Intruducción
Al tratar este tema deseo con todo mi corazón poder aclarar con ayuda del Espíritu Santo y la santa palabra de Dios, estas dos prácticas que sin lugar a duda fueron establecidas por Dios para bendición de su pueblo, primeramente sus escogidos desde Abel, luego su pueblo, Israel, y finalmente su santa iglesia sobre la tierra. Ahora iremos sobre parte de la escritura tanto en el Antiguo Testamento como en el nuevo, para luego estudiar más profundamente este precioso tema.
14:18-20 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dió Abraham los diezmos de todo.
Levítico 27:1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:
27:30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.
Deuteronomio 14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
En Deuteronomio no solo se menciona el diezmo anual, sino también un diezmo a pagarse cada tres años. Según la Ley Mosaica, el diezmo es obligatorio para todos los judíos.
1. El diezmo. Del latín decimus, décimo, el diez por ciento, la décima parte de los haberes usualmente referidos a la producción o al comercio.
La décima parte de los frutos que provienen de los campos, prados, viñas árboles y animales (productos, no dinero).
1.1. Reseña histórica.
Parece ser que antes de la ley, el diezmo fue practicado de la misma forma como lo fueron las ofrendas, es decir como una muestra de agradecimiento a Dios por su protección, por su cuidado. Éste fue enseñado de padres a hijos, de generación en generación. La historia cuenta que los pueblos antiguos como los Sumarios, Medos, Persas, Sirios y Caldeos de donde fue parte Abraham antes del llamado de Dios, lo practicaban. De esta forma vemos que Abraham entrega diezmos a Melquisedec después de haber recibido pan y vino, o sea comida y bebida de parte de este, a su regreso de la batalla, como una respuesta de gratitud por la bendición recibida tanto del rey como de parte de Dios quien le acompaño en la batalla. Aquí vemos que Abraham no diezma del producto de su cosecha, ni de animales que el cuido, sino del botín que él tomo del rey de Sodoma. Notemos que no es una acción repetitiva, sino que se dió una vez como respuesta de gratitud a una bendición recibida.
1.2.Establecimiento de parte de Dios.
En el texto bíblico de Levítico 27:1. Leemos como el diezmo es establecido como una ordenanza de Dios para el pueblo Judío, lo que ellos ya practicaban como una costumbre voluntaria se convierte en ley obligatoria. Notemos que tanto en Levítico 27:1 como en Deuteronomio 14:23, se describe claramente esta ley de parte de Dios para su pueblo escogido, el Judío.
1.3.Propósito de la ley.
El propósito es bien específico, provisión para la mantención del Tabernáculo y posteriormente el templo de Jerusalén y los sacerdotes levitas. La tribu de los levitas, no recibió propiedad sobre ninguna tierra, ni tampoco podían heredarla, como si lo podían hacer las demás tribus de Israel. En vez de ello, ordeno Dios que ellos recibirían de las otras tribus, el décimo de lo que la tierra producía, incluso del ganado. Del producto de cada año se llevaría el diez por ciento al alfolí, y de allí comerían todos los sacerdotes y sus familias. El diezmo consistía solamente en alimentos o animales; la mención del alfolí no es casual; alfolí es un silo o granero, su fin era estrictamente social y alimenticio. Notemos que hoy en día este pueblo no diezma ya que el propósito por el cual fue establecido no existe, el templo fue destruido y no hay sacerdotes levitas.
1.4.Alcance de la ley.
Sola y exclusivamente quienes estaban amparados y sobre quienes regia esta ley, es decir El pueblo Judío. Como lo escribí antes los judíos no diezman en estos tiempos.
1.5.Termino de la ley.
