangre, de la sangre de Jesucristo.
Como humanos tenemos otro paradígma. Muchos de nosotros podemos admitir, ver y pensar en un Dios creador de todo, un Dios amoroso y misericordioso repartiendo dones y regalos sus hijos, Un Dios Poderoso, sosteniendo con su mano el eje de la tierra, un Dios que dirige el rumbo de las estrellas y los planetas del universo, un Dios que hace nacer el sol, que hace caer la lluvia a su tiempo, un Dios que bendice sin medida. En esto no tenemos ningún problema en aceparlo, pero cuando Nuestro Amado Dios se sienta en su trono y funciona como un Dios Todo Poderoso y Soberano, un Dios que toma determinaciones y dicta justicia sobre toda su creación incluyendo al mismo hombre, su vida, su propósito, su salvación, ahí la lógica y sabiduría de muchos, se confunde y no entiende sus parámetros, es cuando muchos de los hombres y mujeres parte de su creación sobre la tierra, encapsulan la total soberanía de Dios para limitarla a su propio parecer, ya que toca sus terrenos de autonomía y entonces es cuando comienzan a pensar de acuerdo a su propia sabiduría. Es cunado el confundido y limitado pensamiento de muchos piensan que son totalmente soberanos para decidir si reciben o no la voluntad de Dios de salvarlos. Ellos aseguran que no hay tal elección, considerando a dios como injusto si hubiera el hecho esto de escoger a unos y desechar a otros, que nunca Dios hizo eso de sentarse en su trono para elegir, seleccionar, hacer diferentes vasos con diferentes propósitos. Estos ignoran o deciden ignorar, la completa autoridad y absoluta soberanía de Dios en hacer como a él le place y comienzan a divagar en su propia sabiduría limitada, ignorando o haciéndose los ignorantes en cuanto a que Dios hace como él quiere. EL elige a quien él le plazca de acuerdo a su Santísima voluntad para lo que él le plazca, sin permiso de nadie, duélale a quien le duela.
Es un asunto de derecho o es Dios quien imparte justicia y misericordia soberanamente?
Según las Sagradas Escrituras, los Ángeles caídos son todos aquellos ángeles expulsados del cielo como castigo por rebelarse contra Dios. Las Sagradas Escrituras nos dicen también que un ángel caído tendrá que vagar por la tierra hasta el día del juicio final cuando serán desterrados y enviados al infierno.
Pensando en estos ángeles también creación de Dios, no se ha escuchado que algún predicador que se levante para defenderlos, sin embargo pudiéramos pensar, que si algunas criaturas de Dios tienen un derecho de quejarse de sus tratos, son los ángeles caídos. Por su pecado fueron arrojados del cielo de inmediato, y no encontramos en la escritura que de alguna forma Dios les haya enviado algún mensaje de misericordia. Una vez echados fuera, su condenación fue para siempre; mientras que a los hombres caídos en Adán, se nos dio una tregua, la redención nos fue enviada y de todos los hombres caídos, los cuales no merecíamos otra suerte que el mismo infierno, Dios quiso en su soberana voluntad y por su gran amor y misericordia, que un gran número fuimos elegidos para vida eterna.
Dios nos muestra por su palabra que el en su toda potestad y soberanía eligió un pueblo de la raza humana para salvación, más muchos allí afuera niegan y dudan y debaten que Nuestro Dios Poderoso y Soberano, tenga este derecho. Por qué no contender con la Soberanía tanto en un caso como en el otro?
Hablando de derecho y si la salvación como muchos declaran fuera por merecimiento, ciertamente los ángeles tendrían tanto derecho como los hombres de exigir un mejor final. No estaban ellos colocados en una dignidad superior a la nuestra? O fue acaso que ellos pecaron más que nosotros? Yo creo que no. El pecado de Adán fue deliberado, él estaba consciente que lo que estaba haciendo conllevaba a muerte y sin embargo lo hizo. Si pensaremos en el servicio que un ángel restaurado pudiera hacer para Dios, comparado con lo que un hombre restaurado pudiera prestar para Dios, estaríamos en tremenda desventaja.
Si fuéramos nosotros con nuestra sabiduría, los que juzgáramos en este asunto, pondríamos en la balanza de juicio los merecimientos o el servicio, entonces, habríamos liberado a los ángeles y no a los hombres. Mas Dios en su gran amor escogió un gran numero hombres y mujeres como tú y yo para ponerlos como sus hijos, sus redimidos por medio del mismo sacrificio de su amado hijo Jesucristo hecho nuestro Señor y Redentor, mientras que a los ángeles olvido por completo, dejándolos condenados para siempre. Que podríamos decir a esto, sino ser hijos agradecidos y deleitarnos en su gran amor, reconociendo la soberanía de Dios.
No quisiera concluir esta segunda parte de este tema sin antes confesar con mi boca lo que la misma escritura dice: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos. 11:33, y “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55:9.
Gracias doy a ti amado padre por tenerte a ti en nuestra vida, por hacernos comprender las ricuras de tu ciencia y tu sabiduría, gracias por habernos hecho partícipes de tu santa familia mediante Jesucristo, y de tu herencia sobre la tierra, gracias padre porque fuiste tú en tu Santa potestad, en tu toda absoluta y amorosa soberanía que decidiste elegirnos para salvación, gracias Padre por ella, por tu vida recibida en ella. Gracias por tu santa verdad que es tu palabra, la cual creemos, gracias, muchas gracias Señor por tu eterno amor.
Nota: Vendrá un tercer estudio sobre este mismo tema, en donde escudriñaremos romanos capítulo 9