09 enero 2013

Perseverando,unánimes en oración

Hechos 1:12-14 Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. 


Hechos 2:1-4 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hechos 4:24-33 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste:
¿Por qué se amotinan las gentes, 
Y los pueblos piensan cosas vanas? 
Se reunieron los reyes de la tierra, 
Y los príncipes se juntaron en uno 
Contra el Señor, y contra su Cristo.
Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.


Introducción:
Al comenzar este pequeño tratado, mi intención es animar a mis hermanos  que leen este artículo a orar de acuerdo como Dios y Jesucristo nos mandó y enseñó. No deseo colocar ante ustedes crítica destructiva, sino simplemente a algunos pensamientos para que meditemos acerca nuestras reuniones de oración. Debo de afirmar que comenzando por mí mismo debo exhortarme, porque siento mi debilidad sobre este asunto y pido a Dios la bendición para mí y para todos nosotros, especialmente los que junto conmigo perciban que debemos mejorar en cuanto a este asunto.
Orar es una conversación íntima entre nuestro espíritu y El Espíritu de Dios que mora en nosotros, esta es una charla amena, intima de gran confianza. Como es un dialogo, no es solamente un monologo de parte nuestra. Es necesario tanto hablar como escuchar, esto es muy importante en este ejercicio espiritual. Nosotros estamos más dados a hablar todo el tiempo, sin parar para nada, no sé si hemos entendido mal o si se nos ha pegado algo de legalismo religioso,  a veces creemos que entre más hablemos y más fuerte lo hagamos, y si somos muchos, Dios nos escuchará más. Esto no debe ser así hermanos míos.

Análisis:
Cuando nos reunimos como santos del Señor para orar noto que no lo hacemos en la libertad que Dios nos ha dado. Parece ser que hemos olvidado donde comenzó la iglesia, en el pentecostés en medio de la oración y posteriormente durante el periodo en que la iglesia se multiplico más a pesar de la persecución, experimentando del favor de Dios y de su santa presencia por medio de milagros y prodigios en medio de una sociedad contraria a ellos.
Al analizar la escritura noto que los que entre los que estaban allí presentes en el pentecostés estaban los primeros ancianos (apóstoles) de la primera iglesia, junto con lo que serían también diáconos y que juntos liderarían esta primera iglesia.
A mi parecer todos los ancianos y diáconos que lideran la iglesia deberían estar presentes en las reuniones de oración de toda iglesia que se llame cristiana, este es el modelo y enseñanza que nos dejaron los padres de la iglesia y el mismo Jesucristo. Yo hago un llamado y exhortación a cada uno de estos vasos que Dios escogió para dirigir y liderar su santa iglesia sobre la tierra,  para que tomemos nuestro puesto en la batalla, hay que tomar decisiones espirituales todo el tiempo: Hay que llevar acabo la visión y la misión que Dios nos entregó,  hay que entregar el alimento a los creyentes, hay que aconsejar al quien pide consejo, hay que administrar los bienes de la iglesia, en fin hay que hacer muchas funciones, pero como las podremos hacer sino estamos unidos espiritualmente mediante la oración, como podremos entendernos y saber cuál es la voluntad de Dios, si solo nos encontramos algunas veces para tomar algunas decisiones solamente.
Somos las columnas visibles de la iglesia, es decir que somos ejemplos para ver, si Dios nos llamó a liderar su santa iglesia tenemos que saber que los creyentes de dios nos seguirán y harán nuestro ejemplo. Una sola golondrina no hace verano, juntos y unánimes, llenos del Espíritu Santo podremos avanzar, lograr los objetivos trazados, y llegar a la meta victoriosos para la gloria de Cristo.

UNANIMES, significa, como uno solo, en perfecta unidad, como si fuera un solo cuerpo con una sola alma, con el mismo sentir. Aquel grupo de hombres y mujeres, sencillos e imperfectos como nosotros, se habían reunido en un lugar específico, el aposento alto, con un determinado propósito, elevar oración a Dios y esperar juntos la promesa de Dios, o, presentar sus peticiones den fe delante de Dios, siguiendo adelante en el mandamiento que Dios dio de acuerdo a la gran comisión.

Perseverar quiere decir continuar haciendo en fe, hasta recibir la promesa de Dios, no es desanimarnos si no recibimos inmediatamente la respuesta de Dios a nuestras peticiones, es continuar haciendo lo que Dios ha puesto en nuestros corazones aunque no veamos respuesta inmediata,  ya que esta llegará a su tiempo.

Noto que cuando nos reunimos como iglesia para orar juntos, se han levantado algunos patrones que deberíamos revisar. Así mismo propongo que se tome en consideración estas pequeñas y sencillas propuestas que El Señor ha puesto en mi corazón y que quiero nombrar a continuación:
1-     Es cierto que debemos orar en orden, una persona debe liderar la oración, más esto no significa que solo esta persona levanta su voz, mientras los demás, quizá por timidez u otro rezón no lo hacen.

2-     Debe haber orden, pero el orden no debe ir en contra de la libertad espiritual para poder orar, en mi parecer cundo uno de los presentes ora, los demás deben estar atentos escuchando y apoyando en la oración, cuando la oración ha terminado debe estar seguida de una pausa para meditar o por una alabanza. Como lo anote arriba nosotros somos dados a hablar mucho, pero es necesario también escuchar en silencio lo que habla Dios a nuestro corazón, recordemos que cuando oramos, no es un monologo con nosotros mismos, sino un dialogo con Dios. Tampoco es una carrera de apuestas para saber quién ora más tiempo, mejor o más espiritual como lo hacían los fariseos.

3-     Cuando oremos al unísono, debe haber un orden, coordinado por quien lidera, quien informará el motivo o la razón por lo que oraremos, en esta clase de oración se debe hacer bajando un poco el volumen de la voz, no es el o los que más griten, Dios escucha lo que sale de nuestro corazón sin necesidad de gritos, él no es sordo. Esta oración debe terminar en un tiempo prudente cuando ya no es al unísono, sino solo uno llevando un discurso largo el cual se torna monótono, quien lidera la reunión tomara la palabra cuidadosamente.

4-     Si hay imposición de manos en medio de la oración, la iglesia debe saber con anterioridad quienes son los vasos en los cuales Dios ha puesto dones específicos para la bendición de toda la iglesia,  por ejemplo sanidad, profecía u otros. Debe haber un orden  mientras uno impone manos los demás apoyan en la oración.

5-     Es cierto que Dios ha colocado una autoridad en medio de nosotros, llámese, apóstoles, pastores, profetas, maestros o evangelistas, pero esto no significa que una persona en medio de la oración no tenga libertad para orar un poco más largo o más alto, que estos sin considerarse inhabilitado o que se está pasando por encima de la autoridad  de ellos. Cuando alguien está orando no se debe cortar intempestivamente, esto es falta de respeto y si se hace con alguien comenzante este no volverá a intervenir y es posible que otros tampoco lo hagan por temor a que suceda lo mismo con ellos y queden en vergüenza delante de los demás. Si un comenzante no ora adecuadamente o fuera del contexto o sentir del grupo, este debe ser instruido por separado por quien este designado para hacerlo, no por cualquiera.

6-     Cuando oremos en grupo se debe evitar el discurso largo, la oración indefinida de una sola persona, esto causa monotonía a la reunión.

