19 julio 2016

Conocereis la verdad y ella os hará libres







Haz visto alguna vez la mirada de un niño que no tiene esperanza? el andar de una mujer que vestida de Negro camina sin rumbo y sin identidad? el desasosiego de una familia que se llama cristiana y dice adorar a Dios pero internamente el dolor y la desesperanza le consume?

Así fué aquella visión que recibí aquella mañana;  mi corazón se inquietó hasta lo sumo y entonces pregunté: Señor que me quieres entregar?

El pasaje que me fué entregado era el de Gálatas 4: “Decidme, los que queréis estar bajo la Ley: “No habéis oido la Ley?, pues está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y el otro de la libre; pero el de la esclava nació según la carne; pero el de la libre, en virtud de la promesa.  Esas dos mujeres son los dos Pactos; el que proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar, pues Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, ya que ésta, junto con sus hijos , está en esclavitud. Pero la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre

Y continúa el mensaje: Así que, hermanos, nosotros, Como Isaac somos hijos de la promesa. Pero Como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también es ahora.  Echa fuera la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava; De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre”.

Si pudieramos claramente observar Como el vivir bajo la Ley produce hijos de esclavitud, sometidos a parámetros, reglas y juicios, los cuales ponen peso, un yugo que ningún ser humano puede quitarse de sus hombros, ni cumplir. Si pudieramos ver Como esa esclavitud llega al punto de someter a las personas hasta impedirles ver quienes son en Cristo y lo que Dios ha hecho por ellas; Caminan Como vendados sus Ojos y su corazón en completa amargura.  Viven sin esperanza, Como si Cristo no hubiera hecho nada por ellos. Dependen de su efuerzo, y su propia decisión para recibir el amor de Dios. Atados a tradiciones y costumbres de los hombres; y esto es lo que enseñan a otros.

Es interesante experimentar que esta Ley es la que en muchos lugares se predica hoy en día a los creyentes. El cuerpo de Cristo, el cual está llamado a ser libre, ha sido cautivado en esclavitud por aquellos que diciendo conocer a Cristo realmente no le siguen ni le conocen. De ser así a Cristo predicarían.

Es para esto que nos ha salvado el Señor? Acaso no dice El  mismo en Juan 8:31 que conoceremos la Verdad y ella nos hará libres? Jesucristo mismo dice en Juan 14:6 “Yo soy el Camino, la verdad y la vida” es decir que si le conocieramos verdaderamente a El, estaríamos conociendo la Verdad, la cual nos hace libres y no esclavos.

Nos ha dado Vida, y no cualquiera, pues es vida en abundancia,  y vida eterna, para que vivamos para El, disfrutando de la libertad que es en Cristo.

Entonces algunos dirán: Quiere decir esto que podemos andar de cualquier manera pues a libertad fuimos llamados? La respuesta está Clara en Romanos 6 donde se nos dice:  De ninguna manera, porque los que hemos muerto al pecado, Como viviremos aún en él? y continua la respuesta O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?; a fin  de que Como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Amados de Dios y nuestro no hay regalo más grande que Jesucristo mismo, el cual es la Gracia, la Verdad y a Vida. El es el autor y consumador de nuestra salvación. En El estamos libres de la ley del pecado, de la muerte y podemos disfrutar de su presencia para adorarle y estar en contínuo agradecimiento y entrega.

Hoy la invitación que quiero hacerle es que su corazón se regocije en El, que pueda vivir en el gozo permanente del Señor y que intensamente glorifiques su nombre. Pues no  esta bajo el gobierno de la carne, ni de la ley, sino de Cristo; la ley del Espíritu de Vida en Cristo.


Cuan delicioso es experimentar que somos hijos de luz, reflejamos la luz del dador de vida, la luz de nuestro Dios. Cristo mismo morando en nosotros y viviendo a través de su iglesia.

Sean todos bendecidos en ese precioso nombre Jesucristo el Hijo de Dios.


Jeanneth Sierva de Cristo y ministra del Nuevo Pacto


29 junio 2016

Id y haced dicipulos

Mateo 28:19 "Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,"

27 junio 2016

Gracias por tu Gracia



Me impresiona pensar que los profetas inquirieron diligentemente acerca de la Gracia que estaba destinada para nosotros.  ellos en su tiempo anhelaban ver y experimentar las cosas que nosotros experimentamos y vivimos hoy. No entendían aquellas cosas que ellos recibían en revelación de lo que habría de suceder en este tiempo. Escudriñaban a que personas y en que tiempo habría de manifestarse esa Gracia tan grande y completa. (1 Pedro 1:10-12)

Para ellos, los profetas, era algo tan grande, tan poderoso y salido de toda lógica, de todo entendimiento, de toda razón, ya que estaban acostumbrados a vivir y caminar bajo unos parámetros diferentes, una dispensación diferente y un pacto que no se parecía en nada al que les estaba siendo revelado; pues en este Nuevo Pacto la herencia o regalo de Dios no era por las obras, mas por la fe.
Tendría que ser un regalo extremadamente grande, pues se trataba de la venida del mismo hijo de Dios en persona a la tierra.

El Dios Todo Poderoso despojándose de si mismo, tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres, para levantarlos de la condición de muerte y perdición en la cual se encontraban, de tal manera que a ellos no se les contara como pecadores, sino fueran contados como hijos.
(Filipenses 2:7)

Cómo podrían en aquellos tiempos entender el sufrimiento de Cristo y las glorias que vendrían tras aquellos que son herederos de esta Gracia?  No era precisamente por la lógica de los profetas. Como podría alguien ser heredero de algo que nunca había participado o sembrado? Ser heredero de una Gracia que no merecía? ciertamente difícil de comprender.

Esos a los cuales los profetas buscaban y anunciaban somos nosotros, quienes por fe y por llamamiento santo, hemos sido escogidos por Dios, desde antes de la fundación del tiempo. Nosotros los que no merecíamos, pues no habíamos hecho ni bien ni mal, pero a El le plació darnos el regalo maravillo de su vida y hacernos parte de un reino celestial, llamándonos hijos e hijas del Altísimo.

Que privilegio, es tan grande que nuestra mente no lo puede entender, así como los profetas que lo anunciaron tampoco lo podían entender. Mas se ha manifestado  y somos herederos, si herederos como dice la escritura en Romanos 8:17 "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados"

Podemos nosotros entender como el Dios creador de todo cuanto existe, por quienes fueron hechos los cielos y la tierra y todo creado por El y para El, haya querido en su amor extender su misericordia y su regalo en Jesucristo para nosotros, un pueblo que no le conocía? un pueblo que tampoco deseaba saber de Él y no le buscaba? un pueblo que estaba muerto en delitos y pecados? Es algo incomprensible pero verdadero.

Nos llamó en un tiempo de Gracia sobre Gracia, derramó de su amor en nosotros y nos dio el privilegio de conocerle, experimentarle, amarle, adorarle y vivir para su gloria y honra.

Toda rodilla dice la escritura se dobla delante de El; Todo el universo reconoce Su Grandeza, las impetuosas aguas hablan de su majestad, los vientos llevan su voz y la dan conocer en toda la tierra, los gorriones alaban su nombre, pues su creador. Las flores con su colorido reflejan su alegría y dan gloria al que las creó. Los árboles doblan sus ramas delante de Él, la nieve anuncia la grandeza y majestad de su hermosura.