Cristo como hombre nació Judío y fue parte de este pueblo, proveniente de la tribu de Judá de donde venia el rey David. Cristo mismo dirigiéndose a los judíos les dijo: Mateo 5:17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” La ley de Dios debía cumplirse, pero una vez cumplida, en el sacrificio de la cruz Cristo pago todo lo que esta exigía, una vez cumplida y de acuerdo al plan de Dios esta, dice la palabra finaliza en su función como tal, siendo remplazada por una nueva, ya no escrita en letras sino en el corazón de cada uno, la ley del espíritu y vida.
En Romanos 10:1-4 Dice así: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.”
Cuando el Señor Jesús fue crucificado, la ley llegó a su fin (1.ª Pedro 2:22); y, a la vez, fue probada hasta lo sumo. Aun cuando el Señor había sido el Dador de la ley, nació y vivió bajo dicha ley. (Gálatas 4:4).
Al mismo tiempo, el Señor fue el único que jamás cometió ni siquiera una simple transgresión de la ley, sin embargo, según la aplicación de esta misma ley, Él fue crucificado. ¡Qué contradicción! La ley (o la aplicación de la ley por los judíos) juzgaba al único Ser perfecto y santo, a tal punto de hacerlo maldición (Deuteronomio 21:23; Gálatas 3:13). Ésta era la manera en que la ley debía llegar a su fin.
1.6.Conclusión.
Concluimos pues que si los diezmos eran una parte de la ley establecida por Dios, para un pueblo escogido por Dios, el judío, con un propósito, provisión para los sacerdotes levitas. Fue cumplida en su totalidad en Cristo y con El esta ley finalizo.
2. Las ofrendas a Dios.
Significado:Productos de origen animal o vegetal que se presentaban Dios como una expresión de adoración, gratitud o dedicación.
2.1. Reseña histórica
La práctica de las ofrendas a Dios comienzan bien temprano en la vida del hombre, vemos que tanto Caín como Abel ya presentaron ofrendas delante de Dios y así continuo atraves de los tiempos. Cuando la ley mosaica fue dada, en ella se establecieron también diferentes clases de ofrendas para el pueblo Judío, unas voluntarias y otras obligatorias como lo leemos en las escrituras en libro de Levítico. Estas ofrendas al igual que los diezmos se practicaron por el pueblo Judío aun en el tiempo de Jesucristo y continuaron practicándose hasta la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C. durante el gobierno de Vespasiano. Sin embargo en cuanto a la iglesia naciente, fue común encontrar desde un comienzo las entregas de ofrendas de lo cual leemos en el libro de los Hechos de los apóstoles, que tanto en Jerusalén y la región de Judea donde las iglesias estaban dominadas por los judíos, como en el resto de las iglesias establecidas en medio del pueblo gentil.
A continuación podemos leer parte de la escritura que nos enseña sobre este tema.
2.2. Como parte de la ley mosaica dada por Dios para pueblo judío.
Lev.1:3-17. De holocausto Es la consagración completa de la ofrenda entera a Dios, era voluntaria.
Lev.2:1-16. Ofrendas de Comida: Expresa el agradecimiento y la devoción, Era voluntaria.
Lev.3:1-17. Ofrenda de Paz, era voluntaria.
Lev.4:1-35. Ofrenda por el Pecado, Es la ofrenda obligatoria por el cubrimiento de los pecados, es obligatoria
Lev.5:1-19. Ofrenda expiatoria, por expiación de pecados, era obligatoria.
Lev.16:1-34. Día de expiación Es la perfecta limpieza y restauración hecha por nuestro Sumo Sacerdote.
Lev.23:4-5. Pascua Es la celebración de la salida de Egipto por parte del pueblo de Israel.
Lev.23:6-8. Pan sin levadura.
Lev.23:9-14. Primicias representa la resurrección de Cristo
Notemos que todas estas ofrendas o clases de ofrendas representan a Jesucristo, ofrenda completa y perfecta aceptada delante de Dios padre por: Nuestro pecado, la paz, por amor a nuestro padre celestial.