7-     La oración común en la iglesia es un derecho que tenemos todos los creyentes para comunicarnos con Dios, es un deleite que ninguno nos debemos de perder. Sin embargo no sé si todos los ancianos y diáconos de la iglesia lo hemos entendido así ya que todos deberíamos estar presentes como las partes más visibles de la iglesia. Los demás seguirán a nuestro ejemplo.

8-     Es necesario organizarnos como cuerpo espiritual, los ancianos y diáconos liderados por el pastor son las personas que en grupos o individualmente estamos llamados a liderar este ejercicio espiritual, el pastor no debe de estar estresado mirando a quien coloca cada semana, somos un cuerpo espiritual que funcionamos juntos y nos apoyamos todos mutuamente.

Consideraciones finales.
Lo que anhela mi corazón es que como un cuerpo espiritual podamos reunirnos en armonía para tener una amena reunión de comunicación, dialogo con nuestro Dios y así mismo poderle agradecer y dar la adoración que Él se merece. Si deseamos que a la mesa del Señor lleguen más invitados, debemos comenzar con nosotros mismos, ser llenos del Espíritu Santo. Miremos lo que hizo Dios con aquellos 120 después de haber sido llenos de su Santo Espíritu, hagamos lo mismo, aprendamos de ellos. La promesa de Jesucristo para nosotros, así  como su oración delante del Padre no fue solo para estos 120, sino para los que habíamos de creer  en Jesucristo  después de ellos. Recuerden Dios añadirá a la iglesia los que tienen que ser salvos, los que Dios tiene dispuestos para cada pequeña o grande congregación,  más Él requiere que seamos una iglesia unida comenzando desde sus pastores hasta el último que el Señor envió y que perseveremos en la oración, Él requiere que compartamos en unidad y nos amemos los unos a los otros como hermanos en Cristo, como sus amados hijos.

Mi llamado también es para todos los demás, mujeres, hombres, jóvenes y ancianos, para que tengamos en nuestro corazón nuestras reuniones de oración y no faltemos a ellas. Seamos del grupo de personas que perseveramos unánimes en la oración, que no desmayamos, sino que estamos atentos y en guardia velando por los más débiles y para que la obra del Señor sea grande cada día. Amados creyentes, hijos de Dios, mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía…porque allí envía El Señor bendición y vida eterna.

Mi llamado es a todos los que de una u otra forma tiene que ver con una iglesia de Cristo, para que como este grupo de 120 valientes, escogidos por Dios para hacer una misión, la cual hoy subsiste y crece poderosamente, para que perseveremos en la oración, en unidad, en la doctrina de los apóstoles, en la partición del pan, en el servicio a la comunidad, siendo luz en medio de la oscuridad, sirviendo como mismo Jesucristo lo haría, para llevar ese fruto en nuestro contorno donde Dios nos ha colocado para la única gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Animémonos los unos a los otros asistiendo a nuestras reuniones comunes ya sea de enseñanza, adoración, oración, células familiares u otras. No demos lugar al diablo quien viene con palabras negativas y destructoras  por medio de personas para desanimarnos, para dividirnos, para debilitarnos. Recordemos que somos hijos de Dios y como hijos de Dios tenemos derecho a sentarnos a su mesa, a compartir con él, a comer con él, a dialogar con él, a escuchar su consejo. Tenemos derecho a gozarnos como un cuerpo unido alabando su santo nombre y compartiendo de sus abundantes bendiciones. No permitamos que ninguna razón, o motivo, ni nadie nos prive de este derecho. Los invito a utilizar todo medio de comunicación: teléfono, Facebook, E-mail, cuando nos encontramos personalmente, para animarnos  a encontrarnos y gozarnos en unidad de la presencia santa de nuestro amado Dios en medio de nuestras reuniones.
Les bendigo en el nombre de Jesús, somos más que vencedores en su santo nombre.

Oración:
Padre bueno vengo agradecido delante de ti en el nombre de Jesús. Te alabo padre porque tú mereces mi alabanza y adoración: Santo, Santo, Santo eres tú, hacedor de maravillas. Padre bueno levanto delante de ti estas frases que has puesto en mi corazón, que han salido como un pequeño rayo de tu revelación  y que he escrito a través de este medio, ellas son parte de tu santa palabra. Padre declaro que ellas caerán en buena tierra, no volverán a mis bacías sino que llevaran mucho fruto para tu gloria. Levanto delante de tu altar de gracia tu santa iglesia sobre la tierra: cada persona que ha creído en tu amado hijo Jesucristo, los que han recibido tu santo llamado para servirte: Cada cuerpo de ancianos en las iglesias que componen tu reino sobre la tierra, Señor bendícelos, levántalos, fortalécelos, ven con tu santa y poderosa unción sobre ellos. Señor oro delante de ti en esta hora para que como tu santo cuerpo visible sobre la tierra podamos congregarnos  en amor, unidad, en armonía. Pido Padre Santo por todos los que han leído este mensaje para que el propósito tuyo a través de ella sea cumplido. Señor te pido que tú mismo Padre bueno por medio de tu Santo Espíritu, los atraigas hacia tu mesa, para que todos juntos podamos como tus amados hijos recibir de tu alimento y cuidado diario. Gracia Padre por este tan hermoso derecho que nos diste por medio de tu amado hijo y de tu santo Espíritu en poder hablar contigo, Gracias por que podemos llegar a ti confiados y seguros, Padre gracias por tu gran a mor y propósito para con nosotros. Amen.

03 enero 2013

Animaos y cobrad fuerzas

Un nuevo año, un nuevo comenzar, un nuevo amanecer, un nuevo tiempo por vivir está delante de nosotros los hijos de Dios. Pero como comenzar bien, como no arrancar con el pie izquierdo como dicen algunos. Creo que la mejor forma de comenzar este año es buscar las promesas de Dios en medio de la oración. Esto he hecho y esta promesa he recibido, la cual quiero compartir  con todos ustedes.

Isaías 35:1-10
Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa.
Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de El Señor, la hermosura del Dios nuestro.
Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.
El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos.
Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los redimidos de El Señor volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.


El profeta Isaías nos llega en este nuevo amanecer como con un canto al despertar. Pero no cualquier canto, no es un canto de tristeza, es un himno de fe, de confianza y esperanza, de alegría por lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará en el tiempo que tenemos delante de nosotros
El profeta nos describe como el desierto, como el yermo, (terreno extremadamente pobre como el mismo desierto) y la soledad ya que allí no habita nadie, no hay vida en él, nos muestra como nuestras vidas muertas espiritualmente y bacías de la presencia de Dios, se alegrará y florecerá como la rosa, nos está profetizando, lo que habría de acontecer con la venida del Señor Jesucristo para darnos salvación, nos revela claramente la felicidad de una humanidad perdida sin fruto y sin posibilidad, sin vida espiritual, en soledad separados de Dios, pero que al recibir al Mesías, a Jesucristo, toma vida, y al tomar vida, se llena de gozo y de gloria, pero no de cualquier  gozo o cualquier gloria, es del gozo de la salvación por medio de la gracia de Dios, la cual nos viste del mejor vestido, la gloria visible de Dios a través de nosotros por medio de nuestras vidas.