Nuestro Dios, es el Señor, es el Creador y nosotros sus hijos hoy le adoramos, reconocemos que somos por su Gracia, y le damos gracias por su infinito amor.

Jeanneth/ Ministra del Nuevo Pacto, hija de Dios.

16 junio 2016

Administración y direccion de la iglesia local

Administración y dirección de la iglesia local 
El cuerpo de ancianos y de diáconos.

Introducción:
Al escribir este tratado lo hemos hecho con la guía  del Espíritu Santo y su Santa Palabra, La  Biblia; Al tratar este tema tan importante en la vida de la iglesia, deseamos poder dar una guía y enseñanza a cada una de ellas y a quien desee conocer sobre esta área. 

El Señor fué muy claro en establecer la guía para la administración de la iglesia sobre la tierra. Cristo es la cabeza de la iglesia y su suprema autoridad como lo vemos en Efesios 1:22; Colosenses 1:18. La iglesia debe estar gobernada  por un liderazgo espiritual compuesto por dos ministerios; el de ancianos y diáconos. (Tito 1:5)

Veámos: 

Anciano: El Nuevo Testamento menciona en varias ocasiones a ancianos que asumian el liderazgo de la iglesia. (Hechos 14:23; 15:2; 20:17; Tito 1:5; Santiago 5:14) Mirando detenidamente podemos observar que en las iglesias siempre hay más de un anciano. Es un nombre que está en plural "ancianos"; En la iglesia de Jerusalén ellos formaban parte junto con los apóstoles del liderazgo de la iglesia. 

En los Hechos de los Apóstoles 20:28 encontramos que a los ancianos también se les llamó obispos "Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor; la cual él ganó por su propia sangre."

Entonces, cuando se menciona ancianos u obispos, se refiere al mismo oficio, usados de manera intercambiable. Los requisitos para ambos son los mismos. 

Como está escrito en el versículo anterior, la función que les fué entregada fue de "apacentar" la iglesia del Señor. Cuidarla como que darán cuenta al Señor; no enseñoreandose de ella o dirigiéndola como dueños del rebaño, ya que éste es del mismo Jesucristo. 

También es importante que veámos como estos ancianos han sido llamados a funcionar con dones ministeriales; los cuales según el don aportan hasta que todos lleguen a la unidad de la fe, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del Ministerio. 
En Efesios 4:11-16 encontramos que unos son apóstoles, otros son profetas, evangelistas, pastores y maestros.

En el transcurso de los tiempos, el hombre ha mal entendido y por tanto cambiado la manera original de liderar la iglesia de Jesucristo, formando cuatro grupos que veremos a continuación:  


1.     El episcopado.

En esta forma de gobierno sobresalen tres niveles de autoridad y de funcionamiento, lo nombrare en orden de autoridad de mayor a menor:
a.      Los obispos: Tienen a su cargo la supervisión de un número de parroquias. Todo el distrito sobre el cual el obispo preside es conocido como una diócesis.
b.     Los sacerdotes: Están a cargo de una parroquia y tienen autoridad sobre los creyentes en su dominio geográfico.
c.      Los diáconos: Generalmente son jóvenes que sirven en una especie de aprendizaje.

La Iglesia Anglicana, la Iglesia Católica Romana, y las Iglesias Católicas Griegas son ejemplos de esta forma de gobierno eclesiástico. Las iglesias Metodistas y Episcopales tienen una forma modificada del mismo.

2.     Presbiterianismo.

Esta forma de gobierno de la iglesia es un intento de reproducir las prácticas de las iglesias del Nuevo Testamento, en ellas hay una pluralidad de ancianos. En esta forma de gobierno hace una distinción entre:

a.      Ancianos docentes: Son los  ancianos que enseñan.  Éstos,  generalmente han tomado estudios superiores o teológicos y son ordenados como ministros y predicadores;  son nombrados por la junta directiva de la iglesia y en si tienen un empleo con funciones definidas.  

b.     Ancianos gobernantes: Son laicos, seleccionados por su habilidad como líderes, ellos son nombrados de por vida y por lo tanto permanecen en sus iglesias, ellos forman la junta directiva de la iglesia escogen a los ancianos docentes y deciden los negocios de la iglesia. La iglesia presbiteriana es un ejemplo de esta forma de gobierno.

3.     Congregacional.

Esta forma de gobierno eclesiástico está basada en la teoría de que cada iglesia local es una institución con auto-gobierno. Todos los asuntos son resueltos por votación democrática de todos los miembros. Las iglesias están organizadas libremente en asociaciones, convenciones y congresos, pero las iglesias mismas conservan su independencia administrativa. Aunque las iglesias locales pueden estar sometidas en algún grado a cuerpos mayores, comités u oficiales, el concepto de una iglesia congregacional es que la iglesia local determina sus propios asuntos, elige y ordena sus ministros y dirige el uso de sus ingresos. La Iglesia Congregacional y la Iglesia Bautista son ejemplos de esta clase de gobierno.

4.     Las iglesias del Nuevo Testamento en su modelo original establecido. 

Toda la autoridad para gobernar la iglesia que Jesús dejó sobre esta tierra ha sido puesta sobre los ancianos de la iglesia, es sobre ellos en representación de Jesucristo como un cuerpo que la iglesia funciona tanto administrativa como en el discipularmente y enseñanza de la palabra.

El cuerpo de obispos o ancianos como lo vimos anteriormente, reunidos o convocados, administran y lideran  la Iglesia. Éstos deben ser capaces de tratar y juzgar todas las cosas que conciernen a la iglesia, no importando lo delicada o difícil que sea la situaciación o el tema. 

En 1 Pedro 5:1-4 encontramos al apóstol Pedro dando recomendaciones claras de como debe funcionar el llamado apostólico y pastoral en el cuerpo de Cristo:   " Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”


Notemos que el mismo Apóstol se incluye como un anciano más dentro de este cuerpo especialmente diseñado para servir (apacentar) a la iglesia.

Junto con el apóstol Pedro, encontramos al apóstol Pablo uniéndose en el mismo sentir.   

En Hechos 20:28 dice Pablo: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos,  para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”

Tanto en Hechos 20:28 como en  1 Pedro 5:1-2 , encontramos las mismas características, además vemos la pluralidad de ancianos que mensionamos anteriormente. Esto no niega que Dios dote a algunos ancianos en particular con  dones propios para las diferentes necesidades de la iglesia tanto en la enseñanza como en la administración de sus recursos, el gobierno de elle, etc. De esta manera, un anciano puede funcionar como “pastor,” apacentando, guiando y alimentando  las ovejas del Señor, otro puede hacer la mayoría de las visitas a los miembros, porque tiene el don de la compasión, otro puede gobernar en el sentido de manejar los detalles organizacionales, otro puede tomar la iniciativa en cuanto a la  gran comisión tanto local como externamente porque tiene o el don “evangelístico” o “apostólico” etc.

