Introducción.
He escogido estos tres pasajes bíblicos con el fin de escudriñar en la santa palabra de Dios en cuanto a este tema tan significativo, pero a la vez olvidado en la vida de la iglesia, sobre todo en estos tiempos, en los cuales el hombre desea ser tenido en cuenta en todo, tiempos en que la soberanía de Dios quiere ser puesta en duda ante la gloria y soberanía en el pensamiento del hombres. Es por esto muy importante que prestemos atención a lo que nos enseña su santa palabra y que tomemos una posición correcta delante de Dios, delante de la iglesia y delante de los falsos profetas de este tiempo que con sus fabulas y falsas doctrinas quieren engañar al creyente, quitándole la gloria a Dios, para tenerla ellos y de esta forma mantener en oscuridad a los creyentes ingenuos para aprovecharse de ellos y sacar ganancias deshonestas en su provecho.
Dios escogió soberanamente desde el comienzo.
Jeremías 1:5, “Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destine a ser profeta de las naciones.”Este pasaje nos muestra claramente como Dios habla al profeta Jeremías y le aclara acerca del su existencia y de los planes que Dios tenia en cuanto a él. De la misma forma Dios nos escogió a cada uno de nosotros con un propósito y esto aconteció no después de que naciéramos y hubiésemos hacho alguna obra o buena o mala, no, él nos acogió como lo veremos mas adelante antes de todos los tiempos antes que la misma fundación del mundo.
Nos escogío Dios o fuimos nosotros los que lo escogimos a El?
Esta es una pregunta que la humanidad siempre se ha hecho atreves de todos los tiempos, esta se hace cada vez mas insistente en estos tiempos modernos, en medio de grandes descubrimientos, en donde la lógica del pensamiento humano engrandecido desea quitarle la gloria a al Dios. El hombre se olvida que Dios es todo poderoso, que él es autónomo en sus decisiones, que no deja de ser Dios justo, porque al hombre le parezca que nos sea así, él es un Dios justo, y que el escoge y hace como a él le place, que hoy no necesita pedir consentimiento al hombre imperfecto y que tampoco lo hizo desde el comienzo.Para muchos pensar que Dios nos escogió o eligió al hombre puede sonar ofensivo a sus razonamientos humanos, estas personas por razón de la naturaleza de sus pensamientos, siempre se van a oponer, ya que ellos desean ser el centro y no Dios. Hay muchos que afirman que fue el hombre en su ignorancia que creo a Dios. Sin embargo Dios mismo se encarga que esta afirmación quede completamente anulada cuando el mismo mediante la boca de su amado hijo cuando aun estaba en medio de nosotros afirmo:
Juan 15:15 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
Si el mismo Jesucristo con su boca lo dice contundentemente, que podemos nosotros añadir a esto?. No queda nada por decir. Él nos eligió, no nosotros a El, él lo dice y su palabra es la verdad, lo demás queda sin piso, sin fundamento.
Él nos escogió también con un propósito, y nos puso en el mundo para que llevemos mocho fruto y para que este fruto permanezca para la gloria de Dios, él es Dios soberano y todo poderoso.
Cuando nos escogió Dios?
Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.”En nuestro hermoso texto la respuesta es precisa y contundente: “Nos escogió en el antes de la fundación del mundo”. Él nos escogió por anticipado, es decir antes de que fuéramos engendrados. Pensemos así: Antes que naciéramos ya todos nosotros eramos una realidad para el. Él no nos escogió después de nacer y menos como consecuencia de nuestra conducta buena. Es falso afirmar lo contrario ya que aquí dice él dice claro, antes de la fundación del mundo.
Dios nos escogió con un propósito.
Cuando en nuestro texto se encuentra la preposición, “para” significa con una meta, por un algo, con un propósito, y este propósito es: “que fuésemos santos y sin mancha delante de él”.Nace entonces una tremenda pregunta delante de nosotros: Si estamos metidos en este cuerpo de pecado el cual nos lleva todo el tiempo a faltarle a Dios como conseguiremos nosotros mismos ser santos y sin mancha delante de él?. Aquí es donde todo argumento de la soberanía del hombre y de su santificación o escogencia por sus propios medios se queda totalmente sin piso, ya que quien osado podría llegar por sus propios medios delante de Dios santo y sin mancha?. La respuesta viene en el siguiente texto: “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,”.
Es por la iniciativa de él, es por su gran amor, que en su plan de salvación para sus extraviados y perdidos hijos, existiera su predestinación celestial.
Predestinar significa destinar por anticipado, o tener un destino previo para nosotros. Recuerdo bien cuando mu esposa Jeanneth y yo planeamos tener nuestro primer hijo, antes que el fuera engendrado ya teníamos un plan para él, teníamos un nombre, se llamaría Hernán Darío, planeamos todo, en que cama dormiría, que comida recibiría, nuestra protección todo el tiempo, nuestras vidas dispuestas para proveerle en todo, podría asegurar que hasta un sueño teníamos en cuanto a él. Antes que lo engendráramos todo estaba planeado, pensábamos que mediada que su edad crecía, le enseñaríamos a jugar al futbol, a montar en bicicleta, las artes musicales, hasta llegamos a planear su educación, cuando grande nuestro hijo será un ingeniero, gloria a Dios que en gran parte todo esto se cumplió, aun siendo nosotros solo unos padres terrenales imperfectos.
Dios trazo un plan divino para nosotros, este plan se llama predestinación. Así como en nuestro primer texto bíblico en donde Dios le habla al profeta Jeremías, dándole a conocer del propósito que Dios tenia para con él, así tiene él un plan trazado en cuanto a nuestra vida y destino, seremos lo que él ha dicho que seamos, para su gloria y su honra.
Para que nos predestino Dios?
1. Para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, no hay otra forma, nos es por nuestras obras, o por nuestra conducta, es por medio de la adopción como hijos por medio de Jesucristo. Recordemos en que estado quedamos después de la caída de Adán, recordemos también que el escogió a un hombre Abraham y por medio de este hombre un pueblo, su heredad, el pueblo judío. Nosotros como dice en mismo Efesios 2: 12-13 “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Mostros necesitábamos de una adopción para ser llamados hijos de Dios y esta adopción se cumple mediante Jesucristo.
2. Para ser salvos, mediante el sacrificio de Cristo en la cruz, mediante la redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia. Sin este sacrificio, sin esta obra planeada de antemano por Dios, seguiríamos siendo ajenos y lejanos de Dios, seguiríamos en condenación, sin Cristo y sin ley.
3. Para darnos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
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