No solamente floreceremos sino que floreceremos profusamente, es decir en sobre abundancia, no sé si tú has visto un campo sembrado de almendros y otros plantas en la primavera, así nos vestiremos  de la gloria de Dios, en sobre medida con su santa presencia en nosotros de tal forma que esta gloria será vista. También nos llenaremos de mucha alegría, de tanta alegría que es desbordante ya que cantaremos pero no de cualquier forma, sino llenos de júbilo  y todo esto solo por una razón: Veremos la gloria de Dios su hermosura y santidad en medio de nosotros. Este tiempo es ahora, Dios este en medio de nosotros, el ya vino, él está obrando en nuestro interior, él  ya salvo, él ya nos vistió de su gloria, él ya nos llenó de su vida. Ya no estamos más muertos como desierto, ya no estamos en soledad ya que su Santo Espíritu habita dentro de nosotros. Quien no se alegra, quien no se goza, quien no canta alabanzas de júbilo al Dios Salvador, Aleluya! Aleluya!, Aleluya!... al saber que esta grande promesa se ha hecho verdad en nuestros días?.

Después de escuchar este cantico de confianza y fe en el Señor, la promesa nos exhorta a tomar una actitud como salvos en Cristo, fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Puede ser que  algunos de nosotros estemos con nuestras manos cansadas, con nuestras rodillas endebles, por lo cual Dios nos anima para que nos fortalezcamos delante de su presencia, para que afirmemos nuestras rodillas y en cambio de basilar pensando en nuestras fuerzas, en nuestras capacidades, confiemos en el propósito de Dios con nosotros y continuemos la carrera que tenemos por delante, sabiendo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

También nos envía a decir, a predicar las buenas nuevas, nos envía a los de corazón opacado con un mensaje de Dios: “Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad.”
Es este el llamado del Señor para este año: No desanimarnos por razón de nuestro cansancio, sino a fortalecernos en El Señor ya que la obra que hagamos para Él no es en vano.

Esta santa promesa de Dios me recuerda una vez más del llamado que el Señor hizo a mi corazón ya hace un tiempo atrás, pero que ahora vuelve a recordármelo con mucha fuerza. Yo sé que así como se lo dio al apóstol Pablo, también pueda que hasta algunos de ustedes haya llegado: “ Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”

Que retribución tan grande es para el que lleva las buenas nuevas de salvación, ver que los ojos de los ciegos se abren para ver la gloria de Dios, que los oídos sordos escuchan su santa palabra, que el cojo camina por sendas nuevas y salta de alegría y que la lengua del mudo cante de gozo al Dios nuestro Salvador. Todo esto y mucho más sucede cuando el pecador muerto en sus delitos y pecados recibe nueva vida, la vida de Cristo en su ser, cuando el milagro de salvación se hace realidad delante de nosotros, por esto el mismo nos anima: “Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará”. Él es quien ha venido para dar vida, para dar salvación, pero nosotros como sus escogidos, como sus llamados debemos levantarnos, debemos ponernos sobre nuestros pies ya que para esto es que el Señor nos ha dado vida, este es el propósito de Dios con nosotros, él quiere mostrar su gloria a través nuestro, para que medio de la predicación del evangelio de Jesucristo, los ciegos abran sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban por la fe que Dios mismo ha regalado como sus escogidos y predestinados, perdón de pecados y su herencia entre los santificados.

12 meses tenemos por delante de nosotros para utilizarlos bien, para que la gloria de Dios se muestre en medio de nuestro, para que seamos verdaderos ministros y testigos de las cosas que hemos visto y experimentado en nuestras vidas de Cristo nuestro gran Salvador. 12 meses para gozarnos trabajando en la mejor empresa, en la que mejor paga, en la que más da gozo trabajar. Que alegría es saber que Dios como nuestro Señor nos eta enviando a tan importante misión. Yo iré, mis manos cansadas y mis rodillas endebles el 31 de diciembre hoy han cobrado nuevas fuerzas, si tenía algún temor ya no lo tengo, ya que tengo la promesa fiel de mi Dios: Él ha venido y está conmigo, el mismo pondrá palabra en mi boca, el mismo ha venido con retribución y pago, él ha venido, está en medio de nosotros y el mismo salvará.

Ojala pudiera predicar esta palara con la fuerza y convicción que el Señor me ha dado en algún pulpito, pero si nos es así confió que tú que la lees la puedas compartir para la gloria de Dios.

Amados mi oración a Dios es por ti que como ministro y sacerdote de Dios sea portador de buenas nuevas todo el tiempo, para que no te canses ni desmayes. Por ti, sí tienes tus manos cansadas o tus rodillas endebles para que Dios te fortalezca y afirme. Mi oración es por ti padre de familia como sacerdote de Dios en tu hogar, mi oración a Dios es por ti madre para que seas una esposa y madre sabia, es por ti hijo par que no desperdicies tu tiempo, mi oración a Dios es por mí también para que no desmayemos para que con mucho denuedo y valentía corramos la carrera que tenemos por delante y al final del año podamos estar satisfechos y darle gracias a Dios por  su obra manifestada en medio nuestro. Gracias Dios mío por este año, estamos en tus manos, confiamos en tu gran fidelidad y si tú nos has llamado henos aquí Señor, has de nosotros conforme a tu santísima voluntad. Señor muéstranos lo que tenemos que hacer y lo haremos. AMEN.

Los despido con la última parte de la promesa de Dios para que tú mismo la disfrutes y la vivas para la gloria de Dios, me gusta mucho ahí donde dice: “; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará”, así lo creo lo crees tú?
“Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los redimidos de El Señor volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.”

19 diciembre 2012

El sumo de la gracia

Mateo 5:43-48 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?  Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
He llamado este pequeño articulo el sumo de la gracia, ya que en realidad se tiene que tener del amor verdadero de Dios, de su gracia,  para poder amar a nuestros enemigos.
Para poder entender el significado el mensaje, definiremos el significado de dos términos centrales en esta enseñanza: Amigo y enemigo.
Amigo viene de amistad y amistad viene de amor. El amar es para amigos y lo contrario el odiar es para los enemigos.
Se considera amigo a una persona que mantiene una mutua relación de confianza y afecto desinteresado con otra, es decir una relación de amistad. En esta relación lo que primero se entrega es amor en forma de servicio desinteresado para hacerle el bien a la otra persona o para hacer que la otra persona se sienta bien. El amigo se alegra y comparte las victorias y progresos de su amigo. Las líneas de comunicación entre dos amigos son directas, sinceras, y fluidas. El amigo siempre estará dispuesto a tenderle la mano a su amigo en caso de necesidad.
En cuanto a la amistad podríamos escribir muchísimo, tanto que no nos alcanzaría espacio alguno. Sin embargo solo nombró esta corta definición para seguir con nuestro tema.
Por el contrario, se considera enemigo a una persona, que se opone a otra persona ya sea por sus ideas, pensamientos, actividades. El enemigo estará siempre interesado en hacer el mal a su adversario, en hacerlo sentir mal. El enemigo se alegra de las derrotas, del dolor y de las tristezas de su adversario y nunca estará dispuesto a tenderle la mano, tampoco se agrada en el progreso de su enemigo sino más bien en su calamidad y se alegra cuando a este le vaya mal. Las líneas de comunicación entre dos enemigos son casi inexistentes, es muy pobre.
Esto es lo que hemos oído, enseñado y aprendido de acuerdo al conocimiento humano.