En la Escritura encontrarnos que también había mucha participación de la congregación en las decisiones de la iglesia y que el cuerpo de ancianos era quien estaba alfrente. No habia un liderazgo solitario de anciano, apostol u obispo. (Hechos 1:23,26; 6:3,5; 15:22,30; 2 Corintios 8:19). Esto solo apreció  al comienzo del segundo siglo.

Démonos cuenta que ninguno de los apóstoles establecidos por Jesucristo durante la primera iglesia  en Jerusalén, tomó señorío sobre los demás, ni sobre los nuevos creyentes, sino que trabajaron y funcionaron en completa unidad, soportándose los unos con los otros, corrigiéndose, exhortándose, fortaleciéndose, apoyándose mutuamente, a pesar de sus diferentes personalidades, diferencia cultural,  académica o capacidades personales, sino que más bien lo que se mostró fue el servicio y el compromiso para con el Señor y con la obra. Que buen ejemplo nos dejaron.!
La iglesia de Jerusalén fue la primera en ser organizada; la instrucción del Señor fue la de empezar desde Jerusalén. La primera mención que tenemos de ancianos en la iglesia, se encuentra en Hechos 11.30. Aquí se hace referencia a ancianos en tal manera que podemos pensar que ellos ya habían estado funcionando en la iglesia desde hacía algún tiempo.
En los comienzos de la iglesia no es notorio un liderazgo claro en cuanto a quien presidía la naciente congragación sino el grupo de los apóstoles juntos Administraban y dirigian el trabajo tanto de enseñanza como el administrativo y estaban de acuerdo en cómo llevar acabo la obra.

 A medida que la iglesia creció y las necesidades aparecieron ellos establecieron ancianos, y posteriormente diáconos en la iglesia de Jerusalén. Después de la muerte de Esteban, el primer apóstol muerto, (no le remplazaron por otro apóstol) y que comenzó la persecución y la dispersión de los apóstoles, fueron los ancianos los que gobernaron o lideraron la iglesia, así lo vemos que fue Santiago no el apóstol sino Santiago el menor uno de los hermanos de Jesús, quien como anciano instituido en la naciente iglesia, la lidera en comunión con los demás ancianos y algunos apóstoles, Pedro y Juan incluidos.
En resumen, la Biblia enseña un liderazgo consistente en una pluralidad de ancianos, junto con un grupo de diáconos quienes trabajan como siervos de la iglesia y ninguno en particular era designado con mayor autoridad sobre los demás.

En el ejemplo de las iglesias establecidas por Pablo como la iglesia de Filipos, no tenía un solo pastor u obispo, sino que en ella habían "obispos" (Filp.1:1). Si hubiera habido solo un pastor como autoridad máxima en aquella iglesia, que extraño resulta que Pablo no saludara a un funcionario tan importante. Es más, en ninguna de las epístolas encontramos una salutación al "ministro" o "pastor". Ni siquiera en los saludos al final de las epístolas como Romanos y Colosenses, donde se mencionan los nombres de muchos hermanos, tal omisión hubiera sido una imperdonable falta de cortesía de parte de Pablo.
La conclusión lógica es que "un pastor", semejante a los que vemos en las iglesias de hoy, no existieron en las iglesias del Nuevo Testamento. Había pastores, obispos, ancianos. Siempre se les menciona en plural y no como un título ni jerarquía, sino para describir su labor de servicio entre sus hermanos y no sobre sus hermanos, y era el Espíritu Santo quien los escogía, los capacitaba y los señalaba por medio de las cualidades que eran visibles para la iglesia, la cual solamente los reconocía como tales. Vemos que este modelo  jerárquico existente en el día de hoy en algunas denominaciones, donde uno es el que controla todo y los demás está sometidos a este señorío, no aprecio sino a finales del primer siglo.
Nótese que tanto Pablo, Juan o Pedro, en sus epístolas no hicieron diferencia de autoridad o de mando en medio de ellos sino que las cartas fueron dirigidas al grupo de ancianos en general, ellos no dirigen sus epístolas a ningún pastor de ninguna congregación en particular ya que como lo escribímos en el comienzo: El cuerpo de ancianos [obispos], reunidos o convocados, es el gobierno de la Iglesia, y esta llamado y debe ser capaz de tratar y juzgar todas las cosas que conciernen a la Iglesia, no importa lo delicado y difícil que sea.

Por otro lado vemos a Pablo no nombrando pastores en cada iglesia naciente sino que constituyo un cuerpo de ancianos quienes se encargaban de la enseñanza y gobierno de la iglesia. Hechos 14:23 “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”
En Efesios 4:11-16, “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”
Este es el único pasaje nuevo testamentario que indica o se refiere a una persona determinada, constituida por el mismo Jesucristo mediante llamamiento santo a su interior, con un oficio o misión determinada para lograr un fin determinado; perfeccionar la iglesia, capacitar, enseñar a la iglesia, para que sus miembros crezcan y maduren en su conocimiento y vida en el Señor Jesucristo. Quien es quien los nombra y constituye? Es Cristo quien los constituye no el hombre, él no la delego a nadie en particular, ya que es una constitución respaldada con llamado interno al corazón del hijo de Dios y dones del mismo Espíritu Santo de Dios.

A medida que la iglesia crece y madura espiritualmente, en el cuerpo de ancianos de la iglesia, los cinco dones de Jesucristo establecidos por Él mismo para edificar su iglesia, deben estar bien representados para que así la iglesia tenga un crecimiento balanceado. Demonos cuenta que estos dones operan en el anciano u obispo, dando una capacidad de servicio y entrega ya que es el mismo Jesucristo quien  operara a través del baso llamado anciano: unos ministrando autoridad, administración, enseñanza, discipulado, amor, corrección, etc., todo como si fuera el mismo Señor, pues es bajo el gobierno del mismo Espíritu Santo.
Nunca leemos en la Biblia que una iglesia local llame o contrate a una persona para que sea su "ministro". Tampoco que un "misionero", envíen a sus hijos al extranjero para que regresen con el "título de misionero" y se hagan cargo de una iglesia o una misión en el extranjero.
Tampoco leemos en la biblia que Jesucristo a pesar de nuestra transgresiones y desobediencias nos amenazará como por ejemplo: “Si no me obedecen y hacen lo que yo les digo los abandono” o, “Me voy y los dejo y ustedes verán que hacen”, esto tampoco lo hiso ni Pedro ni Pablo ni ningún otro de sus apóstoles establecidos.
En la cita aludida anteriormente resulta muy evidente que son varios los hombres que el Espíritu Santo pone en cada iglesia local para alimentar, vigilar y cuidar del bienestar espiritual de la congregación. Sus vidas ante el mundo deben ser un testimonio de la presencia y del poder de Cristo (lTim.3:7).
Los dones nunca son dados todos a una sola persona, pues leemos de: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, es decir, hombres capacitados por el Espíritu Santo para predicar el evangelio, para exhortar, animar a los creyentes, enseñar y alimentar de la Palabra de Dios. Bienaventurada la iglesia que cuenta con estos dones y que pueden funcionar en unidad y armonía como estamos llamados; el apóstol apostolando, el pastor pastoreando, el profeta profetizando, el evangelista evangelizando y el maestro enseñando y todos a la vez en unidad como un cuerpo bajo el gobierno del Espíritu santo.

 l.Corintios.12:11 y 31 "el mismo Espíritu, repartiendo (dones) a cada uno en particular como él quiere...el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.