2.3. En el Nuevo testamento o sea en la iglesia de Jesucristo.
La práctica de la ofrenda semanal continuó después de la muerte de los apóstoles y se continua practicando hoy....
En la iglesia de Jerusalén:
Hech 2:44-45
Hech 4:32-35
En las demás iglesias establecidas del pueblo gentil.
Hech 11:27-30
Rom 15:25-26
1 Cor 16:1-2
2 Cor 11:8,9-12
A continuación anexo como prueba de esto la Primera Apología de Justino Mártir, (110-165 D.C.) donde leemos la continuidad de esta práctica.
“En el día llamado domingo, todos los que viven en las ciudades o en el país se juntan en un lugar, y son leídas las memorias de los apóstoles o los escritos de los profetas, tanto como el tiempo lo permita; entonces cuando el lector ha terminado, el que preside instruye verbalmente, y exhorta a la imitación de estas buenas obras. Entonces todos se levantan a la vez y oran, y, como dijimos antes, cuando nuestra oración ha terminado, el pan y el vino y el agua son traídos, y el que preside en manera semejante ofrece oraciones y acciones de gracias, de acuerdo con su capacidad, y el pueblo aprueba, diciendo Amén; y hay una distribución para cada uno, y una participación de aquello sobre lo que se ha dado gracias, y una porción es enviada por los diáconos a aquellos que están ausentes. Y los de clase acumulada, y los voluntarios, dan lo que cada uno piensa que es apropiado; y lo que es recolectado es depositado con el que preside, que ampara a los huérfanos y a las viudas, y aquellos que, a causa de enfermedades o cualquier otra causa están en necesidad, y aquellos que están en esclavitud, y los extranjeros que residen temporalmente entre nosotros, y en una palabra toma el cuidado de todos los que están en necesidad. Pero el domingo es el día en el que todos tenemos nuestra asamblea en común, debido a que es el primer día en el que Dios, habiendo obrado un cambio en las tinieblas y en la materia, hizo el mundo; y Jesucristo nuestro Salvador en el mismo día se levantó de los muertos.”
3. Enseñanza.
3.1. Introducción.
Amados todos hasta ahora me he referido a partes de la escritura en donde encontramos enseñanza acerca de los diezmos y las ofrendas a Dios, probando explicar en algo lo que las escrituras nos enseñan en cuanto a este tema tan criticado en medio de nosotros.
A continuación deseo en mi corazón que examinando primero lo escrito en el antiguo testamento y luego en el nuevo, haciendo un paralelo entre lo viejo y lo nuevo, ya que lo primero es sombra de lo postrero, esto con el propósito que podamos entender claramente que debemos nosotros como iglesia de Jesucristo practicar y que bendiciones nos promete Dios por la obediencia a este mandamiento y de que forma lo debemos de practicar.
En el Antiguo Testamento: Malaquías 3:10-12 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.”
En el nuevo testamento:
2da.Corintios 9:8-15 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito:
Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.
Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.
! Gracias a Dios por su don inefable!”.
3.2. Hay un mandamiento tanto en el viejo como en el nuevo testamento.
En el viejo-“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos,”
En el nuevo -“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”
Hay un mandamiento: Dar a Dios, en el antiguo como una obligación a la ley Mosaica, los diezmos, en el nuevo como una obediencia a la ley del Espíritu, es decir, lo que el espíritu coloque en nuestro corazón, ya no como diezmo sino como ofrenda.
3.3. Hay una promesa condicional por obediencia al mandamiento.
Démonos cuenta que tanto en el texto del antiguo testamento como del nuevo, el mandamiento es acompañado posteriormente por una promesa de : Provisión abundante, multiplicación y, protección sobre sus cosechas es decir sobre lo que hagas, de tal manera que no solo seamos bendecidos en nuestra necesidad sino hasta bendecir a otros.