Más ahora ya no estamos llamados a vivir de acuerdo al conocimiento humano solamente sino que como hijos de Dios, como verdaderos discípulos de Jesucristo estamos llamados a vivir de acuerdo a sus enseñanzas y ejemplo. Examinemos pues cuidadosamente esta enseñanza salida de la misma boca de Jesucristo, Dios hecho hombre entre nosotros, veremos que el viene con una enseñanza nueva, revolucionaria y a veces poco entendible a nuestros patrones de comportamiento hasta ahora entendidos y que están muy de acurdo a la vieja ley mosaica dada al pueblo Judio.
Jesucristo, comienza esta enseñanza recordarnos esta ordenanza de la ley, para luego enseñarnos y darnos un mandamiento nuevo: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.”
Mi pregunta a ustedes es que es lo que hemos oído nosotros, en cuanto al amar y al odiar, ya hemos definido que es una amigo y que es un enemigo y como se desarrolla su relación. Ahora no solo quiero preguntarte que has oído, sino como vives tú en cuanto a esto, es pues que nos hemos quedado con esta vieja enseñanza antiguo testamentaria, de tal forma que nuestra actitud con el que no está de acuerdo con nosotros, con el que habla mal de nosotros, con el que piensa mal de nosotros, con el que se goza en nuestras desdichas, con el que desea nuestro mal, es tal que los consideramos nuestros enemigos de acuerdo a la definición escrita. Es tal nuestra actitud contra quien alguna vez nos ha ofendido o faltado de alguna forma, que cortamos completamente nuestra comunicación y que nunca más deseamos saber de ellos?. Si esto es así, es tiempo que nos examinemos y entonces como verdaderos cristianos escuchemos de lo que Jesucristo nuestro maestro nos enseñó: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”
Como poder amar a nuestros enemigos?
Es una actitud de corazón, no puede hacerse únicamente como un decir, esto solo lo podemos hacer cuando Jesucristo nuestra vida se manifiesta con su perdón verdadero en nuestro interior. No podemos amar si antes no hemos perdonado, pero no es cualquier clase de perdón, tiene que salir de nuestras mismas entrañas, de lo más profundo de nuestro corazón y esto solo lo podemos hacer por medio de Cristo y solo si Cristo en realidad vive en nuestra vida y es nuestra vida, de lo contrario nos estaremos engañando a nosotros mismos y será un perdón a medias y de acuerdo a nuestra conveniencia y no de acuerdo a Cristo. Se trata de un caminar en fe, de una actitud nacida en nuestro interior y la hacemos de la misma forma que lo hizo el mismo Jesucristo allí en la cruz, él allí en medio de la agonía de la muerte, cunado físicamente expreso con su voz agonizante que tenía sed,  uno de sus enemigos de los que la habían crucificado y flagelado, le alcanzo una esponja con vinagre burlándose de él y procurando su mal y su dolor. La respuesta que salió de su interior fue: “Perdónalos padre porque no saben lo que hacen”.
Esta es la actitud verdadera que debemos tomar cuando los que se consideran nuestros enemigos hacen actitudes como las que describí anteriormente, es  tomar la posición y la actitud que Cristo nos enseñó desde la agonía de la cruz: Perdónalos padre porque no saben lo que hacen.
Si en verdad pudiéramos tomar esta actitud estaríamos haciendo tres cosas: Primero, perdonarlos. El perdón es uno de los principales mandamientos nuevo testamentarios que Cristo nos dio, es nuestra norma de vida como verdaderos hijos de Dios nacidos de su Santo Espíritu. Mediante esta actitud de corazón, no permitiremos que sus conductas malas, que sus odios, que sus ultrajes, que sus persecuciones, que sus comentarios y habladurías,  siembren raíces de amargura en nuestro corazón y que por consiguiente entremos en dolor y resentimiento contra ellos deseando muchas veces hacer nuestra propia justicia, lo cual no es de Dios ya que la justicia es solo de él.
Segundo, al interceder delante de nuestro Padre por ellos, pidiendo misericordia y perdón por ellos liberaremos nuestro ser de odio y deseo de justicia propia.
Tercero, al tomar esta actitud estaremos actuando como nos enseñó Cristo en este verso: Hijos de nuestro Padre que está en los cielos, poniendo en sus manos nuestra justicia y viviendo una vida tranquila y sosegada sabiendo claramente que su paz que sobrepasa todo entendimiento guardará nuestros corazones y podremos vivir una vida libre de sentimientos de justicia propia, de pensamientos ajenos a la voluntad de Dios.
Yo mismo doy testimonio de este mandamiento, mi vida no será igual, cada día aprendo más de la gracia y la misericordia de Dios por causa de mis errores y debilidades, de las cuales, él me levanta, me limpia, me enseña y me fortalece, colocando en mi corazón el verdadero perdón de Dios, ya que si el me perdona, quien soy yo para no perdonar o para no pedir perdón a los demás por mis faltas y debilidades?, es allí donde Dios se glorifica, él me hace fuerte, es allí donde él se manifiesta por medio de su gracia abundante, no por mis fuerzas, sino por su misericordia y amor.  
Si permitimos que las ofensas, los odios, las habladurías, las divisiones, las persecuciones, las justicias propias ejercidas contra nosotros por razón de nuestros errores, siembren dolor y odio por nuestros ofensores, Si las actitudes de egoísmo, de orgullo de falta de respeto, aun de personas que están a nuestro círculo familiar, laboral o en la misma iglesia muchas veces, crean distancia y dolor. Si no tomamos una actitud de perdonar como Cristo nos está enseñando, estaremos siendo hijos desobedientes, y por lo tanto nos estaremos privando da la gran bendición que es gozar de una vida llena de su paz, de su libertad, de su gozo, viviendo en armonía con nuestros semejantes, ocupando nuestro tiempo en hacer su voluntad, en llevar acabo el propósito para el cual él nos salvó y llamó, con llamamiento santo.
Mi invitación en este tiempo de navidad es amar, a dar y a perdonar, no solo a los nuestros, a los que amamos y nos aman, a nuestras familias, a nuestros hermanos en Cristo, sino a todos los que de alguna forma tenemos o hemos tenido alguna relación en algún tiempo. Sabemos que no lo podemos hacer por nosotros mismos sino con la presencia de Dios en nuestra vida, es así que él lo hace diariamente: “El hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.” Es de esta forma que estamos llamados a hacerlo, haciendo siempre el bien a todos, deseando siempre el bien  de todos, nunca hablar por hablar, sino hablar para bendecir.
Ustedes no se imaginan cuan tremendo descanso es vivir así, descansando en las manos de Dios, poniendo en el toda nuestra confianza, dejando que él haga y ejerza su santa justicia, ocupando nuestro tiempo en lo que es verdadero, sabio, honesto y de buen nombre. Recordemos el ejemplo de hombres como David, que aunque Saúl lo persiguió a muerte, nunca atento contra él aun teniendo la posibilidad, sino que siempre deseó su bien. A Jesucristo, quien murió por todos nosotros, quienes éramos sus enemigos, no teniendo en cuenta las traiciones, abandono, dolor, tormento, agonía y muerte que le causamos, nos perdonó y nos dio el regalo de su salvación. El a pesar de todo esto nos amó incondicionalmente y nos sigue dando diariamente de su amor, sin tener en cuenta lo mucho que nosotros le faltamos. Él no nos voltea la espalda ante nuestras ofensas, sino que está dispuesto a darnos nuevas oportunidades cada día. El, a pesar de nuestras debilidades y nuestras múltiples faltas continua llamándonos sus amigos y siempre estará con nosotros, es su promesa fiel.