II. Funciones y requisitos del cuerpo de ancianos


Los ancianos deben ser sobrios, dignos, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la perseverancia. Tito 2:2.
Pablo establece varios requisitos para llamar a un obrero a ocupar la función del anciano.Tito1:6-9.

1.     Irreprensibles: Sin ninguna acusación, irreprochable.
2.     Marido de una sola mujer, hijos creyentes: Es decir, que el apóstol Pablo pretendía que el anciano tuviera una vida familiar adecuada.
3.     No arrogante: En el griego esto se puede traducir como: que no se agrade a sí mismo, que no haga su propia voluntad.
4.     Ni de mal genio: Que no sea irascible, que no se enoja rápidamente, ni sea violento.
5.     Ni pendenciero: Contienda o riña de palabras o de obras.
6.     Ni ávido de ganancias deshonestas: no amador del dinero.
7.     Decoroso: Ordenado, el que se comporta con educación, con decencia, y con orden. Sin orden no se puede administrar bien la casa ni la iglesia.
8.     Apto para enseñar: Indica la suficiente competencia en el conocimiento de la palabra de Dios, así como la aptitud para enseñarla.
9.     Debe ser hospitalario: La hospitalidad era un mandato para todo cristiano en los inicios de la iglesia. Era extender la ayuda a la viuda, al huérfano y al extranjero.
10.  Prudente: Tener una mente sana, control de sí mismo.
11.  Justo: Recto en sus decisiones, equitativo.
12.  Santo y dueño de sí mismo.
13.  Que sepa retener la palabra fiel conforme a la doctrina.
14.  Sobrios: Es ser vigilante, ser discreto, un hombre alejado del vino.
15.  Dignos: Honorable, honesto.

Veamos pues algo de la escritura nueva testamentaria que nos habla acerca de los ancianos:

1 Tesalonicenses 5.12, 13, Pablo dice: "Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra".
1 Timoteo 5.17, también dice: "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar».
Hebreos 13.7 y 17. El escritor de la epístola a los hebreos dice: "Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe... Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso".
Otras Escrituras pueden ser citadas para mostrar que la autoridad de gobernar al pueblo de Dios ha sido investida en los ancianos.
Más adelante leemos que después de haber llegado a una decisión, y estando listos para enviar el mensaje de regreso a Antioquía, "pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia" enviar una carta a la iglesia de Antioquía (versículo 22).
Hechos 16.4 se refiere a "los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén" y así demuestra que había una clase de personas conocida como "ancianos" en dicha iglesia. No tenemos ningunos datos de cuando éstos fueron nombrados, pero sabemos que cuando la persecución llegó en contra de la iglesia de allí, "todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y Samaria, salvo los apóstoles" (Hechos 8.1). Aunque los apóstoles residieron en Jerusalén por algún tiempo, los ancianos eran necesitados allí en la iglesia
Hechos 20.17 Pablo "enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. Ellos debían apacentar el rebaño y cuidar del mismo. Los ancianos eran obispos en la iglesia y no señores sobre ella. La iglesia en Jerusalén y la iglesia en Éfeso eran dos de las congregaciones más grandes mencionadas en el Nuevo Testamento.
Filipenses 1.1 También leemos de los ancianos de la iglesia en Filipo, a quienes Pablo menciona en su carta a los Filipenses con especial atención.
Tito 1.5. Pablo dio instrucciones a Tito diciendo: "Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé". Debemos entender que estos eran ancianos de la iglesia, y que en cada ciudad donde hubiera una iglesia, él debía nombrar ancianos. Esto enfatiza el hecho de que todas las iglesias de Nuevo Testamento tenían ancianos.
Hechos 14.23. También leemos que, después de que Pablo y Bernabé habían predicado el evangelio y habían establecido iglesias en muchas ciudades, ellos volvieron a visitar esas iglesias. "Constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído".

Aquí tenemos una confirmación positiva de que Pablo y Bernabé "constituyeron ancianos en cada iglesia" donde quiera que estas habían sido establecidas. Estas Escrituras e incidentes nos muestran que las iglesias en Jerusalén, Judea, Éfeso y Filipo tenían ancianos todos; que Tito fue instruido a establecer "ancianos en cada ciudad" y que Pablo y Bernabé nombraron "ancianos en cada iglesia". La prueba de que las iglesias del Nuevo Testamento tenían ancianos es clara, simple, positiva, y acumulativa.

Cuando la palabra enseña que Pablo nombró y también instruyó en sus cartas para que se establecieran ancianos en cada iglesia, entendemos que la iglesia debe ser gobernada por un cuerpo de pluralidad de ancianos (diferente de un anciano gobernante y de un cuerpo de diáconos a su servicio), este es el modelo bíblico establecido. El cuerpo de ancianos, tiene autoridad de gobernarla, autoridad que le ha sido conferida por Cristo mismo, la cabeza de la iglesia y del Espíritu Santo (Hechos 20:28; Hebreos 13:17).
La palabra no instruye en que se debe establecer un pastor primero, sino que debía haber  ancianos (plural) establecidos primeramente.

Estoy muy de acuerdo con la apreciación que Wayne Grudem que en su teología sistemática dice: " En este sistema de gobierno siempre hay más de un anciano. En una congregación nuevo testamentaria contemporánea, como la nuestras, el pastor (o pastor principal), será uno entre los ancianos que conforman el cuerpo de ancianos. No tiene autoridad sobre ellos, ni tampoco trabaja para ellos como empleado. Tiene un papel de alguna manera distinto ya que él se dedica de tiempo completo al trabajo pastoral (Alimentar, guiar y cuidar del rebaño) y puede derivar todo o parte de sus ingresos  de este trabajo (1.Ti 5:17-18).
También puede frecuentemente asumir  un papel de liderazgo (presidiendo) entre los ancianos, lo que encajaría con su papel de liderazgo entre la congregación.
El pastor de ordinario tendrá autoridad considerable para tomar decisiones y proveer liderazgo en muchos aspectos de responsabilidad que le ha delegado la junta de ancianos como un todo. Este sistema permitirá al pastor ejercer fuerte liderazgo en la iglesia y seguir teniendo autoridad gobernante a la par de los demás ancianos.
El punto fuerte de este sistema de gobierno, se ve en el hecho de que el pastor no tiene autoridad propia sobre la congregación, sino que esta autoridad le pertenece colectivamente a todo el grupo de ancianos. Todavía más, el mismo pastor, como todo otro anciano, está sujeto a la autoridad de la junta de ancianos como un todo. Esto puede ser un gran beneficio, para evitar que el pastor cometa abusos de autoridad desmedidas y también para respaldarlo en las adversidades y protegerlo de ataque de oposición y división, ya que está respaldado completamente por el cuerpo de ancianos."