3.4. El principio de la siembra.
2. Corintios 9:6 “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.”
Para comenzar a estudiar este importante principio aquí citado por el apóstol Pablo a los Corintios es necesario ir al contexto completo. Pablo comienza en el verso uno diciendo: “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba;”. Notemos que Pablo instruye a la iglesia en cuanto a la ministración económica para los santos o sea para la iglesia. Pablo prosigue dando instrucciones claras en como la iglesia debía de proceder, para luego en el verso 6 enseñarnos utilizando un ejemplo de la agricultura, "el que siembra escasamente, también segará escasamente". Es decir que para tener una cosecha abundante debe sembrarse en abundancia. El motivo para dar debe surgir de un corazón alegre.
En caso de que el cristiano de Corinto se preocupara de que si daba una ofrenda sufriría financieramente, Pablo quitó tales dudas. Les recordó que nunca podrían dar más que Dios. Dios les bendeciría tanto en lo espiritual como en lo material. Notemos claramente que Pablo no esta instruyendo para nada a la iglesia en cuanto a la ley del diezmo, ya que él tenia claro que esta ordenanza no era para la iglesia, pero animaba para ofrendar de corazón alegre ya que sin esta actitud, el dar se hará de mala gana y hasta con resentimiento. Si uno da por obligación y sin gozo, no agradará a Dios.
De igual manera nos instruye en cuanto al limite para dar, notemos que si estuviera hablando de Diezmo lo diría claramente, mas él lo que enseña es, “Cada uno dé como propuso en su corazón”, este es el limite, ya no el 10%, ni el 1% ni el 20% sino como propuso en su corazón. Y quien es quien propone en nuestro corazón, o el que con anticipación ha puesto el sentir de dar y la cuantía de la ofrenda en nuestro corazón, nadie más sino quien tiene acceso a nuestro corazón, El Espíritu Santo de Dios.
3.5. Es la ordenanza o ley del diezmo para la iglesia de Jesucristo?
En ninguna de las cuatro veces que el diezmo aparece en el N.T. (Mt 23,23; Lc 11,42; 18,12; Hb 7,2-9) se nos enseña a guiarnos por esa medida. Notemos también que Jesucristo en su vida sobre la tierra vivió bajo el periodo de la ley, como uno más del pueblo judío ya que El no pertenecía a la tribu de los levitas, sino que su genealogía venia del rey David quien a su vez era a la tribu de Judá, por lo tanto él debía cumplir la ley mosaica la cual cumplió completamente.
Mateo 23:23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”
Lucas 11:42 “ Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.”
No podemos afirmar como mucho enseñan que en estos pasajes, Cristo esta dejando enseñanza para que su iglesia diezme, ya que aquí se esta dirigiendo claramente a los judíos y en especial a un grupo bien significativo de ellos como eran los escribas y fariseos, quienes se jactaban de guardar la ley.
Hebreos 7:1-9 “Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín.
Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.”
Para poder examinar este pasaje que es tan utilizado por algunas las iglesias que afirman que la iglesia debe diezmar, estudiaremos parte por parte:
Melquisedec era un “sacerdote de Dios” que vivía en la tierra cuándo recibió de Abraham los diezmos.
Cristo, del linaje sacerdotal de Melquisedec, vivió en la tierra, pero nunca durante el tiempo de su ministerio sacerdotal, exigió diezmos de sus discípulos, y de ninguna manera insinuó que se los pagaran.
Tenemos claro que en la actualidad, Cristo continúa siendo nuestro sumo sacerdote pues somos su iglesia su cuerpo espiritual sobre la tierra. Notemos que corporalmente él se encuentra en el cielo, no estando presente en la tierra para recibir los diezmos.
Estas iglesias que afirman que la iglesia debe diezmar afirman que sus siervos sí están en la tierra para recibirlos. Pero, observamos que la comparación hecha en hebreos, el capítulo siete, es entre Cristo y Melquisedec, y no entre “los siervos” de Cristo y “los siervos” de Melquisedec. Notemos que siempre que la biblia habla de Melquisedec no muestra ni da indicación alguna de que hubiese “otros sacerdotes” que sirvieran bajo su mando con derechos de recibir diezmos.