Finalmente mi oración a Dios Padre es para ti que no has podido perdonar, para ti que has dejado llenar tu corazón de amargura, para ti que estas enfermo por causa de estas amarguras, para ti que te has aislado y estas en soledad y que no te atreves a perdonar ni a pedir perdón. Mi oración hoy es por ti, para que recibas el poder de Dios y puedas ser obediente a este mandamiento de Jesucristo.
Mi oración es por quien he ofendido por causa de mis flaquezas e imperfecciones y que por algún impedimento, no he podido llegar personalmente para decirte perdóname, hoy pido por ti para que Dios te restaure, te limpie , te consuele y te levante.
Yo no soy de enemigos pero no se tampoco quiénes son contra mí, así que hoy pido por ti, que si lees este pequeño artículo, sepas que no tengo nada contra ti, que en mi corazón hay paz y mi deseo es porque esta misma paz de Dios invada tu ser, mi deseo es porque todas las cosas te vayan a bien y que goces siempre de todas las bendiciones que Dios tiene para ti.
Mi oración es por todos los que alguna vez han experimentado ofensa, deshonra, etc. Y que nunca el ofensor se acercó para pedir perdón, para que el mismo Dios de toda gracia penetre en sus corazón y con la dulzura de su amor les llene de perdón, limpie y sane sus heridas y coloques una actitud como la que tomo Cristo: Señor perdónalos porque no saben lo que hacen.
Recuerden siempre, si ofendes aun sin intención se rápido para pedir perdón. Si te ofenden, así no te pidan perdón, perdona y serás una persona verdaderamente libre y gozarás de la paz de Dios.

Paz, gracia, perdón y amor de Nuestro Señor Jesucristo en cada vida.

11 diciembre 2012

La seguridad de la salvación

En el primer tratado en cuanto a nuestra salvación estudiamos  acerca de la creación y los principios del hombre. Las forma como Dios lo creo, su propósito. Así mimo vimos como el hombre por iniciativa propia murió espiritualmente quedando vivo solo en cuerpo y en alma, concluyendo que todos nacemos en esta misma condición, muertos espiritualmente y por lo tanto totalmente incapacitados de buscar o tomar alguna iniciativa para solucionar nuestro problema de pecado
En la segunda parte estudiamos como estando nosotros en esta terrible condición de muerte, Dios por su puro amor y misericordia es quien toma la iniciativa de darnos fe, perdón, arrepentimiento y que por medio de la muerte y la resurrección de su amado hijo Jesucristo, nos da salvación eterna. Que esta salvación eterna no nos concede solamente el derecho de entrada al cielo, sino que  también es un regalo de vida  abundante para vivirla en la tierra como su linaje, sus hijos y sacerdotes. Que este regalo fue totalmente gratuito, que nuestras obras por buenas que parecieran no servían ni sirve para nada en cuanto a merecimiento para recibir este regalo de su salvación, la cual fue dada completamente por su abundante gracia
Al haber recibido algunas preguntas acerca de este tema, deseo en mi corazón traer este  nuevo tratado en donde la misma palabra se encarga de confirmar las verdades bíblicas que estudiamos tanto en la primera como en la segunda parte de nuestro tratado acerca de nuestra salvación.
Yo personalmente he estado compartiendo este tema con 3 personas en la intimidad de mi hogar, ellas  se unen al pensar de muchos que han escrito haciendo algunas preguntas concernientes al tema y que a continuación me permito transcribir:
1-   La iglesia de donde venía me enseñó que yo puedo o recibir o rechazar la oferta de salvación que Dios me da por medio de Jesucristo, porque nosotros tenemos libre albedrío para decidir.
2-   Si no nos toca hacer nada para recibir la salvación, entonces esta es una salvación barata. Como podremos nosotros darle valor a lo que no hemos conseguido con nuestro propio esfuerzo?
Quiero tomar dos pasajes de la escritura, en los cuales nos dan una firmeza mayor y total seguridad acerca del tema de nuestra salvación. En el primer pasaje viene el mismo hijo de Dios, Jesucristo, hablándonos mientras aun estaba en medio de nosotros:
Juan 10:25-30 “Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 
Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.”
Lo primero que quiero enfatizar en este texto bíblico, es de que fuente viene, quien lo esta diciendo y afirmando, ya que quien lo esta diciendo es el mismo Dios vivo, El Hijo De Dios, hecho hombre, Jesucristo. El mediante sus mismas palabras nos revela aquí algunas verdades que no tienen ningún ápice de duda o discusión, si Él lo esta diciendo no hay nada que decir, es tan claro que no podemos comenzar a argumentar con razonamientos humanos que lo que el quiso decir fue esto o aquello, de ninguna forma ya que él lo esta hablando bien clarito, lo único que podemos es creerlo y decir amen.
1-     Primera verdad.  Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.”

Quiero añadir otro texto bíblico que tiene como autor al mismo Jesucristo nuestro Salvador y Redentor:

Juan8:43-45  ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

En los dos textos hay una verada claramente expuesta: Solo hay un grupo de personas que podemos ser llamadas ovejas suyas, hijos de Dios. Estas tienen una característica bien especial: Podemos oír su voz y reconocerla como la voz de nuestro pastor, de nuestro Dios, esto solo lo podemos hacer por medio de un regalo que él mismo nos dio, y es el regalo de fe, esta fe actúa como interprete entre la voz de dios y nuestro oído espiritual. Dios le dio este precioso regalo solo a sus hijos, para que cuando fuera el tiempo pudieran tener la capacidad de escuchar su voz, y una vez escuchada su voz seguirle.

2-   Segunda verdad.Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”
Cuando Jesucristo afirma claramente que solo sus ovejas oyen su voz, nos enseña que hay dos grupos de ovejas unas de él y las otras de el diablo, cada una escucha a su amo y señor. Como lo note anteriormente las ovejas del Jesucristo pueden y reconocen la voz de su pastor claramente. También él nos revela que el conoce cuales son sus ovejas, es decir que las puede identificar y esto es tan verídico que fue el mismo quien escribió sus nombres en el libro de la vida y del cordero, donde esta escrito el nombre de todos aquellos que el mismo escogió antes de todos los tiempos para salvación, aquellos por los cuales el murió en la cruz para justificarlos de su pecado, para darles vida. Dice también que su ovejas al escuchar su voz le seguimos, es decir no nos podemos hacer desobedientes a su voz, ni resistir a ese llamado, ya que él nos llama con un propósito bien especial el cual esta escrito en el siguiente verso.