En mi parecer esta forma de gobierno, conlleva a una unidad más fuerte  en medio de  los ancianos y la congragación, ya que nos es una autoridad impuesta, sino delegada y respaldada por el cuerpo de ancianos como un todo, como nuestro pastor David Gómez afirma: "El cuerpo de obispos, reunidos o convocados, es el gobierno de la Iglesia, y esta llamado y debe ser capaz de tratar y juzgar todas las cosas que conciernen a la Iglesia, no importa lo delicado y difícil que sea."
Los diáconos:
Además de los ancianos u obispos, otros eran designados diáconos. En la iglesia primitiva se preocupaban en el cuidado de los necesitados y en ministrar a las necesidades físicas, aunque también podían tener dones espirituales (Hch. 6:1-6; 1 Ti. 3:8-13).

Como los ancianos, eran apartados para su oficio por los apóstoles (Hch. 6:6; 13:3; 2 Ti. 1:6) o podían ser nombrados por los ancianos (1 Ti. 4:14) en la iglesia primitiva.
Los diáconos son un grupo separados de siervos de la iglesia y tienen una lista de requisitos que son de muchas maneras similares a los del obispo o anciano (1 Timoteo 3:8-13). Ellos sirven a la iglesia en lo que se necesite, como en Hechos 6.

CONCLUCION:

Cuando el gobierno de las iglesias de hoy funcionen de acuerdo al modelo nuevo testamentario establecido, cuando estos hombres llamados ancianos hayan sido nombrados de acuerdo al Nuevo Testamento, y cuando ellos hayan sido honrados como el Nuevo Testamento enseña, cuando estos ancianos funcionemos de acuerdo y con el propósito del llamamiento a servir de acuerdo a los dones recibidos, entonces las iglesias de Cristo estarán en mejores condiciones para avanzar en el propósito de que fueron establecidas.
En consecuencia, si las iglesias de hoy día siguen este patrón, debe entonces haber ancianos sirviendo con sencillez de corazón, con sus vidas dispuestas como lo hiso Jesucristo, guiados por El Espíritu Santo, activos en sus funciones de servicio encomendadas en cada iglesia. Trabajando unánimes en unidad como un cuerpo, para llevar acabo la visión y misión de cada iglesia, es así que la biblia nos enseña a las iglesias de Nuevo Testamento.

Nuestra petición al Señor es para que cada iglesia guiada por Espíritu Santo establezca ancianos que administren la iglesia, que El cuerpo de obispos, reunidos o convocados sea verdaderamente el gobierno de la Iglesia, que está llamado y debe ser capaz de tratar y juzgar  y administrar todas las cosas que conciernen a la Iglesia, no importa lo delicado y difícil que sea.

Les bendecimos en el nombre de Jesucristo.










13 junio 2016

El Poder de la Gracia


EL PODER DE LA GRACIA
Hoy el Señor me despertó y el primer pensamiento que llegó a mi mente fue: “Señor gracias por tu gracia, pues no hay nada mas poderoso que tu misma presencia en nuestras vidas”
Dos montes que marcan la diferencia, dos pactos que claramente son definidos. Veamos:
Hebreos Capítulo 12: 18-29 ( Monte de Sinaí -Ley )“Vosotros no os habéis acercado al monte que se podía palpar y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, al sonido de la trompeta y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no les siguiera hablando, porque no podían soportar lo que se ordenaba: “Si aun una bestia toca el monte, será apedreada o asaetada”. Tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: “Estoy espantado y temblando”.
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis acercado a Dios, Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús, Mediador del Nuevo Pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”.
Amados veamos el contraste que marcan estos dos montes:
1. Se podía palpar. 2 Arde en fuego que quema. 3. Oscuridad 4. Tinieblas 5. Tempestad. 7. Al escuchar la voz rogaron que no les siguiera hablando porque no podían soportarla. 8. El que tocara este monte tenía que morir. 9. Producía espanto y temblor.
No es coincidencia. Este monte representa claramente el monte de la Ley el cual lleva como resultados muerte, temblor, espanto, oscuridad, pues la Ley acusa y muestra el pecado pero no tiene poder para salvar. El vivir bajo esta Ley vive asustado y pensando de continuo en el ardor del fuego que les ha de quemar. Fuego del cual no se escapa ninguno.
2. Más este otro monte nos lleva a: 1. Compañía de millares de ángeles. 2. Congregación de los primogénitos. 3. Que están inscritos en los cielos. 4. Nos acerca a Dios. 5. A los espíritus de los justos. Los que han sido hechos perfectos por medio de Jesucristo. 6. A Jesús. 7. Nos da un Nuevo Pacto, con nuevas promesas que son realidad en nuestras vidas. 8. Con el poder de la sangre, la cual nos hace aceptos ante el Padre.
Un Pacto de Gracia, un monte como este, el cual trae paz al corazón, trae vida y no condenación. Trae fuego pero no para quemarnos y morir, pero si para limpiarnos y levantarnos a la medida del varón perfecto, Cristo Jesús.
Que regalo tan inmerecido es esta Gracia de la cual podemos disfrutar en este día. Gracias Jesús por permitirnos estar ya inscritos en los cielos y disfrutar de quien tu eres, de tu sangre y de tu presencia. Te amamos y queremos servirte por el mismo amor que has colocado en nuestros corazones.
Quisiera yo que todos pudiéramos conocer y vivir esta Gracia; que tu pueblo pueda disfrutar de la verdad que nos has dado en este Nuevo Pacto lleno de promesas y bendiciones y así vivir para ti y mostrar al mundo tu amor. Quisiera que la iglesia sobre la tierra pudiera entender que no es a la Ley a quien debemos rendirle adoración, sino al Señor del Nuevo Pacto.
A veces me pregunto porque la iglesia está empeñada en entregar un mensaje mezclado de Ley y Gracia, cuando a esta misma iglesia le ha sido dado lo mejor un Pacto de mejores y mayores promesas.
Cuántas vidas serían transformadas si tan sólo conocieran verdaderamente esta gracia?
Les bendigo en el nombre de Jesús y los declaro dispuestos a entender y vivir en el tiempo de Dios “Gracia sobre Gracia”.

Jeanneth Sierva de Jesucristo y ministra del Nuevo Pacto que es en Jesucristo.

26 noviembre 2014

¿Quién nos separará del amor de Cristo?





Yo también resbalé y caí, más el amor de Dios me levantó… Hoy tu gracia me sostiene tu espíritu me alienta.