Melquisedec no es tipo de estos pastores quienes afirman tener derecho de recibir diezmo sino de Cristo nuestro sumo sacerdote delante del Padre. Por esta razón estos carecen de derecho de utilizar este texto bíblico para afirmar que lo tienen ya que no están en la misma categoría que Cristo, aunque digan que son sus representantes.
En el verso 5 dice: “Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley”
Este verso, hace referencia a un grupo especial de sacerdotes, los levitas, quienes en el tiempo que se escribió hebreos todavía funcionaban como sacerdotes del templo de Jerusalén, también notemos que el verbo esta conjugado en tiempo presente: reciben y también aclara que es según la ley, cual ley, la mosaica la cual estaba vigente para el pueblo judío el cual debía diezmar. Recordemos que la epístola fue dirigida a un pueblo en especial en un lugar especial, la iglesia judía, en Jerusalén. Recordemos también que el templo de Jerusalén y su orden sacerdotal subsistieron hasta la destrucción del tempo en el año 70 d.C.
En el verso 8 dice: “Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales”. La pregunta que nos podemos hacer es: Cuáles hombres mortales? La respuesta es clara: A los sacerdotes levíticos que seguían oficiando en el templo judío, y no a ningún Apóstol, pastor, profeta, maestro o evangelista. Si así fuera el Espíritu no lo hubiese aclarado, pero nos afirma en cambio que es a los sacerdotes levitas, si leemos con atención el verso siguiente: “Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos”, es decir, que los seguía recibiendo en ese entonces.
Hago énfasis en que al comenzar la iglesia y al mismo tiempo permanecer el templo de Jerusalén y sus sacerdotes levitas, el diezmo aquí nombrado se refiere claramente como una ordenanza para los judios y de ninguna manera para la iglesia de Jesucristo naciente en tiempos apostólicos.
Conclución.
Al escudriñar todo el Nuevo Testamento, es muy evidente que los apóstoles, profetas, pastores y evangelistas del primer siglo no se tomaron ningún derecho de recibir, cobrar diezmo, tampoco ninguno lo enseño:
Pablo en ninguna de sus cartas ni lo practico, ni lo recibió, y por ningún motivo lo enseño.
Pedro a quien Jesucristo le confiara la tarea de pastorear su primera iglesia, tampoco lo hizo y ni siquiera Santiago quien como Judío obligo a los judíos convertidos a practicar leyes judaicas como la circuncisión, este nunca escribió ni enseño que la iglesia sobre la cual él era líder debía diezmar.
No podemos mencionar pasajes bíblicos como 1 Corintios 9:13-14 “No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?
Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.”, para dar a entender que el Señor Jesucristo ordeno que la iglesia debe diezmar para de esta forma proveer a los sacerdotes de este nuevo pacto, como lo hacia en el antiguo sacerdocio levítico, ya que como lo explique arriba es totalmente diferente. Notemos bien que el mismo apóstol Pablo hace claridad de esto en el siguiente verso: “Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.”. Ya que en todo caso el pasaje no habla de diezmar sino de proveer a los siervos que se dedican por completa a la obra del Señor.
Quiero finalmente afirmar que personalmente no miro mal a ningún cristiano que decida voluntariamente dar el diezmo de sus ingresos, no haciéndolo para guardar el Antiguo Testamento ni esperando que Dios “lo multiplique diez veces” ni probando a Dios porque él dice que "lo pruben en esto", sino por que así lo ha recibido del Señor en toda libertad. Al contrario, admiro a tal dador por su amor hacia Dios y la iglesia.
Para terminar oro a Dios para que esta enseñanza marque su vida de manera sobrenatural así como lo ha hecho conmigo y declaro corazones dispuestos a hacer conforme a la voluntad de Dios. Deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud así como prospera tu alma.