3-   Tercera verdad. y yo les doy vida eterna 

¡Ho! amados de Dios, si pudiéramos creer en verdad al autor de la verdad completa, de la única verdad, en lo que el mismo nos dice de su boca entonces no tendríamos ninguna duda. Si el mismo nos garantiza que nos da vida eterna, como podremos poner en duda su santa palabra. Si el mismo nos dice que  esta vida no es cualquier clase de vida, es decir que no es una vida o salvación que se puede perder por cualquiera de nuestros pecados, sino que es eterna, es decir para siempre, es decir que no esta condicionada a nuestro comportamiento y por lo tanto a nuestro obrar, ya que fue el quien la dio como un regalo inmerecido, ya que fue el quien la pago a precio de sangre, ya que es el único sacrificio u ofrenda aceptada por el padre como pago por nuestro pecado. Como podremos nosotros pensar que  por nuestros pecados las podríamos perder y luego ganar mediante las obras de nuestro arrepentimiento. Esto se contradice con su palabra que nos es por obras humanas para que nadie se glorié.   Por favor amados de Dios, como podemos y con que fundamento podemos decir que nosotros somos los que decidimos  en ganar o perder esta salvación, esta vida eterna dada por Cristo, es contradecirle al el, es decirle a el mismo que él es un mentiroso y que nosotros somos los que con nuestros argumentos tenemos la verdad. Es como decirle: Jesucristo a si tu digas que nos has dado vida eterna, yo decido creer que no es así, sino que yo mismo me la gano con mis obras, así tu digas que ya tu perdonaste todos mis pecados yo decido no creerlo, ya que es por mi arrepentimiento que me salvo. Suena totalmente absurdo pero así nos han hecho a muchos creer, que mediante nuestras obras de arrepentimiento, ganamos nuestra salvación. Parecemos como uno de esas luces intermitentes que se ponen en los arbolitos de navidad que prenden y apagan; Si pecamos perdemos vida eterna, si nos arrepentimos la ganamos y si la muerte nos sorprende sin arrepentirnos entonces al infierno nos fuimos, no importando el sacrificio de Jesucristo. Con que mentira tan grande nos han engañado poniéndonos a hacer obras banas para ganar salvación, cuando esta ya la gano, la regaló, la garantizó nuestro salvador y redentor Jesucristo.
¡Ho! Amados de Dios no sería mas fácil y de mas descanso, de mas bendición creer en lo que el mismo nos dice, podríamos en cambio de estar sacrificándonos haciendo obras para salvación, hacer las obras que como una consecuencia de haber recibido su salvación hacemos para su gloria, aquellas obras que el mimo nos dice que preparo de antemano para que viviésemos en ellas?

4-   Cuarta verdad. y no perecerán jamás”
Perecer, quiere decir morir espiritualmente, quiere decir perdida de vida eterna, perdida de salvación. Jesucristo nos afirma una vez más: no pereceremos jamás. Este jamás, significa nunca, bajo ningunas circunstancias, de ninguna manera, por ninguna causa, es completa seguridad en que la vida eterna que él nos dio por medio de Jesucristo, nunca, pero nunca, nunca la perderemos.
Lo puedes creer o todavía ay algunos que deciden seguir creyendo que aunque Jesucristo dice que jamás pereceremos, de todas formas por razón de nuestra propia iniciativa pereceremos. Amados de Dios ya es tiempo que si creemos que la palabra corta limpia hasta llegar a los tuétanos, también lo haga hasta llegar a lo mas profundo de nuestro ser incluyendo todas aquellas costumbre religiosas que se nos pegaron, aquellas falsas doctrinas que nos enseñaron y que nos han impedido vivir una vida reposada en cuanto a nuestra salvación, dándole la gloria a quien se la merece y mas bien ocupándonos de vivir esa vida que Cristo nos dio, siendo como Pedro dice. Real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para anunciar las verdades de aquel, que nos llamo de tinieblas a su luz admirable.

5-   Quinta verdad. “ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Dice Jesucristo, “ni nadie”. Nadie es lo contrario que alguien y alguien es a su vez algo creado. Satanás es un alguien creado. Si nosotros pensamos que alguien nos podría quitar la salvación que Cristo nos dio, el único que lo podría hacer es Satanás, pero aquí afirma Cristo que nadie nos puede arrebatar de su poderosa mano. Satanás fue vencido por cristo quien lo desarmo, le quito las llaves de la muerte y del hades y lo exhibió  derrotado delante de las potestades espirituales. Satanás, ni siquiera se va a atrever a acercarse a Cristo y mucho menos tratar de arrebatarle a sus elegidos, a sus salvos, los cuales están en sus mano, y, cuando el cierra su manos no hay nadie quien siquiera pueda abrirle su dedito mas pequeño. Muchos de nosotros lo que pensamos es que estamos agarrados con nuestras fuerzas a la mano de Cristo, que con nuestras obras permaneceremos cogidos a él. Sin embargo esto no es verdad ya que si así fuera terminaríamos cansándonos y soltándonos de su mano y por lo tanto podríamos ser arrebatados por Satanás. Yo he decidido creer en lo que Mi Salvador dice: ni nadie me puede arrebatar de su mano, allí estos seguro, reposado, allí en su mano vivo y me muevo libremente, en su mano me siento protegido y guardado, en fin si mi Señor lo dice yo lo creo, de nada me sirve discutir con el, ya que él es la verdad y dice la verdad y punto.

6-   Sexta verdad.Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.”
Como si fuera poquito la garantía que nos da en las anteriores verdades, Jesucristo nos enseña que estamos mas guardados que ningún tesoro, ya que estamos guardados como con doble candado: primero en las manos de Cristo y luego dentro da la mano de Dios padre, que verdad mas hermosa, que seguridad en cuanto a nuestra salvación nos rebela aquí Jesucristo.
Jesucristo el hijo de Dios dice que Dios padre nos cualquiera, él es mayor que todos, y todos abraca a todos sin acepción alguna. Que descanso es poder creer que estamos guardados en las manos de Cristo y en las manos de Dios Padre. Que bendición mas hermosa en poder recibir esta verdad en nuestra vida y ya nos estar dependiendo mas de nuestras obras para salvación. Después de recibir estas verdades yo declaro que ya nunca más tendremos más miedo en perder nuestra vida eterna.
Conclusión
Después de compartir este corto mensaje,  mi fe es que El Espíritu Santo afirme en nuestros corazones estas hermosas verdades salidas de la fuente de la verdad Jesucristo, que si antes teníamos alguna pequeña duda, esta haya quedado respondida y cubierta.
Yo te animo para que tu mismo las estudies, las prediques, las publiques, la enseñes. Si Jesucristo dice que somos sus ovejas, que él nos conoce, que escuchamos su voz y le seguimos, nada tenemos que discutir con el solo decirle gracias Señor por que así lo quisiste tú. Si el mismo afirma que nos da vida eterna y luego nos afirma que no pereceremos jamás, entonces creemos que no perderemos loa vida eterna que él nos dio que no moriremos jamás. Que si él nos dice que estamos en su manos y a su vez todos cubiertos por la mano del Padre quien es el mayor que todos, entonces lo creemos, aunque pensemos que esto es totalmente injusto e inmerecido, Si dios lo decidió así, decido abrazar esta verdad, creerla y vivirla.
Yo doy testimonio vivo que estas verdades me han dado libertad en mi vida, que al creerlas y abrazarlas en mi vida me han llevado a amar mas a mi Cristo, a darle mas gloria a él, quien se merece toda gloria. Hoy mas que nunca grito con voz de jubilo y agradecimiento, gracias Dios, Gracias Cristo por el regalo de la vida eterna, Gracias  Señor por tenerme en tus manos, ya que en ellas me siento tranquilo y seguro. Gracia y mil gracias Dios por lo que haces cada día en mi vida.
Para finalizar les dejo masticando estos pasajes bíblicos que si los estudiamos cuidadosamente nos revelaran aun mas estas verdades enseñadas.
1era. Juan 5:10-13 “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.” 

30 noviembre 2012

Solo por la Gracia de Dios...