En mi oración de este día, llegaron a mi memoria aquellos hermosos momentos de mi primer encuentro real con Mi Señor Jesús, yo sé que muchos podremos recodarlo igual y hasta añorar esos vellos momentos. Recuerdo muy bien que había dentro de mi un amor que nunca habías experimentado, todo era nuevo, hermoso y excitante, aquellos viejos versos bíblicos que antes había leído pero que nunca fueron interesantes, ahora se abrían como puertas de par en par delante de mis ojos dejándome ver la hermosura e inmensidad de su eterno amor y su gran misericordia y con tremendo apetito comencé a devorar verso tras verso las delicias de su santa palabra, era como si por primera vez se me sirviera en el mejor restaurante, la comida más deliciosa, comencé a devorar todo el pan de vida que se ponía en mi mesa, en verdad que estaba muy hambriento.
Escuchabas cada palabra como que fuera la última que ibas escuchar, mis oídos antes esquivos e insensibles a su amorosa voz, ahora estaban  atentos como si escuchara la más melodiosa sinfonía musical, mis ojos brillaban como los de un niño al recibir el mejor juguete, había recibido algo que no estaba buscando, pero que como regalo inesperado llegaba a mi vida.
Recuerdo muy bien aquella primera vez, El mismo Señor en un acto de su gracia y amor, me derribo del pedestal de la nube en donde me encontraba, alejado de Él,  metido en mí mismo, cabalgando sobre el lomo de mi orgullo y egocentrismo natural. Tirándome al piso, así como lo hizo con Pablo, me mostro claramente como en un radiante espejo de las manchas de mi pecado en mi alma, sucia desde mi mismo nacimiento, me mostro de mi hedionda muerte espiritual en que vivía, haciéndome consiente de mi total incapacidad para hacer alguna cosa por mí mismo para solucionar esta grave situación que me encontraba.
Mas cuando convencido de esto puso Él mismo arrepentimiento en mi corazón y comencé a gemir adolorido inmerso en mi vergüenza e incapacidad, me mostró sus manos heridas delante de mi, me hablo claramente a mi corazón, lo que Él había hecho por mi,  con un amor tan ardiente que hubiese podido derretir cualquier roca o diamante. Ese día me hablo con tanto amor que termine rendido a  sus pies y entonces experimente por primera de su dulce ternura y su amor incondicional que lo llena todo en todo; No merecía nada, con toda seguridad lo que si merecía era el más terrible castigo, infierno; más el me hablo a mi corazón diciéndome con voz tierna y amorosa, levántate y sígueme tu deuda esta paga, tu alma está limpia y blanca, y tu camino está abierto detrás de mí para que vivas lo que yo he ganado para ti, tu deuda esta paga y tu pecado ya está borrado.  Creo que mi llanto de dolor, cambio inmediatamente en un llanto de alegría, mi corazón nunca palpito tan rápido, deseaba volar, gritar exclamar a los cuatro vientos el Nombre de mi Cristo y  lo hermoso de su gran amor.
Pronto nació en mi el deseo de agradecerle por lo que Él estaba haciendo en mi vida y encontré en mi interior una brillante idea,  comenzar a servir. No me importaba en que forma o de que manera, lo importante era  poder  hacer algo para mi Señor, nadie me impediría dar respuesta a este amor recibido, en mi interior hervía un amor intenso por mi Cristo Redentor y  necesitaba expresarlo a través de mi servicio.
Mi vida era totalmente nueva, nació una hambre insaciable por leer la biblia, me alimentaba, escuchaba las predicaciones y experimentaba como el Espíritu Santo me hablaba convenciéndome de lo malo que había en mi, quitando de mi lo que no me convenía y poniendo un tremendo deseo de cambio, lloraba al ser tocado por la mano invisible de  Dios, sonreía y me gozaba al ver como Dios utilizaba mi boca para pronunciar y testificar de las maravillas que el hacia en mi vida y veía como este sencillas predicas cambiaban la vida y la actitud  de las personas con quienes compartía. Sin darme cuenta comencé a separar momentos de calidad para encontrarme asolas con Él, eran pequeñas citas de amor e intimidad, solo El y yo, nadie mas, yo le contaba y le preguntaba cosas y el me respondía…que maravilloso fue aquel tiempo, no habían presiones externas que obligara a cumplir, ni mandamientos en letra que cumplir, ni exigencias, ni deberes que hacer, ni reglas que seguir. Una relación amorosa ideal, todo era por amor.

Hoy ya después de muchos años, con muchas experiencias en mi vida ministerial, con caídas y levantadas, ya que no estoy exento de ellas conociendo y compartiendo con personas de muchas naciones y culturas, sigo recordando y añorando ese primer amor de mi vida esos momentos tan exclusivos que cambiaron radicalmente y para siempre mi vida.
Como obrero del Señor uno tiene que pasar por experiencias en su vida, unas más agradables que otras, algunos como yo podemos haber pasado por situaciones difíciles, muy difíciles. Cuando estamos viviendo en nuestra propia vida estas penosas situaciones muchos de nosotros esperamos tener apoyo, tener sustento, tener amor, alguien a nuestro lado, alguien que se preocupe de nosotros, alguien que nos cuide, que nos respete; que nos aliente, que en cambio de enjuiciarnos nos apaciente, que cure nuestra heridas, que nos levante cuando estamos caídos, que nos recuerde quienes somos, que pele la batalla hombro a hombro con nosotros, que experimente el mismo dolor y frustración que podemos en una momento pasar y de esta forma podernos ayudar, muchos podemos llegar a pensar, la carga es muy difícil de llevar, nos debilitamos y podemos olvidarnos de casi todo de tal forma que lo único que queda en lo más profundo de nuestro corazón es la seguridad de nuestra salvación y el continuo grito del llamado del Señor: “Apacienta mis ovejas”.

Muchos hemos lastimado a las personas que mas amamos o hemos sido lastimados en nuestros sentimientos, causándonos sufrimientos por heridas profundas y difíciles de sanar, Muchos hemos experimentado como el propósito de nuestra vida  se ha destruido y ya hace en pedazos por el piso, nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestros ideales, nuestras metas se han destruido, pareciera ser que todo esta terminado y que la vida ya no tiene mas razón de ser. En algunos casos esto nos ha llevado a la decepción con nosotros mismos y con las personas que nos rodean y nos ha quitado las ganas de seguir adelante, destrozando todas aquellas ilusiones que les narre en el texto inicial. En situaciones así es difícil pensar que vendrán días mejores, y nos cuesta volver a creer en un hoy y en un mañana.

Meditando en esto escribí estas palabras de mi experiencia con la esperanza de poderte ayudar. Creo que hora, es un buen momento para que recordar todos los ánimos, emoción y fervor planes, propósitos que tenías cuando recién llegaste a los pies de Cristo,  recuerda todas las promesas que Él te dio, la palabras que Él te hablo a tu oído, todo aquello que El hizo para que tu respondieras también con una respuesta de amor hacia El y entonces decidiste amarlo, buscarlo  y servirlo a pesar de las circunstancias;  recuerda cómo anhelabas  día a día su presencia y meditabas en su palabra buscando su dirección.  El no ha cambiado, sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre, y está extendiéndote su mano para que puedas volver a empezar de nuevo, él no te reprocha nada, solamente quiere que tomes la gran decisión de levantarte y seguirle, ten presente que eres hijo de Dios, que nos es con tus fuerzas, sino con el poder que vive en ti, ya no vives tú, sino que es Cristo quien vive en ti, Él te está esperando con sus brazos abiertos, deseando que cenes con Él, que vuelvas a experimentar tu primer, Él te está esperando porque te ama como nadie lo podrá hacer jamás y los planes iniciales que Él tena contigo no se han terminado, al contrario se han fortalecido, has pasado por su fuego, has pasado por su bendita rueda y Él ha hecho de ti una mejor vasija. El llamado que te hizo a tu corazón, la visión que puso delante de ti siguen intactas, ni tu puedes renunciar a ellas y ni siquiera el mismo las podría quitarlas pues el mismo ha dicho mis dones y mi llamamiento son irrevocables.
Hoy te tiendo mi mano de colega y hermano y te invito, ven levántate volvamos al primer amor, no pierdas mas tiempo, hay muchas cosas por hacer, levántate y camina en el nombre de Jesucristo.