Sentado bajo un frondoso árbol  estaba el niño de 8 años, todavía junto a la raíz de aquel árbol que minutos atrás  le sirviera de salvavidas. Él estaba allí atónito, con su rostro lleno de lodo de color amarillo y las lágrimas que brotaban de sus ojos habían echo pequeños surcos sobre la arcilla que estaba seca en sus mejillas.
Era el mes de noviembre y en la escuela pública de aquel pequeño poblado, los estudiantes se aprestaban para recibir una nueva navidad, el profesor de artes manuales tubo la idea de que ellos elaboraran mascaras, hechas con arcilla y periódico, para así tener con que disfrazarse en la fiestas de la novena de navidad.
Jairo como se llama, era un pequeño niño campesino, vivía solo con su hermanito Mario de 10 años, ellos habían aprendido a atenderse y vivir solos, ya que su madre también campesina, no podía estar con ellos todos los días de la semana debido a la distancia  en donde ella con su esposo y sus pequeños hermanitos se dedicaban a las labores del campo. Era un día hermoso y soleado, entonces el pequeño pero inquieto Jairo le propone a su hermanito mayor que le acompañara para conseguir el barro que se necesitaba para la elaboración de su máscara. Mario era un muchacho más bien tímido y demasiadamente cuidadoso, así que no accedió a la invitación, ante la negativa rotunda de su hermano, Jairo acudió a sus mejores y más cercanos amiguitos para que le acompañaran, mas también recibió una respuesta negativa, ellos no tenían tiempo para esto.
Eran cerca de las 11 de la mañana, cuando el pequeño Jairo emprende su viaje en busca de la preciosa arcilla. El sol resplandecía y el trinar de los pájaros se hacia escuchar. Tomó un saco que utilizaría como recipiente, un golpe se escucho cuando el portón de su casa se cerró tras él.
Él ya había escuchado de uno de sus compañeritos de clase, que en las viejas minas de asfalto, que estaban situadas a las orillas del rio, estaba la mejor arcilla. Pazo frente a las casas de sus amiguitos más cercanos, luego el parque principal del pueblo y al pasar frente a la iglesia, como lo había aprendido de sus padres, dibujo la señal de la cruz sobre su cuerpo.
Aunque iba solo ,caminaba feliz, como niño del campo, no tenia miedo de nada y mucho menos de estar solo, pasó silbando sobre el puente sobre el rio que caudaloso y ruidoso baja desde la montaña, delimitando lo habitable de lo inhabitable de aquel pequeño pero apacible pueblecito sobre los andes colombianos. No había avanzado mas de 300 metros cuando el terreno verde de la otra orilla del rio cambio por completo. Era un lugar solitario, lleno de lodo de arcilla, y  formaba pozos profundos que dejaban las máquinas  cuando estuvieron explorando el asfalto que allí se encontraba.
Sus ojos se abrieron admirados de ver la gran cantidad del material que él estaba buscando, y se dijo así mismo: Si, en verdad mi amiguito tenia razón, aquí esta la mejor arcilla del pueblo. Tomo su saco para comenzar a recoger con sus manos  pequeñas  el barro,  que con el calor del sol, comenzaba a solidificarse. Al comienzo lo hizo desde la orilla pues no quería dañar los únicos zapatos que tenía y que su madre con gran esfuerzo le había comprado para ir a la escuela, pero observó  que el mejor barro estaba más adentro, con prisa se quitó su calzado, dobló la pierna de su pantalón y comenzó a caminar dentro del barro un poco adentro. Muy concentrado en la recolección estaba cuando su piececito de apoyo resbaló sin poderlo evitar. Deseo ponerse inmediatamente de pie, más estaba con el barro hasta la cintura, al comienzo Jairo no se asusto, él ya había experimentado el caminar por trochas llenas de barro, trato de caminar hacia la orilla, mas sus pies no hallaban fondo para afirmarse y su pequeño cuerpo comenzaba a hundirse en aquella maza amarilla y espesa.
A medida que luchaba con todas sus fuerzas, comenzó a hundirse más y más. Comenzó a gritar, con toda su voz,  primero a su hermanito, luego a sus amiguitos y finalmente a su mamita, pero nadie oyó su grito desesperado. Cuando el barro llegó a sus hombros miro a los cielos, el azul intenso de la mañana comenzó a cambiar de color a un rojo intenso y los cerros adyacentes comenzaron a dar círculos a su alrededor. La muerte rondaba, no había nada que hacer, con sus ojitos desorbitados por la angustia y cubiertos de lágrimas, perdía no solo fuerzas para luchar, sin la esperanza que alguien le rescataría de aquella trampa mortal. Fueron cerca de 15 minutos que en su corta vida parecieron toda una eternidad. Cuando ya sus fuerzas se habían agotado y no había nada más que hacer, de pronto vino viento fuerte, anormal en aquella mañana quieta y tranquila, esto hizo que una rama seca de aquel frondoso árbol, cayera justo delante de él. Al mirarla sus ojos no lo podían creer, con la ultima fuerza estiro su bracito ya de color amarillo cubierto por el lodo, tomo aquella rama seca y con ésta, logró acercar una raíz suelta que salía de aquel árbol; tomó respiración y recibió fuerzas, luego, con sus dos brazos alcanzó a  tomar la raíz y poco a poco comenzó a liberarse de aquella maza de muerte que amenazaba con devorarlo para siempre. Centímetro a centímetro se arrastró con la ayuda de aquella cuerda salvavidas que la omnipotencia de Dios le había tendido en el último instante cuando todo parecía terminado.
Exhausto pero feliz, con sus ojos llenos de lagrimas, miró al cielo, abrió su boca le dio gracias a Dios. Extenuado y sin fuerzas, se sentó al rayo del sol a la rías de ese árbol y se quedó dormido.
Pasaron cerca de un par de horas, su cuerpecito se estremecía, comenzó a despertar, pensando que había tenido una terrible pesadilla, pero cual sería su tremenda sorpresa pues al abrir sus ojos, y mirar a su alrededor, descubrió el saco en el que había acumulado un poco de arcilla, allí  estaba con barro seco. Enseguida observó la peseta de barro, las huellas que salían de allí, el pedazo de rama seca, la raíz que le sirvió de lazo salvavidas para rescatarlo y finalmente él mismo se encontraba allí mirando.  Se miro luego, de arriba hacia abajo, estaba como una momia, el lodo amarillo sobre su ropa se había secado y por consiguiente se había endurecido, trato de levantarse y con un poco de esfuerzo lo consiguió.
Lo primero que pensó es como volver a su casa, deseaba estar junto a su mamá, aunque sabia que ella no estaba en casa, no importa llegaría a donde  estaba su amado hermanito Mario para recibir un abrazo. Pero, como hacerlo?, Jairo debía atravesar todo el pueblo para llegar a su casa, sus ropas estaban completamente como un yeso y él era irreconocible.
Se sentó nuevamente y se reprochó  haberse ido solo, lloró un tiempo más y luego escuchó  las aguas del río que a 10 metros bajaba raudo. Como un resorte se levantó, camino esta distancia y con cuidado sumergió primero sus piernas y brazos, se lavó su rostro, pero aun así seria muy vergonzoso atravesar el pueblo de esta manera.  Miró a todos los lados y estaba completamente solo, entonces se despojó  de sus ropas y las lavó en la fría pero cristalina agua que allí corría. Extendió sus ropas sobre una roca  y espero casi el resto del día para que ésta se secara al rayo del sol, mientras miraba al cielo y daba gracias al Dios del cielo que con aquella rama y aquella raíz lo había salvado de la muerte. Luego se vistió con su ropa aun húmeda y volvió ya al atardecer a sus casa donde su hermanito quien con muchos reproches lo recibió. Si contaba, el castigo que recibiría de sus padres  cuando su hermano les dijera sería el más grande, por esto, tuvo miedo de decir su historia y  guardó  en silencio este secreto por mucho tiempo.

Su nueva vida en Cristo

Mas ahora, después de tanto tiempo, agradecido esta aquel que ahora es hombre, por  el milagro que ha recibido. Un plan, un propósito trazado está para su vida. Primero el experimentar en su vida un nuevo nacimiento, el espiritual, luego una experiencia diaria con Jesucristo, junto con un llamado de Dios para servirle en su reino.
Así como el mismo Pablo o Pedro, o, cualquiera de aquellos que Jesucristo llama  a servir; Jairo ha experimentado muchas victorias  llevado y guiado por la mano de Dios, más también imperfecto como ellos han experimentado momentos difíciles en su vida ministerial. Así como de niño experimento como Dios le recató de la boca de la muerte, así también en su vida como siervo de Jesucristo, ha vivido momentos de gran tribulación y dolor, tiempos de prueba, tiempo que pudieron haber terminado con su vida de servicio en el reino de Dios y que a continuación me permito compartir solo para la gloria de Dios, ya que él me ha enseñado a vivir y depender de él, a esperar en él y caminar en él. 
Hace un tiempo atrás este siervo estuvo pasando por un tiempo muy difícil y en medio de su angustia clamaba a Dios haciéndole estas preguntas:
 ¿hasta cuando ho Dios?.
¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma,
Con tristezas en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;
Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
Para que no diga mi enemigo: Lo vencí.
Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
Mas yo en tu misericordia he confiado;
Mi corazón se alegrará en tu salvación.
Cantaré a Jehová,
Porque me ha hecho bien
No era para menos mi vida se derrumbaba en la incertidumbre, veía como mi fe que aparentemente estaba fuerte se debilitaba.
En un momento de mi vida ministerial, me descuide personalmente en mi comunicación con Dios, en mi cuidado y alimento espiritual, debilitándome de gran manera hasta resbalar y caer miserablemente. En mi vergüenza me separé de todo. Pero mi más grande error fue poner mi confianza en las manos de los hombres más que en Dios mismo.
Cuando me halle en lo mas bajo del valle profundo, comencé a gritar a Dios, me volví a él, mas mi alma sentía que Dios me había abandonado, que su rostro se había ocultado de mi y mi tristeza era diaria, era como haber llegado en la oscuridad caminando por un largo y oscuro túnel, haciendo todo el esfuerzo y cuando pensé llegar a la boca de este y encontrar una salida de luz, encontré una pared sin salida.
Entonces allí gritaba muchas veces de rodillas en mi oficina, otras en las vigilias de la noche sobre mi almohada: “Mira, respóndeme oh Dios mio! Alumbra mis ojos”. Es que en verdad muchas noches en aquel tiempo difícil no desee despertar. Sabía que la acusación estaba esperándome y por lo consiguiente el dolor de haber caído y faltado era cada vez mas intenso. Quise luchar pero no tenia fuerzas, poco a poco me debilite más y más. En las personas que en un momento  había puesto mi confianza para una restauración, las que una vez me juraron lealtad y amistad ya no deseaban ni siquiera saber de mi, todos se retiraron de una en una, me voltearon la espalda, me quede solo, únicamente con lo mas sagrado que Dios me dio: mi esposa y mis hijos y el abrazo de amor de mis pequeños nietos.
Estando en esta tremenda y penosa etapa de mi vida pensé que no había más por que luchar, que todo había llegado a su final y que Mi Señor se había olvidado de mí. Entonces es cuando Dios muestra su verdadera gracia, esa gracia que un día prediqué, pero que no había entendido por completo, ahora mi mismo Cristo venia a mi con esta gracia inmerecida, por su puro amor. Poco a poco descubrí que era todo lo contrario, mi Cristo estaba allí, me tenía en sus brazos de amor. Cuando no había nada que saciará mi angustia, volví a su palabra, recibí hambre, sed y gozo por ella, me acerqué a sus promesas, recurrí a su gracia y a su misericordia, acordándome que antes de él aplicar justicia, provee en misericordia, me fue al Salmo 51 y me consideré como David, me halle como él en medio de aquel terrible dolor y entonces le pedí con lo más profundo de mi corazón: “Crea ho Dios en mi un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mi. No me eches de delante de ti. Y no quites de mí tu santo Espíritu. Ho Dios mio vuélveme el gozo de tu salvación”. Entonces allí mismo, le prometí delante de su altar de gracia: Señor mio, enseñaré a los transgresores tus caminos, no me avergonzaré de tu santo evangelio pues este es poder de Dios para salvación, publicare tu verdad y nada más que tu verdad. Señor iré a donde tu me envíes, con quien tu me envíes.
Hoy después de haber pasado ya un tiempo de esto, doy gracias a Dios por su eterno amor y fidelidad, los tiempos han cambiado, donde había lamento, ahora hay fiesta, hay gozo, donde había flaqueza ahora hay fortaleza, donde había encierro ahora quiero ser visible y publicar su nombre en fin mi vida cambió , ahora me estoy gozando en mi Señor, desde el amanecer hasta el anochecer le tengo en mi pensamiento, he puesto su palabra en mi boca, creo el 100% en su promesa fiel. No me importa el comentario de la boca destructora, del que divide, del que se cree santo sin serlo. He decidido no mirar a mí pasado ya que si Dios dice que ya me perdono y no se acuerda de él, no tengo porque hacerlo yo.
El Señor a quien sirvo, ha puesto perdón en mi corazón para perdonar a quienes aprovechando mi caída se ensañaron contra mí, he dejado la justicia en las manos de mi justiciero. El mismo me da cada día un poco mas de humildad para pedir de corazón perdón a los que con mi actitud fallé y lastimé.
Yo se en quien he creído, él es quien me sustenta, él fue el quien me llamo con llamamiento santo, a el serviré con amor el resto de los días de mi vida, ya que fue él quien me restauró, fue él quien me levanto del hueco, quien limpio mis heridas  y perdonó mis culpas. Solo en el pondré mi mirada y solo en el confiaré.
Soy consiente que soy imperfecto, quizá el mas imperfecto de los hombres, pero así mismo sé que estoy en sus manos y que el esta haciendo su obra en mi. Ahora tengo testimonio propio de mi imperfección y de su gracia abundante, lo que antes predicaba como un conocimiento, ahora lo hago con una vivencia propia, la gracia de Dios no es simplemente una doctrina más como algunos dicen. La gracia de Dios es la vida de un creyente imperfecto en las manos de un poderoso y amoroso Dios, que levanta al caído, consuela al triste, que no acusa sino que perdona, que es fiel a su promesa.
A pesar de las pruebas y momentos difíciles, sigo adelante en procura de la meta que Dios me ha dado, gozándome aun en medio de tribulaciones para que sea Dios el único que lleva la gloria. Él es quien rescato y rescatará mi vida, el me guardará y junto a el llegaré a la meta final del supremo llamamiento.
Creo en su promesa que la obra que el comenzó en mi la llevara a termino, que lo postrero será mejor que lo primero, que me ha llamado para una obra poderosa, que el estará conmigo hasta el fin, que permanecerá, me acompañará y me dará descanso. Él es mi pastor y nada me faltará. Te amo Señor.