Oración:

Amado Padre Celestial: Hoy vengo a ti en el nombre de Jesucristo tu amado hijo, hoy vengo a ti reconociendo mi situación, tú conoces toda mi vida y lo que siente mi corazón en este momento; reconozco que me he dejado derribar  por mis problemas al punto de alejarme de ti, hoy te pido perdón por mi descuido;  Padre bueno necesito de tu ayuda  y fuerza para salir adelante en lo que tú quieres para mí; muéstrame ¡oh! Padre el camino a seguir; quiero decirte una vez más que te amo y te entrego mi corazón dispuesto a confiar en ti a pesar de las circunstancias; te agradezco por tu gran misericordia y tu eterno amor, gracias padre por no desecharme, por no dejarme caído a la vera del camino, Señor heme aquí para tu gloria. Amén.

27 marzo 2013

El amor de Cristo

Introducción.
 Fue la magnitud inmensa del amor de Dios, lo que conmovió a Jesucristo, El Hijo de Dios, en lo más profundo de su corazón, para dejar su posición en el trono de Dios, para humillarse a la naturaleza de hombre y aún peor hacerse pecado por nosotros, tomando toda nuestra culpa y nuestra condena, hasta la misma muerte, separandose de esta manera de la unidad con Dios Padre y renunciando por un instante a su eterno poder y deidad.
Es su eterno amor para con nosotros sus escogidos, lo que determino su decisión de hacerse hombre, naciendo de una mujer, la virgen María, para luego por este mismo amor, tomar nuestro lugar en la silla del juicio por nuestro pecado y tomar de esta forma nuestra condena a muerte que pesaba sobre nosotros, para luego resucitar de entre los muertos y de esta forma darnos también vida, todo esto lo hizo Jesucristo, solo por su gran amor con que nos amó.
En este pequeño artículo quisiera tratar algunos pocos aspectos de lo que significa para mí, para mi vida, para mi ministerio, para mi familia , el amor de Cristo. 
He encontrado en texto bíblico, que al examinarlo conmovió mi corazón y que deso compartirlo:

2da. de Corintios 5:14-21 
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
¿Qué es el amor de Cristo?
Quisiera llegar a tú  con esta pregunta: ¿Has experimentado en verdad en su vida el verdadero amor de Cristo? Y pregunto esto ya que este es el punto de partida de este pequeño artículo.
La gran mayoría de nosotros en lo natural hemos experimentado el amor de muchas maneras: Primeramente de bebes, experimentamos el amor de nuestros padres. Dicen los entendidos que no hay amor más parecido al de Dios que el amor de una madre. En lo natural fuimos formados como bebes en su vientre, después de nuestro nacimiento ellas nos amamantaron y cuidaron dándonos sus tiernas caricias, hablándonos palabras tiernas. A medida que crecíamos juntos con nuestros padres nos alimentaron, enseñaron, nos formaron, nos guiaron a través  de nuestra infancia y juventud hasta convertirnos en hombres y mujeres responsables en medio de nuestra familia y sociedad. Ya de adultos siguen y seguirán siendo nuestros amados padres a quienes debemos respeto y reconocimiento por lo que somos. Ellos nunca jamás dejaran de ser nuestros amados padres y nosotros para ellos sus amados hijos, tengamos los años que tengamos.
Experimentamos el amor también por medio de nuestros amigos. Al despuntar nuestra infancia ya teníamos amigos, siempre fue así; todavía me recuerdos los nombres de muchos de ellos. A través  de la juventud esto tomo aún más importancia, principalmente cunado nuestro pubertad comenzó y comenzamos a conocer el significado del corazón símbolo indiscutible del amor, allí descubrimos de repente que habían mejores amigos y todavía un amor más profundo el amor hacia un chico o una chica especial que llenaría nuestro tiempo y nuestras expectativas cada día. Pasado el tiempo esos chicos y chicas se convertirían en nuestros esposos y esposas, por medio de los cuales también recibimos indudablemente expresiones de amor.
Mas, que es el amor de Cristo? No podríamos hablar de esto, si nosotros así como en lo natural no hemos experimentado un nacimiento espiritual, un nuevo nacimiento, un nacimiento como bien dice el mismo Jesucristo: “del agua (Cristo) y del Espíritu. (Espíritu Santo).” Si en verdad hemos nacido en Cristo, así como conocemos del dolor de nuestra madre desde el mismo momento que quedó embarazada, durante este tiempo y principalmente en el momento de nuestro alumbramiento, también podremos entender del amor de Cristo para darnos vida nueva en Él. Pero El amor de Cristo va mucho más que esto, es mucho más complejo poder entender de su gran amor.
Pensemos esto nuestra madre a través de esos 9 meses  en los cuales nos tuvo en su vientre, sabía que estábamos vivos dentro de ella y que un día nos tendría en sus brazos para darnos de su amor y recibir nuestra ternura y sonrisa. Co nuestro Cristo no fue así ya que en realidad estábamos muertos, hediondos en nuestros delitos y pecados y en cambio de ser de alegría como lo éramos para nuestras madres, para Cristo, éramos sus enemigos ya que estábamos enemistados con él.
Desde el mimo instante de nuestro engendramiento, se estableció un cordón umbilical de comunicación tanto en lo físico como en lo emocional con nuestras madres, con nuestro nacimiento este cordón umbilical físico se rompe dando inicio a uno invisible de por vida, una relación de amor mutua. Ellas nos amaron primero y nosotros respondíamos a su amor con amor de hijos. Ya de adultos es este amor que nuestras madres nos entregaros el que nos obliga a amarlas, respetarlas y honrarlas por lo que son. Mi madre dice: “Amor con amor se paga”.
En nuestro ser espiritual pasó y sigue pasando algo similar: Dios nos amó primero dándonos vida de su misma vida, de su mismo aliento. Luego que nosotros por iniciativa propia caímos muertos espiritualmente, vuelve Dios  a manifestarnos su eterno amor, nos entrega la vida de su amado hijo Jesucristo, para darnos vida nuevamente y establecer una nueva relación de hijos.
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. ¿Y cómo fue que nos amó? Entregándose así mismo por nosotros para darnos vida, para reconciliarnos consigo mismo.
EL amor de Cristo nos constriñe.
Constreñir significa: Obligar, impulsar, atraer poderosamente.
Esto es lo que el amor de Cristo hace con nosotros cuando somos verdaderamente consientes de él. Es decir, cuando pensamos en el amor de cristo y su gran significado en nuestras vidas, este amor, nos obliga, nos impulsa, nos atrae poderosamente a amar a Cristo.
La muerte de Cristo:
Siguiendo con nuestro ejemplo del amor maternal en lo natural, pregunto lo siguiente: ¿Que hubiese sido si nuestra madre muere para darnos vida? Si ella sabía que tendría que escoger entre morir ella o morir nosotros en el momento del nacimiento, mas ella escoge morir para darnos vida. ¿La amaríamos con un amor más intenso? Yo creo que la respuesta seguramente es muy afirmativa, aunque nos hubiéremos perdido de su amor como madres, ya que ellas no hubieran resucitado al tercer día como Cristo si lo hizo.
Cuando nuestro texto afirma: “pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”
¿En verdad que tanto hemos pensado en cuanto a la razón por la que murió Cristo? ¿Qué tan consientes somos de este hecho trascendental para nuestra vida?
Jesucristo, El Hijo de Dios, no necesitaba , ni siquiera de venir como hombre a la tierra. Sin embargo él se rebaja de su posición como Dios para convertirse en hombre como nosotros , mas sin pecado. Luego sin que nadie le ordenara ni siquiera El Padre, toma la decisión de tomar nuestro lugar y pagar la deuda de pecado que teníamos tú y yo delante de Dios. ¿Porque lo haría de esta forma? Su santa palabra lo responde una y otra vez: Solo por amor a ti y a mí, solo por amor a sus escogidos caídos en Adán.
Quisiera hacer énfasis en este “si” afirmativo y condicional que este hermoso texto nos enseña. Si uno, murió por todos, entonces en verdad todos los que teníamos que morir morimos en El, el tomo en verdad para si la muerte que nos correspondía.
Ahora te pregunto: ¿vives tú en verdad? ¿Estás viviendo o solo existes? . Los que vivimos en verdad, hemos recibido esta vida de la misma vida de Cristo. El recito y en el resucitamos nosotros. La vida nueva que hemos recibido de Cristo, es una vida diferente, es de la misma esencia de vida de Él, es así como cuando el soplo vida del aliento de su boca sobre Adán aquella primera vez. Él vive en nosotros y nosotros vivimos en él.
Siguiendo nuestro texto, encontramos la palabra “para”, esta significa, un propósito, con una razón de ser, con una meta, y esa meta es que los que vivimos, ya no vivamos para nosotros, sino para aquel que murió y resucito por nosotros, es decir Jesucristo, rey de reyes y Señor de Señores, por esta razón afirma aquí la palabra es que el hiso su obra vicaria:” para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”  
Nuestra forma de ver y conocer correcta.
“De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.”
Hay dos afirmaciones en este texto: Lo primero es que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne, ¿qué significa en verdad esto? Nosotros todos por naturaleza llevamos o damos un fruto y por este fruto seremos conocidos. Podemos dar frutos de la carne si actuamos y funcionamos en la carne, esto incluye nuestros sentimientos; más estamos llamados a dar frutos espirituales funcionando en el espíritu, que es verdaderamente lo que somos, después de haber recibido vida espiritual en Cristo, resucitados con Él. La palabra nos ordena que ya no nos miremos, ni nos juzguemos, ni nos conozcamos en los frutos de la carne, ya que si estamos ocupados de estos esto será lo que veremos más repetidamente.
En Filipenses 4:8 nos instruye así la palabra: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Cuando comenzamos a vernos en nuestros errores, en nuestras fallas, nos estamos conociendo en la carne y esto para nada aprovecha.
Lo segundo que nos indica la santa palabra es que: si aún a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. ¿Qué significa esto? A Cristo lo vimos como Isaías 53 nos describe: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”
Parece ser que Dios sabiendo que muchos nos podríamos solo quedar con este recuero de Jesucristo, nos ordena aquí en su palabra, que ya no le conozcamos mas así. No tenemos que quedarnos en esa cruz viéndolo muerto, ya que El resucito al tercer día, ya que él está sentado victorioso a la derecha del padre en su trono de gloria. Así es que tenemos que nosotros conocerle cada día, no como derrotado, sino  como victorioso, como Dios poderoso, quien El que fue, Él es y El que será. Si traemos a nuestra memoria su  sufrimiento y muerte es por razón de nosotros, y esto lo hizo, para sacarnos de muerte a vida.
Nuevas Criaturas.
Un nuevo condicional afirmativo encontramos en nuestro texto: “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¿Estamos en Cristo verdaderamente? ¿Vivimos en verdad en Él?. Entonces así debemos considerarnos , como nuevas criaturas.
La vieja vida nuestra, murió allí en la cruz, así lo afirma Romanos 6:6-8 “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él” En esa Cruz, nuestra vieja creación de pecado fue muerta y sepultada y así lo debemos de considerar. Cuando nacimos de nuevo, nacimos como nuevas criaturas, no es como viejas criaturas trasformadas o modificadas, no, ya que si así fuera estas cosas viejas, seguirían con vida en nosotros y la palabra dice que esta viaja vida murió en Cristo y que en la resurrección de Cristo tomamos nueva vida en Él. Esta vieja creación no se refiere a nuestro cuerpo natural, se refiere, es la forma de vida que teníamos antes de morir y resucitar en Cristo, en donde nos deleitábamos en el pecado, así como el cerdo se deleita revolcándose en el fango, esta es la vieja creación que murió allí en la cruz. Para muchos es difícil de entender esta verdad, ya que nuestro cuerpo mortal sigue siendo el mismo, nuestras arrugas, canas, etc. siguen ahí mismo, sin embargo tenemos que saber que nuestro cuerpo natural recibido de nuestros padres, es apenas el forro de la nueva vida, la nueva vida está allí adentro y esta producirá frutos de vida, frutos espirituales y duraderos para la gloria de Dios.
Todo es obra de Dios.
Todo esto proviene de Dios, continuo agregando la santa palabra. En Adán nos habíamos enemistado con Dios y seguíamos siendo enemigos de Dios, es decir rompimos nuestra relación con él,  con nuestras faltas y conducta, le volteamos la espalda Dios y comenzamos a vivir haciendo nuestra propia voluntad, de acuerdo a nuestra naturaleza adámica es decir en nuestra carne y alma como dice Efesios 2:1-3.
Allí mismo en Efesios 2:4-8 dice: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”
Fue Dios quien tomo la iniciativa de reconciliarnos con El, nosotros no podíamos, ni estábamos capacitados para hacerlo ya que estábamos muertos espiritualmente.
Es su amado hijo Jesucristo quien por amor a nosotros toma la iniciativa de reconciliarnos con Dios Padre, Él lo hiso todo completo y dice allí la palabra que nos dio el ministerio de la reconciliación, quien también nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Quisiera llegar a quienes leen este tratado con un grito de lo más profundo de mi ser, con un clamor en mi corazón:  ¡Oh! hermano amado, si estas aún enemistado con Dios, reconcíliate con El. Él no está esperando por ti para castigarte, él está allí como ese Padre amoroso esperando por sus hijos para colocarnos en el lugar que como hijos nos pertenece. Reconcíliate tu amado hermano, tu que estás viviendo en tu propia voluntad, alejado de la casa de tu amado Padre, tu que peleándote con él, le has vuelto la espalda  ignorando lo que el hizo por ti. Recuerda que en el tienes vida y todos los derechos que como hijo te pertenecen. Ya no andes mas a la deriva como huyendo de la casa de tu padre, Él te está llamando hoy vuelve a casa, ven hijo te estoy esperando con mis brazos abiertos, quiero cubrirte, limpiarte, llenarte de mi amor, y colocarte en el puesto de hijo que siempre te ha pertenecido. Hoy es el día, no esperes más.